La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos está pronosticando precipitaciones continentales por debajo de lo normal para este año 2022, lo cual agravaría el difícil escenario en el que ya se encuentra el noreste de México por la falta de abastecimiento tanto para consumo urbano como agropecuario. Además se contempla la expansión de incendios forestales, por lo que la esperanza recae en la próxima temporada de huracanes del Atlántico que iniciará hasta finales de agosto.
Las previsiones meteorológicas no son optimistas para los próximos meses: sequía, mucho calor y menos humedad, aunque eso sí, la posibilidad de que el periodo de ciclones se prolongue para el último cuatrimestre del año, debido a un fenómeno atmosférico conocido como ‘La Niña’.
El mal pronóstico llega en un momento en el que algunas entidades federativas como Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila han entrado en una añeja y compleja disputa por el suministro de agua para sus territorios, dado que las presas se secan. Las cuencas de los ríos y los embalses también, tanto naturales como artificiales.
Aunque –de fachada– los mandatarios estatales hablan amistosamente de alcanzar acuerdos de colaboración, en realidad nadie está dispuesto a ceder muchos metros cúbicos del vital líquido, lo cual podría empeorar aún más los problemas para cubrir las necesidades básicas de las áreas densamente pobladas, pero también del campo y los ecosistemas.
El rebautizado proyecto Monterrey VI, denominado ahora “Acueducto del Pánuco y de Coahuila”, es la necesidad más urgente para poder dotar de agua a la zona metropolitana de Nuevo León, donde viven unos seis millones de personas, quienes tienen un consumo neto de 14 mil 805 litros por segundo. Esto es equivalente a vaciar 22 albercas olímpicas cada minuto o mil 320 del mismo tamaño cada hora o 31 mil 680 piscinas por día.
Pero la falta de agua también es la preocupación de Tamaulipas, porque el sistema lagunario del sur de la entidad, así como las presas Vicente Guerrero y la Falcón están muy por debajo de su capacidad, con niveles del 75, 31 y 6 por ciento, respectivamente, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
De hecho, diversos sectores empresariales, políticos, legislativos y gubernamentales se están oponiendo categóricamente a la entrega de los recursos hidráulicos desde esta parte de la República Mexicana, que enfrenta la mayor sequía de los últimos ochos años.
Los vecinos se defienden argumentando que el codiciado líquido es propiedad de la nación y no de los estados, por lo que éste debe de proveerse de manera directa por la Federación.
“Tenemos una asignación de 15 metros cúbicos por segundo que están fuera de discusión”, argumenta Ignacio Barragán Villarreal, gerente de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM).
Por su parte, el equipo de funcionarios de Samuel García cabildea con su homólogo, Francisco García Cabeza de Vaca, antes de que éste concluya su sexenio como gobernador tamaulipeco. Buscan ‘amarrar’ el acuerdo para abastecer a Nuevo León usando parte de la abundante agua del río Pánuco que desemboca en el Golfo de México, con un acueducto desde los límites de Veracruz, Tamaulipas y San Luis Potosí.
Aún así el tiempo también se agota, pues un informe del Sistema Nacional de Información del Agua y Monitoreo de las Principales Presas de México (SINA), revela que las tres más importantes cisternas de ese estado tienen solamente garantizado el suministro para pocos días.
La Boca, localizada en el municipio de Santiago, se encuentra al 17 por ciento de su capacidad. La Cerro Prieto, situada en Linares, está a un 8 por ciento de su nivel normal y El Cuchillo, que se ubica en China, tiene el 52 por ciento de agua, gracias a la provisión del río San Juan.
La iniciativa privada, que es la voz de las empresas, está muy nerviosa por este tema, porque Nuevo León alberga a las principales compañías refresqueras y cerveceras del país, además de las mayores plantas industriales.
HAY RECHAZO
Sin embargo, Américo Villarreal Anaya, precandidato del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) al gobierno del estado, se opone a la extracción del agua para ser transportada por 11 municipios y luego conectada fuera de la entidad.
Manifiesta que Nuevo León nunca ha respetado los tratados en materia hídrica y de trasvase, pero en cambio sí quiere que Tamaulipas ayude a suplir sus necesidades de este producto natural.
