Como un filme de horror en el que los bancos son los villanos, personas como Susana Tierce, una viuda residente de Mission de 61 años de edad, no encuentra la luz al final del túnel y poco le falta para perder la casa que obtuvo con tantos sacrificios.
Y es que Susana debe 210 mil dólares (3 millones 45 mil pesos) y el monto de abonos que le exige la financiera National City Mortgage es de mil 200 dólares mensuales, más 5 mil dólares en dos meses por concepto de gravantes y 19 mil dólares para ponerse al corriente.
En suma son 25 mil 200 dólares (cerca de 370 mil pesos), dinero que afirma, no puede pagar porque ni siquiera recibe las pensiones alimenticias (en trámite) de su esposo Benny Tierce, quien en vida estuvo enlistado con la Fuerza Aérea en la guerra de Corea, fue escolta de los ex presidentes Lyndon B. Johnson y Jimmy Carter; diplomático en España, así como funcionario de la Drug Enforcement Administration (DEA) por espacio de tres y media décadas.
A decir de esta mujer, se encuentra prisionera en una cárcel de intranquilidad y lejos quedó la época de bonanza, cuando se reía de lo porvenir. A no ser que un milagro suceda, agrega, pronto tendrá que preparar su equipaje y despedida.
“¡Esto es el acabose! Mi marido (fallecido en 2006) y yo vendimos nuestra antigua propiedad y nos mudamos en 2001 a esta residencia ansiando pasar una vejez tranquila. Jamás imaginé encontrarme en un embrollo. Estoy desgraciadamente en un punto de perder mi casa”, dijo conmocionada.
Para esta residente del sur de Texas al banco no le interesa que tenga la intención de pagarle. Ya lo habló con ejecutivos de cuenta y a falta de liquidez la negociación se trabó.
“No se puede, estoy imposibilitada para conseguir eso económicamente hablando, porque ni de los fondos de retiro de mi marido obtengo un solo penny”, manifestó la señora Tierce.
La persecución a la que está expuesta, arguyó, la tiene al borde de una crisis que ha comenzado a desmejorar su salud. Los 100 dólares (alrededor de mil 450 pesos) que consigue a la semana vendiendo juguetes no son suficientes para cubrir las mensualidades de su casa, localizada en el exclusivo desarrollo habitacional Crown Pointe al este de Mission.
“Estoy en la cuerda floja y no tengo garantías. Quisiera vender la casa y recuperar el dinero invertido en ella. Lamentablemente a la edad de uno ya es muy difícil levantarse, de veras que es difícil”, consideró esta víctima de la hipotecaria, cuya acogedora propiedad de varias habitaciones cada vez corre mayor riesgo de cambiar de dueño.
SORPRESIVA CRISIS
Para Teresa Rodríguez, presidenta de Desarrollo Comunitario y Relaciones Interamericanas de la Cámara de Comercio de McAllen, el tsunami hipotecario que ha puesto a Estados Unidos de cabeza se anticipó a todos.
“Es algo de lo que no estábamos preparados. Había una gran facilidad de créditos que desgraciadamente muchas personas no pudieron pagar, porque adquirieron casas con un valor superior a sus entradas económicas y se fueron a la quiebra”, apreció.
La comunicóloga por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Campus Querétaro (Itesm), admitió que hace una década nadie podía imaginarse este panorama en contra del pueblo estadounidense, que vive inmerso en una ola de pánico.
Sin embargo, en comparación con otras regiones del país, consideró, Texas resultó menos afectado.
“Estamos en una zona donde la crisis no se ha visto tan severa. En cuestión laboral seguimos teniendo trabajos, siguen habiendo ventas y siguen viniendo clientes de otros lados no solamente de México”, dijo.
La ejecutiva instó a la ciudadanía a tener confianza de que la depresión de las hipotecas se va a paliar.
“No podemos tener miedo, sino seguir adelante, seguir trabajando y por supuesto como comprahabientes tenemos que estar conscientes de lo que podemos costear. Hay casas preciosas, casas que nos gustaría tener, pero hay que ver a que podemos aspirar para nuestras familias”, evaluó Rodríguez.
