La mayoría de los condados del Valle de Texas como Hidalgo, Cameron, Starr y Web dan la espalda al aún presidente de los Estados Unidos y lo relevan por el demócrata Joe Biden. Solo Zapata siguió pintándose de rojo.
En Texas, tal y como ha ocurrido históricamente, el voto benefició al candidato republicano a la presidencia del país. Donald Trump, actual mandatario de Estados Unidos obtuvo en este estado 52.2 por ciento de la votación, frente a un 46.4 por ciento de su rival Joe Biden; sin embargo, en los condados que tienen frontera con Tamaulipas, el demócrata, se llevó la victoria
Además, existieron ciudades texanas, importantes por su número de población, que con el voto de sus ciudadanos beneficiaron al demócrata. Por ejemplo la capital del estado, Austin se pintó de azul, al igual que Houston, Dallas, Fort Worth, San Antonio y El Paso.
De acuerdo con los resultados registrados hasta el 5 de noviembre pasado en el sitio de Internet https://www.votetexas.gov/, página oficial de la Secretaría de Estado de Texas, respecto a las votaciones en los cinco condados que tienen frontera directa con Tamaulipas, en cuatro: Cameron, Hidalgo, Starr y Webb, ganó Biden; mientras que Zapata sí le fue fiel a Trump al darle el triunfo.
En el condado de Cameron, que agrupa a ciudades frontera como Brownsville, Harlingen, San Benito o South Padre Island, entre otras, el voto favoreció a Biden con 63 mil 732 frente a los 48 mil 834 que se registraron para Trump.
Para el caso del condado de Hidalgo, que tiene ciudades vecinas como Hidalgo, McAllen, Edinburg y otras, el demócrata derrotó con 127 mil 391 votos al republicano que obtuvo 89 mil 925 sufragios.
Starr, otro condado frontera con Tamaulipas y que dentro de su demarcación tienen ciudades como Rio Grande City, Roma, La Grulla o El Refugio, Biden obtuvo 9 mil 99 votos, mientras que Trump 8 mil 224.
Para el caso de Webb, que contempla a la ciudad Laredo y comunidades como Webb, Río Bravo o Bruni, la votación también fue favorable para Biden quien obtuvo 41 mil 820 votos contras los 25 mil 898 sufragios que logró Trump.
Solo el condado de Zapata, que tiene comunidades como Zapata, San Ygnacio, Falcon Lake Estates, entre otras, dio el triunfo a Trump con 2 mil 32 votos, frente a los mil 820 que obtuvo Biden.
De acuerdo con el mapa que presenta la agencia de noticias en Estados Unidos Associated Press (AP), salvo el condado Zapata, ocho de nueve condados cercanos con Tamaulipas formaron una especie de mancha fronteriza azul, en un estado que se llenó de rojo.
SIN PRECEDENTES,
PESE A LA COVID-19
Las recientes elecciones en Estados Undos han sido sin precedentes, con una cifra récord de votantes que ejercieron su derecho al voto pese a la pandemia por la Covid-19 que no ha dado tregua a la Unión Americana.
Como está visto, la tendencia no cambió en Texas, pues el conteo de los votos populares establece que Donald Trump se coronó con 38 votos electorales que ofrece el estado sureño.
Fue a principios de octubre cuando inició la votación anticipada en Texas, y las largas filas de espera se observaron desde las 7:00 horas donde, de acuerdo con el diario USA Today, al menos 11 de los 37 lugares de votación del condado de Austin tenían tiempos de votación de 20 minutos o más.
Así, durante las primeras tres horas de votación de ese 13 de octubre, seis mil personas habían votado, y para el medio día ya eran 14 mil, refirió la secretaria del Condado de Travis, Dana DeBeauvoir.
Lo anterior fue tan solo el inicio de cómo la gente se volcó en ejercer su derecho al voto de una manera sin precedentes, pues durante tres semanas de periodo de votación anticipada, casi 10 millones de texanos realizaron el sufragio.
De acuerdo con las predicciones de observadores, los votos podrían alcanzar los 12 millones, lo que significa más del 70 por ciento de la participación de votantes elegibles, situación que daría un giro radical a lo ocurrido en 2016, pues en ese entonces, Texas se colocó como uno de los estados con menor participación electoral.
La elección fue crucial, pues en un estado que durante décadas se ha teñido de rojo, el partido demócrata registró un notorio avance.
En Texas, hasta el último conteo que tiene Associated Press (AP), con un 99 por ciento de los votos escrutados, el republicano Donald Trump tiene cinco millones 865 mil 913 votos, lo que significa 52.2 por ciento del total de los sufragios.
Por su parte, el demócrata y virtual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se colocó en segundo lugar, con cinco millones 218 mil 631 votos, lo que da un porcentaje de 46.4 por ciento del total de lo escrutado.
En algún punto del camino, Joe Biden superó por centésimas a Trump, al sumar 47.6 por ciento de los votos, frente a 47.2, situación totalmente contraria a lo ocurrido en las elecciones de hace cuatro años, cuando el republicano se mantuvo con ventajas de entre seis y 10 puntos.