Advierte, por un lado, que primeramente no existen estudios de factibilidad recientes que garanticen un impacto positivo para el medio ambiente tamaulipeco si se reducen los niveles de agua y, por el otro, que esta entidad también está sufriendo problemas con el abasto.
“Estamos nosotros preocupados y necesitados de tales recursos. A mí me llama la atención que la última investigación que hay de la cuenca del Pánuco para saber de cuánta agua está disponible es de 1998. No pueden basarse en un esquema tan viejo”, señala.
El también senador con licencia reitera la mala relación que ha existido con el vecino estado en administración del agua, siendo Tamaulipas despojado por Nuevo León.
“Tenemos antecedentes lamentables en cuanto a los acuerdos que en algún momento dado llevan al cumplimiento de la Ley de Agua Federal de 1944 en el suministro para la zona colindante del río Bravo y sus distintos distritos de riego, en concreto para las presas que están sobre el río San Juan.
“Inicialmente ese cauce surtía a la Marte R. Gómez, de la cual dependen los distritos 025 y 026 de Tamaulipas y, la presa El Cuchillo de Nuevo León, se hizo para guardar los excedentes del San Juan, pero después que ésta se terminó de construir no respetaron el convenio y se quedaron con la totalidad del agua, mientras que a Tamaulipas le mandaron las sobras”, lamenta Anaya Villarreal.
En ese caso, si se hace un acueducto para aprovechar las corrientes del Pánuco, remarca, sería para favorecer un proyecto llamado El Pligón Tamaulipeco, que asociaría tales recursos a los embalses de la entidad.
Por su lado, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, tampoco considera factible canalizar el agua desde el río Pánuco hasta la zona metropolitana de Monterrey, a 507 kilómetros de distancia. Asegura que la gente de la huasteca potosina no va a permitirlo.
“Pienso que el gobernador de Nuevo León está preocupado por la falta de agua; es una demanda sentida de la población. Se había iniciado ya un plan para impulsar la presa Libertad, para utilizar esa agua.
“Desde luego, es un proyecto que requiere recursos, nosotros vamos a ayudar, la federación va a ayudar; estoy por tener una reunión con Samuel García, pero, aunque yo no soy opositor, no creo viable ese proyecto del Pánuco”, enfatiza el mandatario.
¿Y DEL RÍO BRAVO?
Otra de las opciones que en caso de emergencia no se han descartado es llevar el agua desde la cuenca del límite internacional entre México y los Estados Unidos.
Sin embargo, la Comisión Internacional de Límites y Aguas aclara que los recursos que maneja son especialmente para la región baja del río Bravo y ya están comprometidos para garantizar el abasto del presente año administrativo.
“La sequía es en toda la zona norte definitivamente y aquí también sufrimos un faltante importante de agua que está muy por debajo de la capacidad de conservación. Tenemos las expectativas de que este 2022 los niveles de las presas por lo menos se mantengan y con eso podamos continuar (para el año que viene)”, menciona Alfonso Carmona Arteaga, titular de la representación mexicana de CILA en la zona.
Explica que se encuentran haciendo lo que está a su alcance para poder suministrar todo lo que les corresponde a su área de operación, desde Ciudad Mier hasta Matamoros, Tamaulipas.
“La principal presa que nos compete a nosotros es La Falcón y es en realidad con la que estamos abasteciendo a toda la zona fronteriza”, agrega.
Sobre las negociaciones que tienen los mandatarios para poder proveer agua a Nuevo León, CILA sostiene que eso queda fuera de su jurisdicción, pero será la Conagua la que determine si se le puede dar otro aprovechamiento y apoyar a más usuarios (estados) con suministros para uso doméstico.
“Lo que tenemos vigente ahora es para la Ribereña. No tenemos contemplado un proyecto para abastecer a la ciudad de Monterrey”, especifica.
Acerca de los ambiciosos planes de algunas ciudades en Texas para conseguir otras fuentes de abastecimiento que también podrían imitarse en México, las autoridades comentan que es válido buscar más opciones para darle solución a la problemática de la escasez.