Sobre el rol que la Cámara de Comercio de McAllen desempeña para enfrentar la epidemia inmobiliaria, su presidenta mencionó que “principalmente radica en promover los negocios y asesorar a la gente para que no se sigan cometiendo más errores”.
Pero aunque el gobierno federal resuelve la aprobación de la segunda mitad del paquete de rescate financiero de 700 mil millones de dólares (superior a los 10 billones de pesos) promovido por el presidente saliente George Walker Bush para que las ejecuciones hipotecarias alcancen a menos personas, lo cierto es que el “status quo” de los estadounidenses (convertido en el modelo de vida del mundo occidental), se encuentra muy deteriorado.
Diversos estudios revelan que sus ciudadanos están más convencidos del desplome de la economía más grande del orbe.
La revista semanaria The Economist lo publicó: “Si llegara a pincharse la burbuja inmobiliaria sobrevendría un colapso de proporciones”, lo que ya es un hecho.
SINDROME INMOBILIARIO
A pesar de que en Texas la economía depende en buena medida de las hordas de consumidores mexicanos que cotidianamente saturan sus tiendas, tampoco le exime del problema hipotecario.
Según mencionó Matt Z. Ruszczak, vicepresidente de Desarrollo Económico de la Cámara de Comercio de McAllen, los casos de personas que deben abandonar sus propiedades en el área son reales.
“Las estadísticas dicen que tenemos un promedio de una casa en 490 en reposesión, mientras que la cifra a nivel nacional es de una por cada 190”, citó.
Pero este ciudadano polaco con estudios en Ciencias Políticas y Negocios por la Universidad Panamericana de Edinburg, ilustró que los responsables de la crisis hipotecaria no solamente son las instituciones crediticias.
“La verdad es una situación mezclada. En parte algunos bancos estuvieron muy agresivos y prestaron mucho sin fijarse a quien y del otro lado la gente fue comprando casas sin importar si podía o no pagarlas.
“Esto derivó en una transmutación de las propiedades, porque las hipotecas financiaron sin checar específicamente la situación económica de las personas que pedían el préstamo”, reiteró.
Concerniente el impacto surtido al sur de Texas, Ruszczak destacó que es una de las regiones más bajas en cuanto a reposesiones se refiere.
“Lo que estamos viendo ahorita es que algunos bancos se han puesto muy estrictos para prestar dinero. No es tan fácil conseguirlo. Todavía hay dinero, todavía hay préstamos, pero en realidad no es tan sencillo obtenerlo para bienes raíces”, afirmó.
Aún así este experto en economía es optimista con las medidas tomadas por Washington.
“¿Qué es lo que hubiera pasado de no haberse aprobado el rescate bancario?, bueno la verdad es que estas son simples especulaciones.
“El gobierno tomó la decisión de asignar un paquete para incentivar el sistema financiero. Veremos en el futuro qué efectos surte dicha determinación”, mencionó el especialista.
Relativo a las empresas que se han visto afectadas por la contracción de las hipotecas, Ruszczak consideró que cuando pululan las ineficiencias van a ser más fuertes y mejores para el futuro.
“Yo no creo que esta crisis sea un knockout, sino un knockdown. Creo que la economía se va a regresar a su esquina, a tomar un poco de agua, respirar un poco mejor y levantar más fuerte para el próximo round”, ejemplificó.
Aún así, este asesor financiero consideró que no se ha tocado fondo por este rompecabezas y prueba de ello es la paralización de la industria desarrolladora de viviendas al sur de la frontera texana.
“Los efectos van a durar más tiempo y los mercados en al menos un año más todavía van a sufrir los efectos de esta crisis hipotecaria. Los cambios saludables van a comenzar a notarse dentro de unos tres años”, manifestó el experto en asuntos económicos.
EL ROSTRO DE LA DEPRESION
Las entidades bancarias de la Unión Americana representadas en McAllen e involucradas en la peor debacle de bienes raíces, se mostraron reticentes a ofrecer su postura a este medio de información hasta la conclusión del trabajo periodístico.
En la oficina del Hidalgo County Clerk en Edinburg, donde se ejecutan los traspapeleos de las viviendas promovidas a subastas en las ciudades de McAllen, Pharr, Mission, La Joya, Palmview, Weslaco, Hidalgo, La Villa, Mercedes, Palmhurst, Penitas, Sullivan y Progreso, los expedientes a la vista del público se cuentan por centenas y están clasificados por períodos mensuales.
