Para Mauricio Oliva Del Ángel el deporte es su pasión y eso es precisamente lo que lo ha llevado a convertirse en atleta paralímpico en disciplinas como lanzamiento de disco, de bala y de jabalina; así como en 100 y 800 metros planos, trayendo a Reynosa varias medallas consigo, al representarla a nivel nacional y convirtiéndose en un ejemplo de perseverancia y superación.
La parálisis cerebral que padece Mauricio Oliva del Ángel no ha sido una limitante para desarrollarse en dos ámbitos que le han otorgado grandes satisfacciones: el deporte adaptado y sus estudios universitarios de Psicología, los cuáles ha conjugado de tal manera que, han logrado complementarse y enriquecer el uno al otro.
El joven que actualmente tiene 20 años de edad fue diagnosticado cuando era pequeño con parálisis cerebral infantil.
“Mi cerebro tuvo como un colapso, no se explicarlo muy bien, pero esto afectó mis piernas, el aspecto motriz de la cintura para abajo y eso me afectó en el caminar, correr y el movimient o; es algo ya de nacimiento”, relató.
Sin embargo, desde hace seis años aproximadamente, ha encontrado en el deporte grandes satisfacciones. Pero no siempre fue así, y lo ha logrado a través de un largo camino recorrido.
Todo empezó cuando lo invitaron a ver un partido de basquetbol en el que participaban personas con capacidades diferentes: “En un principio no quería ir, pensaba en cómo le harían para jugar, en que quizás perdería mi tiempo y demás; al final mi mamá y mi papá me motivaron y me impresionó cómo manejaban la silla, cómo se movían, ¡fue asombroso!”.
Su padre, Oscar Mauricio Oliva Lorenzo, también recordó aquel día. Era un equipo de Reynosa contra elementos de la Policía Federal, quienes se desplazaban en sillas de ruedas, estando así en las mismas condiciones.
“Fue un partido muy divertido y una forma de ‘ponerse en sus zapatos’; los deportistas tenían una gran movilidad, salimos de ahí muy impresionados”, platicó.
Al término del juego, un joven se acercó a Mauricio y le preguntó si quería formar parte de un equipo de deporte adaptado.
“Yo nunca había escuchado ese término, pero me explicó que es un deporte como si lo practicara una persona normal, solo que adaptado a nuestra discapacidad; me invitó a entrenar y después de haber visto eso me sentía muy motivado, así que acepté”, evocó con visible nostalgia.
Fue así que entre los 14 y los 15 años Mauricio inició su carrera deportiva.
DESCUBRIENDO SU PASIÓN
Oscar Oliva recuerda que desde que Mauricio era un niño, sabían que algo era diferente en él y tras el diagnóstico médico de parálisis cerebral, su estilo de vida transcurrió entre terapias y rehabilitación física; pero además de fortalecerlo de esta manera, también lo hicieron emocionalmente.
“Siempre hemos tratado de apoyarlo e impulsarlo, le damos ánimos para que pueda desarrollarse haciendo siempre lo que le gusta”.
Fue así que Mauricio descubrió que podía hacer muchas cosas, pues sus papás le inculcaron el tener confianza y ser independiente; por ello, aunque recibió críticas y fue juzgado, esto no le afectó.
“Después de conocer este tipo de deporte me di cuenta de que somos personas normales y que realmente podemos hacer cualquier cosa, así como quienes no tienen ninguna discapacidad”, apuntó.
En el 2018 fue su primera competencia: asistió a la Paralimpiada Nacional en Colima; ahí participó en lanzamiento de jabalina, de disco y de bala, obteniendo medallas de bronce en la categoría juvenil menor en lanzamiento de disco y de bala.
“Ahí me encontré con personas que tenían discapacidades iguales o diferentes a la mía y también diversos pensamientos; me divertí mucho y aprendí muchas cosas”.
Así continuó asistiendo a diferentes competencias, siendo la última las Paranacionales Conade 2022, realizadas en Hermosillo, Sonora; donde participó en paratletismo, obteniendo la medalla de oro en la modalidad hombres, 100 metros planos, T33/34 categoría Juvenil Superior; y otra presea dorada también en la modalidad hombres, pero ahora en 800 metros planos, T33/34 Juvenil Superior.
Además de posicionarse en los sitios de honor, Mauricio Oliva del Ángel logró bajar sus tiempos de desempeño y marcas, y desde entonces se prepara para su próxima participación en el Grand Prix 2023, a realizarse en Nuevo León; buscará competir en los Juegos Nacionales Conade 2023, en Tabasco y sueña con llegar a los Panamericanos.
Mauricio Oliva forma parte del Club de Deporte Adaptado “Inclusión Reynosa”, siendo su entrenador Erick Rubén López, en donde convive con jóvenes y niños.
“Las competencias son algo maravilloso, la convivencia con los papás es algo muy bueno, te diviertes bastante y los jóvenes se apoyan muchísimo”, dijo el orgulloso padre.
ENTRENADOR O PSICÓLOGO DEPORTIVO
Actualmente cursa el quinto tetramestre de la licenciatura en Psicología, en la Universidad México Americana del Norte, A.C. (UMAN), lo cual, aunque a veces le ha generado algunos contratiempos para su desempeño deportivo, se siente motivado para continuar, siempre apoyado por sus padres.
“Ahorita es su momento, no le exijo que sea un alumno excelente, solo que haga las cosas bien, que lo entienda y lo conjugue con el deporte; le digo que no es, ni será la primera, ni la única persona que está estudiando y haciendo deporte, hay muchos atletas así en México, así que no es imposible”, dijo su papá.
Eligió esta carrera porque notó que desde muy joven le gustaba apoyar a quienes lo necesitaran, y aún sin una formación profesional, las motivaba y les daba su respaldo en situaciones complicadas; y ahora, cuando termine de estudiar, tiene grandes planes.
“Quisiera continuar dentro del deporte porque me encanta, así que me gustaría tener un consultorio y dar conferencias motivacionales y de superación para deportistas con discapacidad, ayudarlos a tener su mente estable, sobre todo cuando se pierde, porque no siempre vas a estar en el pódium, algún día alguien te va a derrotar y ahí es cuando viene el bajón”, externó.
Compartió que recientemente supo que personas con alguna discapacidad, incluso que sufrieron la amputación de alguno de sus miembros, se desempeñan como entrenadores deportivos, siendo este otro de sus deseos.
Oliva Lorenzo acepta que nunca imaginó el alcance y ventajas que puede tener el deporte en el desarrollo de una persona con capacidades diferentes, tanto en el ámbito personal como en el profesional.
“Él tiene demasiada seguridad y autoestima, para nosotros es un orgullo tener un hijo medallista nacional, que represente a un estado ante el país y eso se lo hacemos sentir a él”.
Mauricio quiso enviar un mensaje a todas aquellas personas que tienen alguna discapacidad, con la finalidad de hacerles ver lo importantes que son.
“Nuestros padres tienen un gran mérito, pues su motivación es de mucho apoyo para nuestros logros; por eso es importante que le digan a su hijo que no es un tonto, que no es un fracaso, porque si no, después uno se la cree y viene la baja autoestima”.
El deporte es parte fundamental de su vida, ocupa un sitio muy importante en su corazón y eso se ve reflejado día con día.
“Amo al deporte, me divierte, me hace sentirme libre y que realmente puedo ser yo; las complicaciones que puedan surgir van a hacer que me esfuerce más y así verme a lo grande, llegar más lejos”, compartió el joven Mauricio.