“De momento no se ha presentado ningún proyecto de esos en el bajo Bravo. Son alternativas; sin embargo, hace un rato que la ciudad de Harlingen ya extrae a través de pozos agua salada que luego potabiliza y por el lado de México se pudiera hacer lo mismo también”, considera.
Pero dentro de lo que a CILA le compete destaca también la importancia de instar a las autoridades y organismos que operan bajo la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa), así como la Junta de Agua y Drenaje de Matamoros (JAD), a que se coordinen acciones para lograr ahorros en materia hidráulica.
“Si bien ahorita tenemos una escasez, en esta época del año, una vez que lleguemos al verano esto de alguna manera nos va a repercutir en un déficit”, vaticina.
LABOR TITÁNICA
De acuerdo con Carmona Arteaga las necesidades de abastecimiento que tiene la región no son pocas y es un gran esfuerzo el que diariamente se realiza para que la gente pueda tener dicho recurso al abrir la llave desde la comodidad de su casa.
“¿Qué hacemos nosotros? mandar el agua de las presas y eso lo llevamos a cabo mediante el río Bravo a cada una de las poblaciones con base a las solicitudes que cada organismo realiza ante la Conagua.
“Al menos para esta zona del bajo río Bravo anualmente ocupamos 250 millones de metros cúbicos hasta un máximo de 300 millones, dependiendo de las condiciones climáticas”, informa.
Pero si no llueve y las temperaturas son muy elevadas esto agravará la situación del poder conducir el agua desde la presa Falcón hasta cada una de las tomas de las ciudades a las que ésta es administrada.
Por otro lado el funcionario zanja la polémica por supuestas deudas de agua a los Estados Unidos al manifestar que éstas son parte de un convenio en el cual el vecino país del norte aporta recursos del río Colorado y esta nación le da del Bravo.
“Por qué sucede esto, porque en la zona del Colorado México no tiene agua y en la parte baja del Bravo Estados Unidos tampoco. Se complementan. No es que México esté siempre debiéndoles, sino a medida que ellos nos entregan agua nosotros vamos a tener ese compromiso de devolverla a través de los almacenamientos de las presas”, pormenoriza.
YA NO CONTAMINAR
Otro tema muy vinculado con el agua es la contaminación, un aspecto al que la Comisión Internacional de Límites y Aguas le está prestando mucha importancia.
Este organismo refiere que, incluso, ha tenido que enviar cuadrillas de trabajadores para poder limpiar todos los días los conductos.
“Debemos de hacer algo, tanto organismos como ciudadanos. Como está bajo el nivel de la presa vemos mucha basura, hieleras, plásticos. A veces no pensamos. No queremos inundarnos pero el sillón o el colchón que ya no utilizamos lo dejamos en la calle. Todo eso el agua lo arrastra y lo lleva a la zona baja. En el área del boulevard Colosio va paralelo el dren y hay asentamientos de personas a las orillas.
“Hacemos la limpieza diaria, pero necesitamos crear consciencia con los vecinos ahí. ¿Cuál es el problema? que viene la temporada de lluvias y nos taponea todos los sifones. Luego tenemos que rehabilitarlos y eso nos genera mucho más costos”, comenta el entrevistado.
Además CILA debe de parar de bombear y sacar todo lo que hay adentro, lo cual es muy riesgoso para los mismos empleados.
“Sí es un peligro, porque la presión que genera el agua al momento que quitamos una llanta, un mueble o refrigerador es mucha, de todo se encuentra ahí. Afortunadamente sí nos ayuda el municipio de Reynosa, especialmente en la Ribereña, pero en la zona de aquel lado del Colosio batallamos mucho con los vecinos que están ahí por los desechos. Esto es cuestión de cultura y responsabilidad. Se les hace fácil echar basura al dren, lo cual nos genera bastantes problemas”, lamenta.
La red de esta Comisión también dispone del dren El Murillo, que capta el agua de los retornos agrícolas del Distrito de riego 026. Por su alto contenido de sal afecta la calidad del agua del Bravo, entonces se evita que vaya ahí y la derivan hasta el sistema lagunar. Primero cae al sistema de drenaje del Distrito de riego 025, pasa por el dren Los Ángeles y luego al lagunar hacia la parte golfo en un trayecto superior de 180 kilómetros.
