Los peloteritos de la Liga Treviño Kelly que participaron en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas fueron distinguidos por las autoridades y la ciudadanía.
En Reynosa el beisbol es casi como una religión. Un deporte de arraigo que ha dado las mayores alegrías que cualquier otro y que hoy vuelve a contagiar de emoción y buenas nuevas a una urbe en la frontera ávida de noticias positivas.
Los niños beisbolistas de la Liga Treviño Kelly representan ese espíritu de gente luchadora y capaz de Tamaulipas, de aquellos que por medio del sacrificio y el esfuerzo buscan alcanzar metas.
Los peloteritos son hoy el estandarte que el pueblo levanta para animarse y creer que se puede disfrutar del triunfo y de las cosas buenas de la vida.
Desempeñaron un papel muy destacado en Williamsport, Pennsylvania, y si bien no ganaron la Final Internacional que disputaron contra Japón, a la postre triunfador del torneo, estos niños ya son campeones y la hicieron en grande.
Derrotaron a durísimos rivales como Venezuela, Canadá y Estados Unidos. Llegaron a Reynosa con la frente en alto, con un tercer lugar mundial en una justa que aglomera a miles de ligas en el orbe.
Y el pasado 29 de agosto su público, su familia y sus autoridades los recibieron, y los reconocieron con felicitaciones, con porras, con cánticos, con algarabía, con batucada, con banderas, con globos, con música, con mariachi, con la carne asada y los tacos.
El aroma nacional por excelencia para un grupo de niños y amigos mexicanos en la cancha y fuera de ella. Y también para los asistentes que pudieron disfrutar el convite que la Liga y el Ayuntamiento de Reynosa hizo para compartir las andanzas de estos niños en Williamsport.
Arropados por su gente, firmaron autógrafos, repartieron pelotas y cachuchas, en medio de un baño de papeles de colores y tiras de espuma.
Primero, un autobús los llevó al parque de beisbol de donde nacieron los sueños que han podido cumplir. En el Treviño Kelly fueron felicitados por la afición, por sus seres queridos y los amigos.
Después se trasladaron en una emotiva caravana hasta el centro de la ciudad. En la
plaza principal de Reynosa ya los aguardaba una multitud para vitorearlos. El gobierno municipal de Reynosa les preparó un agasajo y les elogió su desempeño.
Una fiesta, un folklore, una verbena, una tradición, una muestra inolvidable de cariño para quienes dieron logros a Reynosa y pusieron su nombre en el plano internacional.
INUNDADOS DE FELICIDAD
Para David Juárez y María Teresa Arce, abuelitos de Samuel Juárez, uno de los niños que participaron en esta Serie Mundial, la experiencia fue maravillosa.
Desde Reynosa siguieron las transmisiones por televisión con ahínco y júbilo. En cada jugada apoyaron a la Treviño Kelly como representante mexicano.
Sus videos alcanzaron miles de reproducciones y el gobierno municipal, así como el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del municipio, hicieron posible que estos abuelitos pudieran ir a Williamsport
a darle una sorpresa a su nieto.
Él no sabía que irían al Mundial y fue un momento emotivo, de alegría, de apoyo y conmovedor.
Dijeron estar agradecidos con la alcaldesa Maki Ortiz y el titular del DIF, Carlos Peña, quienes cumplieron este sueño para la familia Juárez Árce.
Samuel fue uno de los peloteros destacados del campeonato y uno de los pitchers promesas que ya comienzan a seguir los equipos de las Grandes Ligas.
Agradecido, dijo a Hora Cero que fue emocionante haber visto a sus abuelitos apoyándolo en las gradas.
Al principio no creía lo que sus ojos estaban viendo, según relató. Para él la experiencia fue total y enriquecedora, mencionó, así como para todos sus compañeros.
‘MANNY’ SE QUEDA
José Manuel Espinoza, manager del equipo que obtuvo el tercer sitio en Williamsport, agradeció el apoyo que recibieron los peloteritos desde México, porque la afición se volcó.
Destacó el gran trabajo que hizo la novena de Reynosa como estandarte nacional en Estados Unidos y se dijo contento con el resultado.
Consciente de que le pueden hacer ofertas de trabajo como mánager, él dijo con amor a la camiseta que se quedará trabajando en la Liga Treviño Kelly aunque le lluevan ofrecimientos.
Por su parte, el jugador Saúl Soto, de los Rieleros de Aguascalientes, y padre de Saúl, uno de los niños que estuvieron en Williamsport, destacó el gran trabajo que se hizo para llegar a ese sitio.
Y especificó que el nivel de beisbol que juega Reynosa en Ligas Pequeñas es muy elevado, y no se podría comparar al beisbol que le tocó jugar cuando él era niño.
Subrayó que hoy en día hay jugadores que están lanzando a unas velocidades casi como los adultos en las Grandes Ligas y eso habla del crecimiento y profesionalismo de los equipos de Reynosa y el deporte de la pelota caliente en general.
Expresó que los menores que ahora se encuentran entre los primeros tres lugares del mundo tendrán un seguimiento, que irá combinado de su escuela, porque al día siguiente de haber llegado a Reynosa algunos de ellos fueron a clases.
Y no dudó que en un futuro, algunos de ellos lleguen al profesionalismo porque son jugadores muy destacados.
Así, los beisbolistas de la Liga Treviño Kelly, siempre humildes y con los pies en la tierra cumplieron, se divirtieron, experimentaron y la afición se les entregó.