
La escalada de coronavirus en el segundo territorio más poblado de los Estados Unidos tiene en alerta a las autoridades sanitarias. Si no cambia la tendencia de contagios, los nosocomios podrían colapsar, incluido el Centro Médico de Houston, considerada la ciudad hospital más grande del mundo.
En las noticias no hay otro tema que acapare los titulares que el Covid–19 y todo parece indicar que será así durante mucho tiempo.
Desde el 13 de marzo que se decretó la emergencia sanitaria nacional miles de personas han perdido la vida en Texas.
Peor aún, la capacidad hospitalaria parece llegar a su límite siendo, inclusive, uno de los estados con mayor infraestructura y avances médicos, ya que tiene el segundo número más grande de camas de hospital del país después de California.
Recientemente Steve Adler, el alcalde de la capital, Austin, declaró que las unidades de cuidados intensivos se estaban saturando de manera dramática.
En la región, el corazón del virus está en Houston, que pertenece al condado de Harris. Le sigue Dallas, Bexar, Tarrant, Travis, El Paso, Hidalgo, Fort Bend, Galveston y Nueces County.
A nivel general la demanda de pruebas de coronavirus ya excede la capacidad del Departamento de Salud (HHS, por sus siglas en inglés), que no se da abasto para aplicar tantos estudios de laboratorio al mismo tiempo.
Por no querer interrumpir el crecimiento de una de las mayores economías del mundo se permitió una reapertura que elevó de manera importante la cifra de enfermos y defunciones, orillando a que varias ciudades recurran al endurecimiento de las medidas.
Lejos de aplanarse la cadena de contagios, ésta se elevó.
LA VORÁGINE
La ciudadanía de la semidesértica y petrolera provincia sureña de los Estados Unidos no sabía lo que era un toque de queda, mucho menos tener que permanecer confinada en su domicilio también durante el día. La pandemia llegó como un evento inesperado que vino a modificarlo casi todo en un territorio en el que radican legalmente 29 millones de personas.
Victor Castillo, reconocido periodista y presentador de noticias en el Valle de Texas, aseguró que el Covid–19 ha causado cambios drásticos en la vida de sus habitantes, así como en el funcionamiento de los negocios y comercios; en las comunidades religiosas, centros educativos y, evidentemente, en el sector médico.
“Ni las escuelas ni las familias estaban entrenadas ni preparadas, lo cual requirió para muchos no sólo inversión sino también disciplina. Las graduaciones tuvieron que cancelarse y para el próximo año escolar todavía está en duda como será la modalidad educativa. Sólo se ha comentado que las clases de manera presencial serían opcionales”, comentó.
El comunicador señaló que los comercios se vieron perjudicados en su economía y en muchos casos hubo personas que perdieron sus ingresos, debido a que los no considerados como negocios esenciales fue necesario cerrarlos.
“Muchas personas tuvieron que ser despedidas y a otras se les redujeron sus horas laborales, dando como resultado problemas para pagar sus deudas y las mensualidades con sus acreedores”, lamentó.
Como creyente, Castillo, quien dedica parte de su tiempo a asesorar organizaciones religiosas sobre el uso de la tecnología, mencionó cómo ha observado esta transformación a causa del coronavirus.
“Las comunidades de fe, es decir las iglesias, también tuvieron que cerrar y empezar a realizar transmisiones online o servicios virtuales.
“En lo personal me ha tocado oficiar funerales y entierros de una manera diferente debido a las limitaciones que hay a causa de los lineamientos del gobierno”, ilustró.
UN INCIERTO PANORAMA
Pero si un sector tuvo un fuerte impacto a raíz del Covid–19 ese es el médico, ya que se ha visto en la necesidad de funcionar de una manera completamente diferente.
“Los enfermeros, laboratoristas, radiólogos, doctores y todo el personal de apoyo médico ahora debe trabajar jornadas de trabajo más largas. Los hospitales han estado al límite de su capacidad, enfrentando un reto jamás antes visto”, refirió.
Castillo hizo hincapié en que los laboratorios que ofrecen las pruebas de coronavirus están abarrotados y hay quienes empiezan la fila en coche a las 10:00 de la noche esperando hasta el siguiente día a que abran a partir de las 7:00 de la mañana.
Stephanie Kramer, una estudiante de enfermería de la Universidad Técnica del Estado de Texas (TSTC, por sus siglas en inglés) explicó que ella y sus compañeros están realizando su preparación ahora a través de una computadora.
Como madre de familia opinó que no ha sido fácil lidiar con la pandemia, porque no es tan sencillo mantenerse todo el tiempo en casa, especialmente cuando los niños están chicos. Además ha tenido que suspender muchas de sus actividades cotidianas.
OÍDOS SORDOS
En medio de la crisis los reflectores apuntan al gobernador Abbott, por su posición omisa y tardía en relación con la pandemia.
Lina Hidalgo, la jueza del Condado de Harris, donde aún no se puede predecir cuándo será el pico de la pandemia, declaró su temor a que Texas se convierta en la nueva Italia.
A pesar de que los alcaldes texanos le solicitaron al gobernador que implantara el uso obligatorio de las mascarillas el 16 de junio éste se rehusó.
A pesar de que Texas dispone de una vasta infraestructura médica, con un enorme complejo de hospitales, su sistema de salud se está viendo muy presionado.
Hasta el Centro Médico de Houston avisó que su área de cuidados intensivos de mil 330 camas estaba en su máxima capacidad, por lo que finalmente se autorizó que ahora los hospitales infantiles reciban a pacientes adultos con coronavirus.
RETRASAN REGRESO A CLASES
Debido a que no se ha logrado controlar el aumento de casos de coronavirus en la región, el Condado de Hidalgo ordenó que las escuelas públicas y privadas desde kindergarten hasta el doceavo grado no podrán regresar a clases presenciales hasta septiembre.
Por medio de un comunicado, Ivan Melendez, encargado de la Autoridad de Salud en el Condado, informó que el regreso a clases presenciales será hasta el 27 de septiembre de este año.
Ante ello recomendaron a los directivos de estas instituciones educativas a organizar los protocolos necesarios para que el regreso a clases se lleve a cabo de manera virtual o por medio de video conferencia.
El ordenamiento de las autoridades también contempla la prohibición de cualquier actividad extra escolar hasta la fecha determinada para el regreso a clases.
Además, se ordena a las escuelas que dos semanas antes del regreso a las clases presenciales elaboren un proyecto sanitario que asegure la protección de los alumnos, mismo que tiene que ser presentado a las autoridades del Condado y a los padres de familia.