TRABAJO SOBREHUMANO
Asimismo CILA se encarga de monitorear la salinidad del agua, puesto que ésta deteriora las tierras de cultivo.
“Se está trabajando, para el tema de las descargas tenemos los proyectos de saneamiento. Ahí ya entran los municipios y el Estado de Tamaulipas. En el caso de Nuevo Laredo se tiene una planta de tratamiento, en Reynosa igual. La idea es llegar a cero contaminación. Es un trabajo constante de estar pegados con los organismos operadores para ir minimizando ese problema.
“Pudiera decirles que no hay descargas de aguas residuales, pero al final son de tipo pluviales y si hay fugas de aguas negras en la ciudad normalmente se van al canal o a la descarga pluvial y al final llegan al río Bravo, ya sea por una filtración o por lluvias.
“De eso se trata, de rehabilitar las líneas de drenaje que ya no están funcionando y crear nuevas para solucionarlo. Se están instalando cárcamos nuevos que van a ayudar a traer alivio”, destaca.
Mientras tanto, este administrador pide a los municipios y a los organismos operadores que se coordinen para tomar acciones que permitan proteger el agua de la que actualmente se dispone.
“Ya nos ha pasado en otros tiempos, sobre todo en la ciudad de Reynosa, en los que se han tenido que hacer algunos tandeos (turnar) sectorizados, algo que es muy molesto para los ciudadanos pero muy necesario, porque los almacenamientos que tenemos en las presas no nos van a alcanzar para cubrir las necesidades básicas si en los próximos años las condiciones de lluvia no cambian”, indica.
Actualmente se destinan a Reynosa 2 metros cúbicos por segundo en temporada de calor y 1.4 cuando se consume menos agua, pero en general para la zona baja del Bravo son 250 millones de metros cúbicos anuales, un volumen muy grande de agua que podría verse disminuida si no se conjuntan esfuerzos para poder cuidarla.
PELIGRA EL AGRO
Y mientras las autoridades resuelven cómo administrar los recursos hidráulicos de la región, los sistemas agropecuarios se están convirtiendo en uno de los sectores más afectados.
Mauro Barrera, presidente del Comité Campesino de Reynosa, declara que si bien esta circunscripción rural no recibe agua directa de los distritos de riego, los efectos del cambio climático y la apatía gubernamental se han convertido en un problema que tiene a los productores en números rojos.
En la localidad existen 22 mil hectáreas de temporal que ya se han visto afectadas.
“Lo del fenómeno de La Niña también está causando muchas dificultades, miren la fecha que estamos y el frío que está haciendo (con temperaturas cercanas a los niveles de congelación). El agua que nos ha llegado no es mucha. Como el suelo está mojado se ve que hace charquitos ahí, pero hemos tenido muy poca captación en realidad. El panorama para este año es incierto, está muy difícil esto.
“Se está viendo que el problema de tener frío ahorita en marzo, porque la planta que pusimos en enero no se ha querido arraigar. El detalle es que su desarrollo ya viene estropeado y a final de cuentas va a repercutir en los kilos de cosecha. Una planta que está estresada durante sus primeros 70 días, que es el ciclo en el que emerge la espiga para la producción de sorgo, definitivamente nos va a dar problemas”, asegura Barrera.
Con relación al posible desvío de los recursos hidráulicos de la entidad advierte que es algo que ya se ha venido haciendo a nivel estatal y que los distritos que normalmente sí recibían el agua de riego son los que van a padecerlo mucho más.
“Ellos estaban esperanzados al agua que les llegaba, pero ahorita que no van a tenerla, tendrán que hacerle igual que nosotros y sembrar su superficie de temporal”, refiere.
MÁS RECORTES DE AGUA
Barrera avisora un escenario catastrófico para el campo tamaulipeco, no solamente porque muchas de esas tierras están impuestas al agua y los fertilizantes, sino también porque la tendencia es seguir restringiendo el riego para otros distritos como ya lo hicieron con el 025.
