Transcurría la canícula de 1956 cuando un joven combatiente cubano –con ideales comunistas– arribó al norte de Tamaulipas pocos meses antes de emprender uno de los más contundentes y famosos golpes de Estado.
En la región nadie sospechaba que ese espigado chico de barba cerrada se convertiría en un personaje de influencia mundial.
Y es que de Fidel Castro Ruz se ha dicho tanto; sin embargo, uno de los pasajes poco mencionados tiene que ver con su exitoso tránsito por la frontera entre México y Estados Unidos, para conseguir las armas con las que finalmente llevó a cabo su cometido.
A sesenta años de tales acontecimientos, el cronista, historiador y escritor camarguense, Roel López Olivares, hace referencia a la importancia de la fecha y se remonta a la época cuando el caudillo de la Revolución Cubana compartió vivencias con los tamaulipecos, de los que inclusive, se hizo amigo.
“En Reynosa Fidel Castro estuvo hospedado en el hotel Plaza, que desapareció como tal hace muchos años. Se encontraba sobre la calle Hidalgo, donde está actualmente el restaurante La Estrella. Juan Ríos, un serio empresario del sector ferretero comenta el hecho también.
“Otro personaje típico que se llamaba Antonio Morán, era muy asiduo al Mission Bar, donde la gente le invitaba cervezas por contar chistes; no tenía un oficio en sí, pero él se ostentaba como amigo de Fidel Castro, y la gente no le creía.
“Mencionaba conservar su teléfono y cada fin de año se comunicaba con el líder de la Revolución Cubana para saludarlo, pues Morán habría sido una de las personas que le ayudó a Fidel a cruzar el río Bravo”, manifiesta López Olivares.
El cronista y escritor cubano, Eloy A. González, también hace énfasis del paso de Castro por Tamaulipas.
FIDEL EN MEXICO
Las versiones orales de personas que decían haber visto a Fidel Castro pasar por esta frontera fueron apoyadas por el propio ex presidente.
De acuerdo con fragmentos del libro “Guerrillero del tiempo”, escrito por la periodista Katiuska Blanco (originaria de La Habana), el entonces insurgente al régimen de Fulgencio Batista, pensó que la República Mexicana era el “país ideal” para organizar la excursión revolucionaria que tomaría Cuba.
Las circunstancias a favor y en contra de su estadía en suelo nacional son relatadas por el propio Fidel, quien llegó a México el 7 de julio de 1955 en un vuelo comercial con escala en Mérida, Yucatán, y después a Veracruz.
De ahí se trasladó en autobús hacia la Ciudad de México, donde describió que “no conocía a nadie” y se encaminó a un “mundo nuevo”.
A partir de entonces Fidel Castro comenzó a recaudar dinero y reclutar hombres con el propósito de estructurar un grupo armado capaz de irrumpir en contra del gobierno de Batista.
Es en la capital mexicana donde conoció a Ernesto “el Che” Guevara, quien antes de convertirse en militar fue periodista, médico y fotógrafo.
Previo a ésto, Castro se encontraba cumpliendo una condena de 10 años en Cuba, pero lo liberaron gracias a una ley de amnistía a él, a su hermano Raúl y otras 18 personas, tras su detención por el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
Esa fue la peor decisión para Batista, porque posteriormente aquellos jóvenes excarcelados reconstruyeron el “Movimiento 26 de Julio”, el cual lo derrocó.
El pequeño país del Caribe vivía momentos de gran tensión porque en marzo de 1952 un golpe de estado encabezado por el general, Fulgencio Batista, derrocó al presidente democrático Carlos Prío Socarras (que se exilió en Estados Unidos), con quien dos años más tarde Castro se reuniría en Texas.
Cuando éste último se estableció en México estuvo preparándose para recibir a su hermano Raúl y crear nuevamente un grupo de guerrilleros.
Al menos unas 20 personas comenzaron primero a entrenarse en una finca de Tuxpan, Veracruz, y después en un rancho del municipio de Chalco, Estado de México, bajo el mando del coronel aliado, Alberto Bayo, quien había participado en la Guerra Civil Española.
En pasajes del libro de Katiuska Blanco, Castro hace énfasis que desde Cuba también recibieron dinero para arrendar viviendas (pues debían cambiarse constantemente para evitar ser desarticulados); vehículos y comprar algunas armas, algo que en México fue extremadamente difícil, pues no consiguieron automáticas, sino sólo rifles de cacería.
Los combatientes cubanos se hacían pasar como deportistas, aficionados al tiro. E Inclusive, se hace mención que Fidel se adaptó tanto a las costumbres mexicanas que frecuentaba las corridas de toros y solía comer tacos callejeros.