Los oficios que los interesados recorren con sus dedos como arañas para verificar que propiedades han sido ‘devueltas’ están catalogados con las descripciones de sus anteriores dueños, la notificación de Foreclosure, el nombre de la institución crediticia que alimenta el embargo, el valor y tamaño de la construcción, así como la fecha de su remate.
Varias de las casas superan el millón de dólares por concepto de morosidad. Al visitar algunas sus inquilinos mencionaron que ya tienen plazo para salirse a menos que liquiden su adeudo.
Como un juego en el que participan grandes y chicos, quienes padecen tales efectos tienen en riesgo desde modestas casas hasta sinuosas residencias con piscina.
Ante tal dilema, el presidente electo Barack Obama se ha pronunciado por revisar las condiciones del paquete financiero para vigilar que el dinero sea bien aplicado.
Cabe mencionar que los bonos del Tesoro, considerados en otro tiempo como garantía de seguridad, se encuentran hoy bajo fuerte presión según analistas, pues este problema no sólo ha golpeado a la Unión Americana, sino también a los mercados internacionales y las bolsas de valores de todo el mundo.
De hecho el Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril de 2007 cifró en 945 mil millones de dólares las pérdidas acumuladas por la crisis.
“Tal como lo predijo Alan Greenspan (el gurú más emblemático de los grupos que controlan el dólar y la Reserva Federal), y lo acaba de afirmar el presidente del Tesoro, Henry Paulson (ex director del banco de inversión Goldman Sach), la crisis hipotecaria va a dar como resultante la quiebra generalizada de las empresas (inmobiliarias), tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo”, fragmento de la investigación del periodista Manuel Freytas, difundida en agosto de 2007 bajo el tema de “Cómo se originó y quién se beneficia con el colapso bursátil mundial”.
“Los analistas económicos advirtieron sobre los efectos que causaría otorgar viviendas con pocas restricciones, pero los ignoraron”. “El gobierno terminó dando la espalda”,
Desde agosto de 2007, año en que los principales inversores de las hipotecas de riesgo subprime percibieron señales de alarma y retiraron su capital, importantes entidades como Lehman Brothers, IndyMac Bank, Bear Stearns, Américan Home Morgan y Merrill Lynch se vieron atrapadas con la elevación progresiva de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (que buscaba controlar la burbuja inflacionaria) y una marcada especulación financiera.
De 2004 a 2006 la tasa arancelaria escaló del 1 al 5.25 por ciento y un año más tarde el índice de acciones de desarrolladores en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés) se desplomó 40 puntos porcentuales.
A partir de entonces, clientes de poca solvencia que habían adquirido una vivienda en cualquier rincón del país se toparon ante la encrucijada de perderla si no liquidaban “en tiempo y forma” las letras de la hipoteca. Ese año el diario Wall Street Journal difundió que a más de un millón 200 mil familias les fue embargada su casa y la cifra siguió creciendo como bola de nieve.
Recientemente el presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, indicó que en 2008 se iniciaron los trámites de 2.25 millones de reposesiones, dato que contrasta con el millón que existía antes de que estallara la crisis del sector inmobiliario, casos en los que irremediablemente miles se quedaron sin un hogar.
Y es que en la actualidad existen cerca de 10 mil millones de dólares operando créditos hipotecarios, de los cuales un tercio tiene calidad de impagable.
En el Estado de Nevada por ejemplo, una de cada 106 propiedades está en proceso de requisición, seguido por California con una de 182 y Florida que registra una vivienda por cada 186 hogares, según un informe de la prestigiosa firma Realty Trac.
Arizona, Ohio, Georgia, Michigan, Colorado, Utah y Virginia completan la lista de las diez entidades con mayor porcentaje de casas en vía de ejecución hipotecaria (Foreclosure, en inglés).
Ante la figura de este gigante demoledor de la economía de millones, sólo quienes se enfrentan a él cuerpo a cuerpo saben de su nocividad, como Susana Tierce, que se pasea con nostalgia en la sala, cocina, recámara y hasta el tocador de su casa en riesgo de reposición, porque quizá ya no podrá hacerlo en muy poco tiempo.