“Los chamacos dan avisos, pero a veces uno no se da cuenta hasta que por desgracia es demasiado tarde”, son las palabras con las que la maestra de primaria jubilada Carmen Flores De la Torre –quien ha vivido de cerca la experiencia del suicidio– pone en alerta y educa a la gente de la comunidad sobre una conducta que igual afecta a grandes como a chicos.
La presidenta de la asociación civil “Elsa Alejandra, A. C.” menciona que ésta nació a raíz de que su sobrina (que llevaba el mismo nombre) se quitó la vida en febrero de 2012, a raíz de que su novio terminó con la relación.
“En honor de ella empezamos a trabajar, preocupándonos por las personas que están viviendo una situación emocional muy fuerte y que en ocasiones no tienen los medios económicos para pagar un psicólogo. Si nosotros podemos ayudar a un joven que ha pensado en el suicidio ya valió la pena la existencia de esta asociación”, manifiesta.
Ubicada en el número 504 de la calle Puerto México, en la Colonia Ampliación Rodríguez, esta agrupación cuenta con instalaciones donde atiende casos de pacientes en proceso de divorcio, de niños que están entrando a la adolescencia y cuyos padres trabajan.
“Todos los humanos tenemos una problemática, chica o grande. A veces nos damos cuenta y podemos trabajarla, pero hay ocasiones en la que ni nosotros nos percatamos de su existencia.
“Entonces aquí es un punto para poder colaborar un poquito con la sociedad, sobre todo en estos tiempos que predominan cuadros de crisis emocional tremendos y aparte de eso hemos descubierto, que todas las enfermedades tienen que ver con las emociones. Es por eso que aquí también tenemos un consultorio terapéutico donde les quitamos los dolores físicos de pasadita, para que se vayan más tranquilos”, señala.
La entrevistada detalla que la fundación “Elsa Alejandra, A. C.” está conformada por doce personas, pero quienes están más en contacto con los pacientes son ella y su vecina Abigail Leos Vázquez, como principales promotoras.
SUICIDIO, FALSA ESCAPATORIA
Flores De la Torre explica que luego de que se organizaron como asociación han podido contribuir en el tema de los jóvenes y niños que intentan matarse como una medida para acabar con sus problemas; sin embargo, especifica, en su familia han sido los primeros en llevar un tratamiento, porque saben lo que esto significa.
“Esta problemática es muy grande y tenemos que iniciar por nosotros mismos. Creo que hemos empezado a cambiar nuestra forma de percibir la realidad en la que vivimos y a trabajar hacia la sociedad, pero para poder impactar positivamente a los demás, tenemos que comenzar por nosotros primero.
“Contamos con un psicólogo que viene de la ciudad de Tampico seis días al mes. Y hay una cantidad de personas que se están atendiendo y a las que se les brinda este apoyo, pues en los últimos meses hemos visto que se han acercado más niños entre los once y doce años, ya con situaciones fuertes, emocionales. “Los papás están alarmados, que no saben qué hacer y estamos viendo que la adolescencia está empezando antes y la situación emocional de los muchachos se está disparando”, advierte.
Explica que cuando en un hogar aparecen síntomas de que alguien quiere terminar con sus días se debe actuar inmediatamente y no pensar que puede tratarse de algo normal en el ser humano, puesto que si no se le presta atención a las conductas suicidas, éstas pueden exacerbarse.
“Los padres nos dicen que no pensaban que sus niños tan chicos iban a empezar con esa clase de problemas; hace un par de días un joven me comentaba de un sobrino que subió al Facebook sus intenciones de quitarse la vida, ya que su papá murió y lo extraña.
“El menor refería que el niño quiere estar con el padre e irse con él, que su mamá no lo escucha, no lo entiende y él sí lo entendía cuando estaba en vida. Entonces estamos ante una alerta y el muchacho cuando supo de esta asociación nos buscó para solicitar ayuda”, relata.
MAS GRAVE DE LO QUE PARECE
La presidenta de la fundación “Elsa Alejandra, A. C.” describe que hoy en día no son uno ni dos, ni tres, sino que es cuantioso el número de menores de edad en condiciones alarmantes por depresión y de violencia doméstica o escolar.