PENSO LA POLICIA QUE
ERAN CONTRABANDISTAS
Ante el temor de que emisarios de Batista pudieran atentar contra su vida, el grupo insurgente se mantenía cauto, pero armado; no obstante, un año después de haber arribado a México varios de sus miembros (incluido Fidel y el “Che” Guevara) fueron arrestados por la policía el 20 de junio de 1956, al considerar que eran traficantes.
Luego de muchas diligencias un mes más tarde obtuvieron su libertad, con ayuda del general Lázaro Cárdenas, que habría abogado ante el presidente, Adolfo Ruiz Cortines.
Su situación era precaria. Fidel y sus compañeros querían asestar un golpe de Estado y sólo disponían de cinco mil dólares.
El ex mandatario Cubano, Carlos Prío Socarras, que había sido depuesto cuatro años antes por Fulgencio Batista, se puso en contacto con el joven revolucionario para ofrecerle los medios económicos.
“Esto iba en contra de los ideales de Fidel Castro, ya que mencionaba, ese dinero que le daba para llevar a cabo su misión provenía de recursos públicos cubanos desviados por Prío, pero ante el dilema de seguir o no adelante, tuvo que aceptarlo y decantarse por la Revolución”, agrega el cronista, Roel López Olivares.
Fue entonces que Fidel pasó con “azúcar” no deberían basar su tratamiento en medicamentos, sino preocuparse por llevar una alimentación sana y una vida físicamente activa, ya que con esos dos factores se contrarrestarían algunas complicaciones.
“Un paciente bien informado puede llevar una vida normal, sin complicaciones, sólo con prevención primaria, lo principal o lo más importantes es prevenir que ese paciente no progrese hacia las enfermedades micro vasculares que es lo peligroso”, recalcó.
El especialista dijo que realmente no hay un medicamento que erradique la diabetes, ya que en ocasiones hasta un tratamiento convencional mal empleado puede generar un daño en las personas, sin embargo, se puede vivir con buena calidad si se emplean medidas básicas.
“Hay muchos mitos en relación a la diabetes, pero lo importante es acudir con un especialista que proporcione información necesaria para que el paciente lleve a cabo un tratamiento de forma correcta y no con tratamientos milagros o pastillas naturales que prometen beneficios y sólo generan complicaciones en la salud”, puntualizó.
Indicó que la absorción de nutrientes es todo un proceso que se lleva a cabo en el tubo digestivo, mismo que cumple con un proceso, por tanto no hay porque dejar ningún grupo de alimentos, sólo moderar el consumo de comida chatarra.
“Algunas cuestiones caseras podrían ser buenas siempre y cuando los pacientes estén con un tratamiento base, el problema es que no hay un estudio que soporte los resultados de esos remedios”, aseguró.
RECOMENDACIONES
La probabilidad de tener diabetes se incrementa cuando las personas tienen un familiar en la primera línea con la enfermedad, pero siempre dependerá de cada individuo tener una buena calidad de vida o llegar a perder extremidades por la destrucción de células.
Si se comienzan a acumular factores de riesgo como sobre peso, sedentarismo, presión arterial elevada y edad avanzada, la enfermedad se desarrolla con facilidad; no obstante si se tiene el cuidado en dichas cuestiones las personas podrían
librar la muerte silenciosa y poco dolorosa de la diabetes.
“La recomendación es que todas las personas quienes tienen factores de riesgo se revisen, evalúen y traten de llegar a un peso regular, la actividad física y la buena alimentación es lo más importante en todos los tratamientos”, afirmó.
Generalmente cuando el paciente comienza a tener alteraciones del colesterol en la sangre o cuando aumenta de peso es el momento de actuar, no cuando ya se tiene el problema.
“Cuando se da el diagnóstico de la diabetes, por lo general los pacientes ya tienen un 50 por ciento de disminución en la célula que produce la insulina, no obstante pueden tener una vida digna y saludable”, especificó.
Manifestó que si ese paciente regula sus hábitos, incluso puede no utilizar medicamentos.
“Si el paciente baja de peso e inicia una actividad física, podría reducir en gran medida los medicamentos que les suministra el especialista, pero todo tiene que ser supervisado y aprobado por el médico”, declaró.
La diabetes es una alteración incurable -hasta el momento- , sin embargo se puede controlar con un tratamiento adecuado; las personas deben hacer ejercicio, revisar las concentraciones de glucosa en la sangre y seguir indicaciones médicas.