“Con la tardanza que llevamos yo creo que nos vamos a ir hasta junio o julio para recoger el sorgo. Tampoco tenemos ayuda. El único apoyo que hemos tenido aquí es municipal. Ni del gobierno federal ni del estado de Tamaulipas tenemos ningún apoyo”, detalla.
En ese mismo tenor Barrera Martínez fustiga que se hayan abandonado los esquemas de trabajo que ya se tenían.
“Por ejemplo Procampo, que le han cambiado los nombres. También había un proyecto de seguro personal y catastrófico. En el primero el gobierno federal nos subsidiaba un 40 por ciento y nosotros poníamos el 60. Pagábamos 600 pesos por hectárea y ahorita estamos dando mil porque nos retiraron ese apoyo.
“Aparte de que quitaron el subsidio restringieron el seguro de las áreas. Ese es otro problema, porque sólo una cantidad de lo que se siembra entra al seguro y otra no. Eso es grave, porque si antes teníamos el apoyo de las casas comerciales para comprar los granos, éstas ya no quisieron apoyar la superficie porque no tiene seguro. Nos dicen que ya no nos pueden dar crédito para esas tierras que están en zona gris. Por ahí también nos pegó a los campesinos”, lamenta.
El argumento que se utilizó para hacer la separación de zonas es que los productores hilaron tres años con pérdidas.
“Eso al gobierno no le gustó. El año pasado ya no entraron las tierras y se perdió más. Por esa razón quitaron el seguro y restringieron esa zona gris como ellos le llamaron. ¿Qué hizo el gobierno?, darle otra mochada al asunto.
“Teníamos un subsidio de diesel y también lo quitaron. Le pegaron a la agricultura por todos lados. El Procampo lo restringieron a menos de 20 hectáreas, pero un agricultor con 20 hectáreas no se sostiene, esas son mentiras.
“Tenemos tres años padeciendo estos problemas y ya no aguantamos. La gente que nos dedicamos a eso, que vivimos de eso ya andamos tronados y tronamos a los que nos vendieron los insumos, porque les estamos debiendo, traemos una cartera vencida”, expresa Barrera Martínez.
‘¡NO MÁS INDIFERENCIA!’
Aunado al problema de falta de agua los campesinos no saben lo que les van a pagar por el sorgo que sembraron, porque no hay precio de garantía. El año anterior estuvieron recibiendo 3 mil pesos por hectárea y luego con el panorama de sequía que se viene para Tamaulipas se esperan pérdidas cuantiosas.
“Necesitamos que el señor presidente de la República voltee a ver esto. Los granos son esenciales para la comida de los pueblos, para todo. El maíz para la tortilla, para el forraje. El sorgo para el aceite y el forraje. De ahí se saca carne de res o de puerco, de pollo, de borrego; de todas las carnes. Que López Obrador mire al noreste y no solamente al sureste”, pide el líder de los campesinos.
Y mientras Nuevo Léon sigue en espera de que la Federación apruebe el decreto de desastre estatal por la falta de agua, las comunidades rurales de la región continúan sintiendo los estragos en la producción agrícola.
El manejo de los rastrojos va a ser clave para afrontar una temporada en el que ‘La Niña’ impondrá condiciones adversas para los productores, de acuerdo con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt).
A estas alturas de 2022 los observatorios climáticos no pueden predecir con exactitud cuál va a ser el impacto de los meses secos que vienen, pero recomienda tomar precauciones.
MÁS GESTIONES Y MESAS DE DIÁLOGO
Entretanto para Nuevo León como para Tamaulipas los meses de marzo y abril van a ser cruciales en las negociaciones de la repartición del agua. Por ahora los problemas de abastecimiento para el vecino estado lejos de solucionarse se profundizan, mientras la mayoría de los tamaulipecos no está de acuerdo en seguir repartiendo sus recursos naturales.
Lo cierto es que Samuel García, cuando todavía no asumía como gobernador, aseguró de manera contundente que no se iba a ceder más agua a Tamaulipas, pero debido a la crisis actual ha tenido que moderar su discurso para buscar una solución integral a esta encrucijada.