“Esto es un indicador tremendo, porque ¿qué será de las familias donde la mamá trabaja y el papá también y el menor está solo, y anda en la calle?.
“Vamos a la secundaria y los maestros también están desconcertados, porque no saben exactamente cómo hacerle para manejar la situación social con los jóvenes”, pondera.
Carmen Flores De la Torre destaca que en Reynosa existen muchos psicólogos y grupos de ayuda, pero esta asociación se enfoca a ayudar a jóvenes y niños, aunque también recibe a pacientes adultos.
“Tratamos de enseñarle a las personas que es muy importante la salud física y emocional, para lo cual hay que fomentar valores y respeto. Llevamos dos años pasaditos funcionando y dando el servicio”, remarca.
Cabe destacar que esta agrupación no cuenta con ningún financiamiento gubernamental y subsiste de las donaciones que los pacientes hacen y del mismo aporte de sus integrantes.
Debido a la incidencia de niños con problemas de este tipo es que buscan hacer que este trabajo se difunda.
NO QUEDARSE CON LOS BRAZOS CRUZADOS
Además de brindar consultas y cursos de psicología infantil, comparten el dolor que sus fundadores experimentaron por el suicidio de Elsa Alejandra Flores De la Torre, quien fue estudiante del CBTis 71 y acabó de manera abrupta. Con la intención de no quedarse con los brazos cruzados buscan ayudar a otra gente en situaciones de riesgo.
“Esto nos preocupa mucho y el ejemplo es que recientemente tuvimos un paciente de nueve años que trajo el tío. El papá lo dejó a la deriva, la mamá también abandonó la casa, quedándose él y sus hermanos entre el hurto y la drogadicción. Los detienen, uno de los hermanos de ese niño se suicida y un familiar lo rescata.
“Pero la problemática del niño es bastante fuerte y sabiendo el tío que sus hijos estaban siendo afectados por el comportamiento de éste, nos lo trajo aquí desesperado. Cuando el psicólogo lo empieza a entender explica que el paciente no puede sentir empatía por los demás cuando por él nadie se ha preocupado”, ilustra.
Y añade que cuando la asociación “Elsa Alejandra, A. C.” acudió a la escuela para ver si el niño estaba siendo atendido, encuentra que éste había intentado suicidarse.
“Se había colgado con un cinturón, la directora estaba asustada y esa ocasión se le dio terapia al menor. Quisimos seguir, pero entraron cuestiones políticas, ya no nos dejaron ayudarle, el tío ya no trajo aquí al niño y al día de hoy no sabemos de su paradero. Si el menor tiene nueve años, esto puede darnos un reflejo de lo que están pasando algunos niños”, pormenoriza Flores De la Torre.
Expresa que cada persona es muy importante, pero si el ser humano no se da cuenta de eso, suele buscar la felicidad en otra persona, que cuando ésta se va, derrumba todo su mundo.
“A mí me preocupan mucho los jovencitos porque mi sobrina era adolescente. A mí me duele y me mueve que yo sabía de sus capacidades y tomó una decisión equivocada. Aquí todos somos posibles víctimas, lo que pasa es que necesitamos tomar más conciencia.
“Cuando hay abandono, exceso de cuestiones materiales y poco ejemplo, poca presencia de los papás y a veces mal ejemplo, está provocando una sociedad en decadencia”, compara Flores De la Torre.
En sí, la presidenta de esta fundación pidió a los padres de familia estar alertas, sobre todo cuando sis hijos son muy callados, introvertidos. Sugiere que se apeguen más con ellos, ya que pueden ser “una bomba de tiempo”, porque no hablan, pues son tímidos y están encerrados.
“Es muy importante que los papás estén pendientes con sus hijos, que conozcan a sus amigos también, que platiquen con ellos y si no saben qué hacer si hay un problema, que busquen ayuda a través del DIF (Sistema para el Desarrollo Integral de las Familias), o cualquier institución.
“Si aquí les podemos servir estamos a sus órdenes, nuestro teléfono es el 8991 397876, pero que principalmente que no se queden con los brazos cruzados, porque después puede ser demasiado tarde”, confiesa.