Cabe resaltar que el 39.4 por ciento de la población de Texas es de origen latino, y muchos de ellos ejercieron su voto por el demócrata Joe Biden, principalmente influenciados por el manejo de la pandemia de Covid-19 por parte de Donald Trump, pues la comunidad latina es la más azotada por el virus en la unión americana.
En ese sentido, y de acuerdo con una encuesta la víspera de las elecciones realizada por Latino Decisions, Joe Biden ganó votantes latinos en Texas por un margen estimado de 38 puntos, pues recibió el apoyo del 67 por ciento de los latinos del estado, en tanto que Trump capturó el 29 por ciento, y el cuatro restante recayó en candidatos terceros.
Las mujeres latinas fueron las que dieron un mayor voto por Biden en el estado sureño, pues 75 por ciento de ellas le dieron su confianza, mientras que 21 por ciento lo hizo por Trump. En el caso de los hombres de origen latino, 59 por ciento se inclinó por el demócrata, y un 37 por ciento por el republicano.
Los méxico-americanos en Texas también se hicieron escuchar en las urnas, pues 69 por ciento apostó por Biden, en tanto que un 28 por ciento lo dio su voto para Trump, quien finalmente se quedaría con el estado.
Dichos porcentajes fueron muy similares a los de los votantes asiático-americanos, quienes dieron preferencia de 67 por ciento a Joe Biden, pero notablemente más bajas que los de los afrodescendientes, quienes dieron el 84 por ciento de sus votos al demócrata.
De acuerdo con la encuesta titulada “The American Election Eve 2020”, la narrativa por parte de medios, donde se pinta a los latinos en Texas como conservadores ha sido modificada, pues han cambiado sus ideas en temas como aborto, y ahora consideran crítica una agenda nacional en política climática, así como la promoción de objetivos en justicia económica, racial, climática y ambiental.
“A partir de 2024 y en el futuro previsible, el estado de la estrella solitaria se convertirá en un campo de batalla en la política presidencial”, aseguró Gary Segura, cofundador de Latino Decisions, quien en su momento y en vísperas del 3 de noviembre, destacó que independientemente de quien ganara Texas este año, el estado cambió de rojo a púrpura, es decir lugar donde ninguno de los dos partidos es el más fuerte.
EL POTENCIAL HISPANO
De acuerdo con el Centro Pew de Investigaciones y Unidos US la comunidad hispana en Estados Unidos es de 60.6 millones de personas.
Esto representa el 18 por ciento de la población del país, de la cual 32 millones fueron elegibles, es decir pudieron ejercer su voto. La misma fuente revela que 8 de cada 10 latinos registrados para votar lo hacen.
El voto hispano en Estados Unidos representa la población de todos los estados del Norte de México, desde Baja California hasta Tamulipas, sumándole además la de Veracruz y Guanajuato.
El Centro Pew apunta que aunque históricamente el Partido Demócrata ha logrado más apoyo de los hispanos que radican en el vecino país, hasta ahora no ha logrado coptar este grupo de votantes en su totalidad.
Estimaciones de Pew hechas un par de meses antes de las elecciones revelaron que un 62 por ciento de los electores latinos prefieren a los demócratas, y un 34 por ciento con los republicanos.
Sin embargo, a diversos analistas llama la atención que pese a la promesa de construir un muro entre México y Estados Unidos y tras pregonar calificativos como “violadores y asesinos” a los inmigrantes mexicanos, Trump ganó la Casa Blanca en 2016 con el apoyo del 28% del electorado hispano.
En su momento el republicano George W. Bush obtuvo un respaldo récord de los latinos, con un 40 por ciento que votó por él en 2004.
Esto es hoy historia, como lo será la narrativa del republicano y aún huésped de la Casa Blanca Donald Trump, quien se empeñó en amagar desde su primera campaña presidencial con frenar las políticas migratorias y la aceptación de programas como Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Ahora, a parir de que el demócrata Joe Biden se convierta en el 46º presidente de Estados Unidos, habrá que ver si revertirá las deportaciones que obligan a familias migrantes a esperar en la frontera mexicana mientras oficiales revisan sus casos.
También causa expectación si Biden impulsará y fortalecerá el DACA que Trump siempre ha combatido y que es creación de Barack Obama, con quien el deomócrata colaboró como vicepresidente.
En este sentido, no hay que olvidar que una de las principales críticas que recibió Joe Biden –sobre todo del propio Donald Trum, durante uno de los debates- fue precisamente el historial de deportaciones durante el periodo de Obama, el cual deportó a unos tres millones de migrantes.
Sí, el proyecto del muro fronterizo se ha desmoronado como probablemente baje la presión al gobierno de México para que frene a los migrantes que buscan el sueño americano, pero la relación binacional pasa además de las políticas migratorias, por las comerciales, de seguridad, narcotráfico, tráfico de armas, salud, ecología, el T-MEC y una amplia y siempre compleja agenda bilateral.
A todo esto habría que sumar que el candidato tácito del presidente de México fue el perdedor Donald Trump.