El calentamiento global este 2023 es tan intenso que puede comprometer el suministro eléctrico de la entidad, el cual se agota de manera importante. Desde antes de comenzar el verano, temperaturas superiores a los 40 grados centígrados han sido impulsadas en el que ha sido el año promedio más caliente desde que se toman registros, al tiempo que la tarifa se dispara hasta en un 800 por ciento.
Las reservas de corriente eléctrica estatal enfrentan un desafío para las autoridades y los casi 30 millones de habitantes que componen el territorio texano. La calurosa onda que azota a la región está provocando un alza en el precio de la energía, pasando de los 275 dólares por megawatt a los 2 mil 500; sin embargo, eso no es lo más alarmante.
El Consejo de Fiabilidad Eléctrica de Texas (Ercot, por sus siglas en inglés), ha emitido un aviso climático a la comunidad y a la iniciativa privada para limitar, en la medida posible, el consumo de luz en los sectores residencial, comercial, industrial y público, ante el riesgo de que la red presente fallas o colapse antes de terminar la abrasadora temporada.
Hasta ahora los mayores apagones que han afectado al estado fueron durante las tormentas invernales, especialmente la de febrero de 2021, pero ahora se enfrenta un escenario diametralmente opuesto, en plena canícula, pero con similitudes en el consumo a grande escala.
Ya en el pasado hay antecedentes de que fueron interrumpidas las exportaciones de gas a México para poder garantizar su suministro interno y hoy el estado hace uso de esos recursos para que los texanos tengan funcionando sus aparatos.
Pero, de acuerdo con el Centro de Electromecánica de la Universidad de Texas, el comportamiento de la red eléctrica estatal atraviesa por una sobrecarga, por el uso de millones de aires acondicionados y neveras para mitigar la temperatura sofocante.
“Empezamos a ponernos nerviosos por lo que se va a romper y no tenemos mucho margen aquí para que se rompan las cosas. Realmente necesitamos que la ola de calor se termine primero, antes que las piezas de la red comiencen a romperse”, advirtió el doctor Robert Hebner, director de dicho centro.
¿SIN ENERGÍA ELÉCTRICA QUÉ PASARÍA?
Hasta ahora no ha sucedido, pero en un escenario donde millones de hogares se queden sin luz durante varios días las consecuencias podrían ser catastróficas.
No solamente se perjudicaría a menores de edad en guarderías y centros escolares; a adultos mayores en asilos y grupos geriátricos, sino también se verían afectadas cadenas de suministro, supermercados, hospitales, penitenciarías, oficinas públicas y centros de producción. Algunos generadores tienen la capacidad de atender una emergencia temporal, pero en su mayoría los usuarios dependen de la corriente eléctrica conectada al transformador.
En esta temporada el número actual de muertos por golpes de calor asciende a 13 en territorio estatal, pero sin luz los decesos podrían ser muchos más, según predicen los expertos.
En Fahrenheit el clima diario ha superado los 100 grados durante el presente verano, pero hay días en los que ha llegado a los 115 (46 grados centígrados). Nueve de los fallecidos son del condado de Webb, donde se ubica la ciudad de Laredo.
Hasta el momento la red estatal ha podido soportar esta sobrecarga; no obstante, los megawatt depositados se están terminando rápidamente, porque la demanda se incrementa a niveles récord, de acuerdo con información del Ercot, que opera el cableado.
Para la primera semana de agosto la reserva se había reducido a 1.6 gigavatios en sus plantas eléctricas (unidad de potencia que equivale a mil millones de vatios), mientras el pronóstico de altas temperaturas no ha cambiado.
El calor excesivo también afecta al ganado y la producción de alimentos por la sequía. Y ni siquiera la captación de energía solar es tanta como la que se consume. Hoy el recibo de luz es mucho más caro. Muy lejos quedaron los consumos promedio de 50 dólares mensuales. Ahora las facturas pueden subir en un hogar muy fácilmente a cientos de dólares.
Algunas ciudades han instalado centros de enfriamiento comunitarios para asistir a la población, porque las casas parecen hornos y en algunos casos no consiguen refrescarse hasta después de las 10:00 de la noche.
Este verano se han roto siete récords históricos de demanda máxima de los servicios
de electricidad en Texas, siendo el mayor de 83 mil 854 megavatios, mientras que el año pasado fueron once registros batidos.
Con el ardiente clima la tendencia en la necesidad de energía ha ido en incremento. Ercot opera una red para aproximadamente 26 millones de domicilios, los cuales equivalen al 90 por ciento de la carga de energía estatal.
EL CALOR UN CASTIGO
Al elevarse la temperatura del planeta también hay advertencias sobre el calentamiento de los mares, que está perjudicando a diversas especies.
Y es que entre los meses de junio y julio la temperatura diaria mundial ascendió 17 grados centígrados, de acuerdo con la National Oceanic and Atmospheric Administration (NCEP).
En algunas comunidades del sur de Texas hubo un clima cercano a los 50 grados, siendo el 21 de junio uno de los días más calientes, comparados con los de Phoenix, Arizona, otra de las ciudades del país que también ha enfrentado dicha problemática.
Por su parte, el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea (UE), indicó que el ambiente caluroso que hoy se percibe se remonta al año de 1940.
La ciencia ha podido determinar algunos de estos datos con base a estudios en el hielo, arrecifes de coral y la corteza de los árboles.
CALOR PODRÍA AGRAVARSE CON FORMACIÓN DE HURACANES
El Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos (CNH) vigila puntualmente la formación de eventos atmosféricos, a causa de los riesgos mundiales que representa el fenómeno de El Niño, un patrón climático asociado al calentamiento del ambiente que ha generado fuertes sequías e inundaciones.
Es por esto que existe la teoría de que este persistente calor podría anunciar un meteoro elevado al grado de un mega huracán como Dora, que por ahora tiene una categoría 4 en la escala de Saffir-Simpson.
Al cierre de esta edición se estimaba que podría avanzar 9 mil 500 kilómetros con vientos de 220 kilómetros por hora. Se movía hacia el oeste debajo de Hawaii en el Océano Pacífico. El récord mundial lo ostenta el tifón John, que en 1994 tuvo un recorrido destructivo de 13 mil 180 kilómetros.
Mientras tanto, los texanos (así como los habitantes del resto del país que también se están viendo perjudicados por la onda de calor) ahora deben pagar más por su recibo de luz, a la espera de que la temperatura descienda con el fin de la canícula y que la red eléctrica estatal funcione para poder refrescarse sin mayor contratiempo.