Joven alemana retornó a su país tras deambular por varios años en los Estados Unidos y México.
El caso de Jennefer Döring ha llamado la atención pública, luego de un reciente reportaje de Hora Cero (603) contando cómo esta ciudadana europea -con un cuadro complicado de salud mental- terminó viviendo en las calles de Reynosa, a 9 mil kilómetros de Berlín, su ciudad natal.
El pasado 26 de julio, luego de una larga espera, tres agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) la transportaron vía aérea hasta la urbe germana de Frankfurt, con escala en la Ciudad de México.
El proceso de repatriación, en el cual participó la Embajada de Alemania en este país, no fue sencillo, pero culminó exitosamente.
En primera instancia Jennefer fue ingresada al sanatorio del Aeropuerto Internacional Frankfurt am Main y después trasladada a un centro médico especializado en esa misma localidad.
“Debido a su enfermedad (tras ser diagnosticada con esquizofrenia) y como parte del protocolo, un juzgado (del Ministerio Federal Alemán de Relaciones Exteriores) le asignó un tutor legal, quien se encargó de coordinar su llegada a una clínica, para revisar su estado de salud, donde permanecerá hasta que pueda ser trasladada a Berlín, lugar en el que vive su hermana”, informó personal de la cancillería alemana en la Ciudad de México.
EN SITUACIÓN DE CALLE
El caso de esta extranjera, de 34 años de edad, salió a la luz pública este mismo año, luego de un reportaje especial de Hora Cero contando su peculiar historia.
La joven fue encontrada enferma en la vía pública en la zona fronteriza de Tamaulipas en diciembre de 2022.
Por su apariencia caucásica fue trasladada al Puente Internacional Reynosa-Hidalgo, pues se pensaba que era estadounidense; sin embargo, no pudo ser admitida por las autoridades migratorias de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Posteriormente Jennefer fue ingresada a un albergue en la ciudad, donde recibió tratamiento médico. Tenía problemas de desnutrición y un pie infectado.
Visiblemente afectada de sus facultades mentales, la joven enfrentó un tardado proceso de recuperación. Debido a estas condiciones fue más complicado de lo común recopilar información y establecer contacto con su familia.
Después de una intensa búsqueda de varios días en redes sociales fue posible hablar con una de sus amigas, que a su vez pudo reportar esta situación con una de sus hermanas y después con su madre.
Mientras tanto estuvo también internada en el albergue Senda de Vida de Reynosa, pero la joven regresó a las calles.
Vivió en la Central de Autobuses y luego en las ruinas de un hotel abandonado en la colonia Aquiles Serdán, hasta que voluntariamente aceptó ir a la Casa del Indigente, el lugar que durante varios meses fue su hogar cuando al final pudo ser devuelta a su país de origen.
UN CAMINO DIFÍCIL
La realidad es que Jennefer Döring no ha tenido una vida sencilla. De acuerdo con familiares a los 16 años de edad la joven fue presa de amistades que la orillaron a consumir sustancias tóxicas, afectando algunas de sus capacidades neurológicas conductuales.
Después, hace 14 años ella emigró a los Estados Unidos, tras contraer nupcias con un militar de ese país que había estado destacamentado en Alemania, quien la llevó consigo.
Durante esa etapa en el poblado de Victoria, Texas, la joven tuvo un hijo, quien actualmente alcanza la edad de 12 años; no obstante, su esposo nunca le resolvió su situación migratoria y Jennefer permanecía en la Unión Americana de manera ilegal.
Debido a sus problemas de salud mental, según los testimonios recopilados, su marido se divorció y ella cayó en un cuadro depresivo. Reincidió en el abuso de sustancias y los Servicios Infantiles del Estado le quitaron la patria potestad del niño.
En situación de vulnerabilidad Jennefer fue abusada sexualmente por desconocidos, según ella misma lo acredita y asegura que fue traída a México en calidad de rehén.
Una vez que fue ingresada a un albergue se hizo un trabajo de investigación para ayudarla a volver a casa. Su mamá tenía dos años sin saber nada de ella.
Fue así que comenzó el proceso para solicitar ayuda para la joven, quien no contaba con ningún documento de identificación. Sus seres queridos se encargaron de tramitar una nueva acta de nacimiento y enviarla a México.
El papel tardó alrededor de dos meses en llegar a la oficina del Servicio Postal (Mexpost). El siguiente paso fue contactar a la Embajada de Alemania, que se encargó de establecer el puente entre las diferentes autoridades para solicitar la repatriación de esta ciudadana.
Por un momento la situación migratoria de Jennefer se complicó cuando ésta se salió del albergue donde estaba localizada.
En febrero ella regresó a vivir a las calles, donde un par de meses después fue ubicada y luego valorada por el médico psiquiatra, Amadeo De León.
Ella aceptó recibir un espacio cómodo para vivir en la Casa del Indigente, mientras se resolvía su situación migratoria.
Finalmente, a finales de este mes de julio se produjo su proceso de retorno. El rostro de Jennefer era completamente diferente, luego de estar en situación de calle su mejoría fue notable.
Debido a que se encuentra con tratamiento médico, su comportamiento ha sido estable y serán los médicos en su propio país quienes resolverán si ella puede reintegrarse a una actividad productiva.
El reencuentro con su familia está en espera hasta que sea llevada a Berlín, así como el contacto con su hijo Josiah, quien radica en los Estados Unidos, que por ahora tendrá que aguardar.
Sin embargo, fuera de los peligros que implicó estar enferma y deambulando durante meses en las peligrosas calles de Reynosa, el presente de Jennifer Döring es distinto.
AGRADECIMIENTOS
Para ayudarla en su proceso de estancia en México y posterior repatriación participaron el albergue Nuestra Señora de Guadalupe, la Casa del Migrante Senda de Vida, Protección Civil Reynosa, la fundación Ayuda Humanitaria Reynosa, la Casa del Indigente, Médicos Sin Fronteras, Emergencias Reynosa, el periódico Hora Cero, el médico psiquiatra Amadeo De León, el ministerio del pastor Edrey Rodríguez, la regidora María Esther Camargo Félix, el Instituto Nacional de Migración, a cargo del licenciado Carlos Eduardo García Juárez; así como Till Feldmann y Adriana Méndez Ramírez de la Embajada de la República Federal de Alemania en México, en un programa social de repatriación voluntaria y de reunificación familiar.