
Han pasado 200 años desde que el país inició el movimiento de liberación de la monarquía española; sin embargo, el pueblo mexicano vuelve a ser esclavo, pero del miedo y la desconfianza, producto de los problemas sociales que hoy en día enfrenta México.
Como cada 15 de septiembre los mexicanos salen a las calles para festejar un año más de Independencia. Una fecha que conmemora la noche en la que el cura Miguel Hidalgo repicó las campanas de la iglesia de Dolores Hidalgo, Guanajuato y convocó al pueblo a levantarse en armas con la única finalidad de obtener libertad, misma que dos siglos después parece haber sido arrebatada nuevamente.
Este año el grito fue silencioso, casi mudo y el común denominador en cada celebración fue el temor. Sólo basta con saber que a lo largo y ancho del país algunas ciudades prefirieron cancelar los tradicionales festejos patrios a causa del miedo.
En Reynosa se decidió continuar con las fiestas del Grito de Independencia pero bajo fuertes medidas de seguridad.
La sede del evento fue trasladada de la plaza principal al Parque Cultural Reynosa. El recinto ofrecía la posibilidad de implementar rígidas medidas de seguridad a diferencia del primer cuadro de la ciudad, donde se han registrado hasta atentados con explosivos.
Por ello el alcalde, Oscar Luebbert Gutiérrez, consideró pertinente el cambio de escenario.
“El propio recinto, el propio escenario, por las condiciones, ofrece mejores garantías que hacerlo en cualquier otra parte. Va a ver obviamente las revisiones naturales que por seguridad de todos los que estamos aquí se están tomando”, comentó.
24 horas antes de la celebración se llevaron a cabo las labores de supervisión del área del parque, en las que participaron las autoridades municipales acompañadas de elementos de la policía municipal, estatal y federal, así como de la Secretaría de la Defensa Nacional.
¡VIVA MEXICO!
Los festejos del bicentenario comenzaron temprano, pues fue en punto de las 17:00 horas cuando el Centro Cultural abrió sus puertas.
Aquellos ciudadanos que decidieron asistir tuvieron la oportunidad de observar un panorama diferente a lo acostumbrado. Más que los festejos, el recinto pareció una zona de peligro.
Elementos de la Policía Ministerial rodearon el perímetro de la sede dando la bienvenida al público con una revisión que incluyó detectores de metal. Metros más adelante el mismo procedimiento se replicó.
Fueron más de 500 elementos de seguridad de los tres niveles de gobierno y la Sedena los que proporcionaron seguridad al evento, informó el alcalde de Reynosa.
“Hubo cuatro cercos de seguridad como se está ordenado por las disposiciones federales. Está la defensa nacional, la Secretaría de Seguridad Pública Nacional, la PFP, la Policía Estatal, la parte ministerial y obviamente el de seguridad pública municipal. Desconozco el número, nosotros tendremos cerca de 200 elementos, seguramente van a ser más de 500 elementos los que estén aquí”, indicó Luebbert Gutiérrez.
Una tensa calma dominó la atmósfera del Centro Cultural, los elementos del Ejército que sigilosos observaban cada movimiento contrastaban con las sonrisas de los pocos asistentes.
Reynosa tiene una población superior al medio millón de habitantes, pero a los festejos sólo asistieron poco más de mil personas, cifra que estuvo dentro de lo esperado por las autoridades.
La ceremonia cívica comenzó y sólo duró cinco minutos, los suficientes para que en el escenario, un alcalde fuertemente resguardado por elementos del ejército y francotiradores gritara la arenga a la ciudadanía.
El nombre de los héroes patrios se escuchó con fuerza y el enunciado “Viva México” no se hizo esperar. Segundos más tarde y teniendo como marco la laguna La Escondida una serie de fuegos pirotécnicos iluminó la noche.
La imagen de aquella noche fue contrastante pues, por un lado, habían visitantes contentos con sombreros y banderas disfrutando de la ceremonia y por otro, los integrantes del dispositivo de seguridad despertó la desconfianza en parte de la población, que decidió retirarse temprano.
Al final no hubo incidentes que lamentar.
LOS AUSENTES
Raúl Martínez Marrero de 27 años, fue uno de los reynosense que prefirió no atender el llamado de los festejos y quedarse en casa para evitar cualquier tipo de inconveniente.
“No quise ir para prevenir y no lamentarme de lo que podía pasar. Vi en la televisión que recomendaron en algunos municipio de Tamaulipas no asistir, Reynosa uno de ellos y por eso decidí no ir”, comentó.
Este pensamiento fue compartido por un considerable número de habitantes para quienes las medidas de seguridad sólo representaron un reflejo de la magnitud de los problemas sociales de la nación y el temor de las autoridades a un ataque.
Este año México mostró un rostro distinto al conocido. El 15 de septiembre muchos de los ciudadanos prefirieron olvidarse de la comida, la bebida y la fiesta. Aquel día el grito de júbilo enmudeció y lo que verdaderamente se pareció fue el descontento silencioso de los mexicanos.
Gobernador salió al balcón a dar el Grito
Por Redacción
Ciudad Victoria, Tam.
En Ciudad Victoria, el gobernador, Eugenio Hernández Flores, encabezó la tradicional ceremonia del Grito, acompañado de los titulares de los Poderes Legislativo y Judicial, donde evocó a los héroes nacionales que nos dieron patria y libertad.
Acompañado de su esposa, Adriana González de Hernández, ambos ataviados con su cuera tamaulipeca y ante cientos de ciudadanos congregados en los jardines de la Plaza Juárez, el titular del Ejecutivo estatal, desde el pórtico de Palacio de Gobierno, hizo tañer la campana y ondeó el Lábaro Patrio para exclamar al unísono los nombres de los héroes de la patria.
“¡Viva Miguel Hidalgo y Costilla!… ¡Viva José María Morelos y Pavón!… ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!… ¡Viva Mariano Matamoros!… ¡Viva Ignacio Allende!… ¡Viva Vicente Guerrero!… ¡Viva Guadalupe Victoria!… ¡Viva Bernardo Gutiérrez de Lara!… ¡Viva el Bicentenario de la Independencia de México!… ¡Viva Tamaulipas!… ¡Viva Tamaulipas!… ¡Viva México!… ¡Viva México!… ¡Viva México!…”
El evento estuvo enmarcado con un impresionante espectáculo de luces y sonido, fuegos artificiales multicolores y las notas del mariachi cuyas melodías fueron el disfrute de cientos de familias que se dieron cita en este acto conmemorativo de los 200 años del inicio de la independencia de México.