No tuve ganas de perder mi valioso tiempo viendo el primer debate presidencial en México del domingo 7 de abril, y mejor me ocupé en ver una película de dibujos animados con mis hijos, cenar en familia y seguir la serie de Yellowstone en Netflix.
Ni siquiera tengo el mínimo de remordimiento por ser periodista al haberme perdido el show que cada año hacen los aspirantes, ahora protagonizados por Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez a quien, a estas alturas de las campaña, los mexicanos ya los vemos hasta en la sopa.
Gracias a Dios que en los canales de streaming hay producciones que no se pueden dejar pasar, entre ellas las tres temporadas de la serie que protagoniza y produce Kevin Costner, que trata de la familia vaquera Dutton, dueña de casi medio Estado de Montana, Estados Unidos.
Al día siguiente del debate frente a un humeante y aromático café, coincidí con el subdirector editorial de Hora Cero, Gerardo Ramos Minor, sobre que era incensario y hasta escarmiento ver el espectáculo que ya se esperaba de descalificaciones y ataques entre los tres.
Y como pasa cada seis años desde que tengo conocimiento cuando se organizó el primer debate del IFE en 1994, los que van perdiendo en las encuestas centran su artillería en quien lleva la delantera, como pasó con Xóchitl contra Claudia, con tímida ofensiva de Máynez sobre Xóchitl, mientras que a Claudia sospechosamente la ignoró.
Admito que antes de ponerme a jugar con mis hijos solamente alcancé a escuchar cuando la aspirante del PAN/PRI/PRD acusó de omisa a Claudia por el caso del colegio Rébasem donde murieron bajo los escombros 19 personas, entre ellos niños y niñas, en el terremoto de la CDMX de 2017, porque pudo haber clausurado el instituto antes de la tragedia.
Claudia era entonces la jefa de gobierno de la capital del país y el electorado no la perdonó sino hasta 2021 por el derrumbe de la línea 12 del Metro, con un saldo de 26 personas que perdieron la vida, teniendo Morena derrotas importantes en la CDMX.
Quizá eso fue lo que más caló y pudo hacerle daño a Claudia entre los electores indecisos que vieron el programa que transmitió en vivo el INE en Internet y en sus redes sociales.
Como periodista, espectador y empresario de una casa encuestadora que está midiendo el desarrollo de las campañas y las preferencias electorales en varios Estados del país, no tengo dudas de quién va a ganar el 2 de junio. La única duda que tengo es cuál será la abrumadora diferencia ante el segundo lugar.
Y es precisamente lo que se busca en estos debates: acortar las distancias tirando el resto de las municiones teniendo como blanco al primer lugar. Y con ello me recuerda cómo en 2018 “El Bronco” se dedicó desde el primer segundo a atacar a Andrés Manuel López Obrador, sin provocarle ni siquiera un rasguño. Creo que hasta ayudó a sumarle puntos.
Siendo sinceros: ¿a quién le interesaría realmente perder su tiempo viendo y escuchando los dimes y diretes de los tres, cuando entre el 90 y 95 por ciento de los mexicanos en edad de votar ya tienen definido su sufragio?.
Pero sí algo quería ver para dormir con una sonrisa de oreja a oreja eran los memes que inundaron las redes sociales, sobre todo uno donde ponían a Máynez sentado en una consola de juegos con sus dos adversarias, pero con su control remoto desenchufado. O sea: sólo fue a hacer montón.
Hubo otros donde el candidato de Movimiento Ciudadano que impuso Samuel García aparecía con una cubeta de cervezas, en alusión al video donde estaba con Samuel en el palco del estadio de Tigres durante un juego, por cierto bastante alegre y vociferando contra Manlio Fabio Beltrones.
No vuelvan a perder su tiempo en el próximo debate, en serio, mejor consideren mi recomendación: Yellowstone.