Por Pedro Ortiz
Ante la dura crisis que se vive actualmente en el país, las familias evitan cada vez más salir a disfrutar de un rato de convivencia y recreo durante los periodos vacacionales, sin embargo hay quienes han encontrado la forma de divertirse sin gastar tanto.
Reynosa no es la excepción, ya que mientras algunas personas se divierten en playas como Puerto Vallarta, Acapulco, Cancún o Mazatlán, hay quienes no necesitan de viajar en un crucero u hospedarse en los mejores hoteles cinco estrellas para pasar un buen rato con sus seres queridos.
Las opciones locales son La Playita, el Zoológico, el Parque Cultural o alguno de los balnearios de la región.
El costo de divertirse en estos lugares no afecta de manera considerable al bolsillo, como lo confirma Julio Pérez, empleado de maquiladora quien se dio cuenta que no necesita visitar lugares costosos o comprar cortes de carnes muy finos para disfrutar de sus hijos.
“No se necesita mucho dinero para pasear con la familia, lo que las personas necesitan es voluntad, ya que si uno se espera a volverse millonario, tal vez nos vayamos al pozo sin disfrutar de la vida”, pronunció.
Indicó que en cada temporada vacacional, regularmente visita La Bocatoma y no gasta más de 400 pesos.
“El kilo de pollo nos cuesta como 15 pesos, con unos tres kilitos la hacemos para comer tranquilamente; para preparar la salsita invertimos unos 16 pesos en el tomate y como 25 pesos en la cebolla y chile”, explicó.
En los refrescos invierten aproximadamente 50 pesos, también compran papas fritas, tortillas y un paquete de salchichas para asar en donde gastan alrededor de 70 pesos.
“Nada más haga cuentas y verá que llevamos poquito más de 200 pesos, a eso le sumamos unas cervezas y se incrementa a 300, sin embargo sigue siendo poco dinero”, apuntó.
Los limones, sal, y complementos de botana no representan un gasto mayor a los 60 pesos.
“Mientras mi esposa y yo preparamos los alimentos, mis niños juegan y se divierten un rato en el agua, claro que todo el tiempo los cuidamos, además siempre están los de Protección Civil”, refirió.
Así como la familia Pérez se divierte, convive y disfruta de un momento bajo el sol que acaricia sus rostros, miles de personas llevan a cabo actividades similares en dicho lugar.
EL PARQUE CULTURAL
El Parque Cultural es otra oportunidad para quienes por falta de dinero y tiempo no pueden salir.
Fernando Barrón Treviño lleva a su familia a pasear a dicho parque cada semana donde, asegura, se la pasan muy bien.
“Cada vez que vengo con mi esposa e hijos nos subimos a una torre de barrotes que se encuentra atrás del parque, ahí nos quedamos un rato y contemplamos la tranquilidad del agua”, comentó.
Luego de observar el paisaje, los patos y aves que llegan a las pequeñas islas de la laguna, dan una vuelta por la pista, ya que el ejercicio forma parte de esa rutina familiar.
“A veces nos traemos unos lonches, compramos una barra de pan, mayonesa, queso, jamón, lechuga, tomate y refrescos, con eso la hacemos para mitigar el hambre”, apuntó sin pena alguna.
Después de dar la vuelta al parque se sientan bajo la sombra de un árbol y disfrutan de un pequeño momento en donde comparten experiencias y anécdotas de sus antepasados.
“A mis niños les gusta escuchar mucho las historias de sus abuelos, en ocasiones que nos acompañan, ellos mismos las cuentan, si no, yo me las aviento”, pronunció entre risas.
Fernando asegura que para él no hay mejores vacaciones que disfrutar de sus padres, esposa e hijos, y aunque tuviera una gran cantidad de dinero ahorrada, preferiría contemplar la tranquilidad de la laguna sobre la torre de madera.
“No creo que el ajetreo de una playa como Cancún llene la satisfacción que siento al contemplar la tranquilidad de esta laguna o de sentarme bajo un árbol y contar historias familiares”, acentuó.
Cada vez que tiene la oportunidad, aunque no sea temporada vacacional, visita el parque para salir de la rutina y alejarse del ruido urbano.
EL ZOO
A un costado de La Playita, hay un lugar en donde la magia de los animales transporta a los paseantes a vivir una aventura satisfactoria.
Es el zoológico de Reynosa, en donde por 45 pesos cualquiera puede adentrase a un mundo animal maravilloso, en donde la convivencia con la naturaleza es el principal atractivo.
“Me gusta mucho venir al safari y darle de comer a los animalitos, son muy tiernos y además aprendemos a convivir con ellos”, expresó Juan Luis Lorena Gutiérrez.
Acentuó que no tiene esposa e hijos, pero en ocasiones sale con amigos y disfrutan de ese increíble lugar.
“No es muy caro disfrutar de esto que nos regala la naturaleza, por eso me gusta venir, además que mi trabajo me impide salir de vacaciones a otros lugares”, puntualizó.
Con los testimonios señalados se comprobó que, al menos en Reynosa, la gente puede disfrutar, convivir y pasear en familia, sin la necesidad de gastar enormes cantidades de dinero.
Sólo se necesitan de unas cuantas historias, voluntad y positivismo para disfrutar de cosas que nos regala la vida como contemplar junto a un hijo el cantar de los pájaros, o en su caso sentir la brisa del rio Bravo deslizarse sobre nuestro rostro.
“Si no tenemos carro, nos podemos mover en pesera, lo importante es salir de la rutina que diariamente, en cierto modo, nos sofoca, quiero invitar a quienes no tienen la oportunidad de salir fuera de la ciudad a que al menos contemplen las estrellas en la noche”, enfatizó Juan Luis.