Ante tantas negativas, se va a empezar con la promoción del uso racional hídrico, la perforación de pozos y la posible extracción y bombeo de agua marítima del golfo, sin quitar del renglón la codiciada concesión del río Pánuco, que tendría un alto costo para el erario, por lo cual ya se contempla un cobro mayor de impuestos a las empresas más contaminantes de ese estado.
ALMACENAMIENTO PRINCIPALES PRESAS DE LA REGIÓN (hm3= millones de metros cúbicos)
NUEVO LEÓN
La Boca
Capacidad de almacenamiento: 6.620 hm3
Nivel: 17 por ciento
Región administrativa: Río Bravo
Corriente: Arroyo La Chueca y río San Juan
Municipio: Santiago
Operación: 1961
Altura de cortina: 34 metros
Cerro Prieto
Capacidad de almacenamiento: 24.889 hm3
Nivel: 8 por ciento
Región administrativa: Río Bravo
Corriente: Río Pablillo y Río Hualahuises
Municipio: Linares
Operación: 1984
Altura de cortina: 50 metros
El Cuchillo
Capacidad de almacenamiento: 589.177 hm3
Nivel: 52 por ciento
Región administrativa: Río Bravo
Corriente: Río San Juan
Municipio: China
Operación: 1994
Altura de cortina: 44 metros
Salinillas
Capacidad de almacenamiento: 6.386 hm3
Nivel: 34 por ciento
Región administrativa: Río Bravo
Corriente: Río Salado
Municipio: Anáhuac
Operación: 1930
Altura de cortina: 10 metros
TAMAULIPAS
Falcón
Capacidad de almacenamiento: 84.259 hm3
Nivel: 6 por ciento
Región administrativa: Río Bravo
Corriente: Río Bravo
Municipio: Nueva Ciudad Guerrero
Operación: 1953
Altura de cortina: 50 metros
Vicente Guerrero
Capacidad de almacenamiento:
1228.780 hm3
Nivel: 31 por ciento
Región administrativa: Golfo Norte
Corriente: Río Soto La Marina
Municipio: Padilla
Operación: 1967
Altura de cortina: 62 metros
Las Blancas
Capacidad de almacenamiento: 16.971 hm3
Nivel: 20 por ciento
Región administrativa: Río Bravo
Corriente: Río Sombreretillo
Municipio: Ciudad Mier
Operación: 2000
Altura de cortina: 32.3 metros
Marte R. Gómez
Capacidad de almacenamiento:
639.104 hm3
Nivel: 82 por ciento
Región administrativa: Río Bravo
Corriente: Río San Juan
Municipio: Camargo
Operación: 1946
Altura de cortina: 49 metros
Pedro J. Méndez
Capacidad de almacenamiento: 18.108 hm3
Nivel: 58 por ciento
Región administrativa: Golfo Norte
Corriente: Río San Juan
Municipio: Hidalgo
Operación: 1982
Altura de cortina: 55 metros
Emilio Portes Gil
Capacidad de almacenamiento:
109.285 hm3
Nivel: 47 por ciento
Región administrativa: Golfo Norte
Corriente: Arroyo El Sargento
Municipio: Xicoténcatl
Operación: 1983
Altura de cortina: 50.4 metros
Ramiro Caballero
Capacidad de almacenamiento:
441.636 hm3
Nivel: 78 por ciento
Región administrativa: Golfo Norte
Corriente: Arroyo Las Ánimas
Municipio: González
Operación: 1976
Altura de cortina: 31.2 metros
El Sombrero
Capacidad de almacenamiento:
15.955 hm3
Nivel: 29 por ciento
Región administrativa: Golfo Norte
Corriente: Arroyo San Pedro
Municipio: Aldama
Operación: 1974
Altura de cortina: 30 metros
Sistema Lagunario El Chairel
Capacidad de almacenamiento:
507.000 hm3
Nivel: 75 por ciento
Región administrativa: Golfo Norte
Corriente: Río Tamesí
Municipio: Tampico
Operación: 1953
Altura de nueve compuertas: 2.2 metros