Antonio López de Santa Anna es, sin duda alguna, uno de los políticos mexicanos más conocidos y no cuenta con una muy buena reputación histórica; a él se le debe que México haya perdido la mitad de su territorio.
Fue presidente de México en diez ocasiones: del 16 de mayo al 3 de junio de 1833; del 27 de octubre al 15 de diciembre de 1833; del 24 de abril de 1834 al 27 de enero de 1835; del 20 de marzo al 10 de julio de 1839; del 10 de octubre de 1841 al 26 de octubre de 1842; del 4 de marzo al 4 de octubre de 1843; del 4 de junio al 12 de septiembre de 1844; del 21 de marzo al 2 de abril de 1847; del 20 de mayo al 15 de septiembre de 1847; y del 20 de abril de 1853 al 9 de agosto de 1855.
Durante sus efímeros períodos como presidente censuró periódicos y a toda aquella persona que no estaba de acuerdo con él. La soberbia era una de sus características más arraigadas pues se hacía llamar “Alteza Serenísima”, “Napoleón del Oeste” y “el César Mexicano” entre otros sobrenombres.
Durante sus períodos como presidente nunca dudaba en pedir licencia y retirarse del cargo argumentando enfermedades cuando en realidad se iba a descansar a su hacienda en Veracruz y desde ahí tramaba su regreso a la presidencia.
A más de 150 años desde la última ocasión en que Antonio López de Santa Anna estuvo en la presidencia de México, el espíritu de Santa Anna se ha apoderado del político reynosense Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Este personaje ha tenido varios puestos de elección popular de los que ha solicitado licencia para buscar otro cargo, al igual que Santa Anna.
En el año 2000 y en un acto sin precedente, ganó la diputación federal por el segundo distrito como una consecuencia del llamado “efecto Fox”; fue así como llegó a la Cámara Baja del Congreso de la Unión donde en el año 2001 solicitó licencia para contender por la presidencia municipal de Reynosa que perdió.
Ante la derrota decidió regresar a la Cámara de Diputados a terminar su período. En el año 2004 vuelve a buscar ser alcalde de Reynosa y gana la elección.
Durante el período como presidente municipal García Cabeza de Vaca se caracterizó por diversos actos de corrupción y censura a los medios de comunicación. Antes de terminar su período como alcalde, nuevamente solicitó licencia para retirarse del cargo y buscar una diputación en el Congreso del Estado de Tamaulipas por la vía plurinominal.
Pues bien, ahora estando como diputado local, vuelve a solicitar licencia para separarse del cargo e ir en busca de una diputación federal por la vía plurinominal. Sin embargo, como su partido ya dio a conocer la lista de sus candidatos y en ella no aparece el señor García Cabeza de Vaca, solicitó que se diera marcha atrás a su licencia.
Así que en menos de un mes solicita licencia y desiste de la misma. Supongamos que hubiera sido beneficiado y se convirtiera en diputado federal, seguramente llegado el momento también hubiera pedido licencia para ir en busca de la gubernatura de Tamaulipas.
Que no quede duda, que en 2010 va a volver a solicitar licencia como diputado local para ir en busca de la candidatura de su partido para el Gobierno del Estado o volver a ser candidato a la presidencia municipal, el puesto es lo de menos, el objetivo es pedir licencia y contender por otros 3 o 6 años de gobierno.
Así que la soberbia, la censura, la corrupción y las diversas licencias de Antonio López de Santa Anna son más que mera coincidencia con Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien ha adquirido el síndrome de Santa Anna.
La gran diferencia es que Santa Anna era cien por ciento mexicano y no tenía la doble nacionalidad como García Cabeza de Vaca.