Por las mañanas asiste al segundo grado de la Secundaria Técnica “Número 74” como cualquier otro alumno. Tiene que cumplir con horarios y también con las tareas; no obstante, sus compañeros ya se han enterado que están sentados junto a alguien que en poco tiempo podría cambiar de escuela, pues está encaminado a convertirse en un jugador de beisbol profesional.
Y es que la vida de César Alejandro Delgado Villanueva está dando cambios notables desde que a principios de noviembre el equipo de visores de los Diablos Rojos del México viajó desde el centro del país sólo para verle pitchear y comprobar que con 13 años cumplidos es capaz de lanzar la pelota a 125 kilómetros por hora. No dudaron en ofrecerle un contrato.
Su familia, también se hace a la idea de que pronto se iría de casa para cristalizar sus sueños:
Desde los tres años de edad, él y sus hermanos han practicado este deporte de la mano, bate y guante de su padre, José Armando, quien es entrenador en la Liga Niños Héroes de Reynosa, mas hacen lo posible por asimilarlo y brindarle el mejor de los apoyos, pues saben que las oportunidades se toman o se dejan.
Dentro de su mundo César Alejandro parece no captar todavía el revuelo que está alcanzando ni el hecho de que su nombre suene como una promesa de lanzador.
Se pone nervioso en las entrevistas y apenas concatena unas cuantas frases. A pesar de ser el más alto de su salón y de, inclusive, superar por mucho la estatura de un adulto promedio en México, sigue siendo un niño de 13 años y la gente que lo rodea coincide en llevarlo de a poco.
Relata que los ojeadores lo observaron a comienzos del mes en un torneo en el que estaba participando en el Valle de Texas, a donde acudió por invitación; hablaron con él, con su progenitor y llegaron a un acuerdo.
“Me sentí muy bien y contento cuando recibí la noticia de que en el mes de junio del año que entra estaré en la Academia de Beisbol que tienen (los Diablos Rojos) en Oaxaca. Mi familia me pide que le eche ganas y que siga entrenando duro”, menciona.
DEMOSTRAR POR
QUE LO FIRMARON
Comenta que sobre el pitcher –la posición que desempeña– recae gran parte de este juego, en el que se requiere máxima concentración. La experiencia y calidad que ha adquirido desde niño, añade, desea demostrarlas el próximo verano.
“Sí, me siento preparado, pero a la vez me falta aprender mucho”, afirma de manera humilde y escueta.
Cuando César Alejandro no está en la escuela, se encuentra entrenando cuatro horas al día con diversas rutinas como correr, hacer liga, mancuerna, abdominales, además de la práctica del juego. Para mantener el ritmo disputa dos partidos por semana.
“Es una oportunidad muy grande ser parte de los Diablos. La verdad nunca me imaginé dar este paso a mi edad, porque ha sido muy temprano, pero de la misma manera lo disfruto. Pensé que a los 15 o 16 años tendría chance de probarme en una novena importante, pero me se presentó y ahora debo aprovecharlo”, asegura enfundado en la casaca roja de su nuevo equipo.
Confiesa que desde pequeño ha sido su sueño ser beisbolista profesional, aunque reconoce que en un principio no le gustaba jugar.
“Fueron mi papá y mi hermano los que me inculcaron el gusto. Empecé a batear y lanzar desde chupón (categoría tres y cuatro años)”, manifiesta.
Cabe decir que César Alejandro tiene muchos años defendiendo los colores de la Liga Niños Héroes y también pitchea con el conjunto de Chávez y Amigos en la Liga Independiente. Cuenta que cuando le platicó a sus amigos de juego que lo había firmado el conjunto capitalino pensaban que estaba bromeando.
“No me creían, pero ya cuando vieron que era en serio, me felicitaron y me pidieron que me esforzara mucho más”, describe.
Es por ello que este joven jugador de
Reynosa tiene en mente seguir preparándose, pues sabe que en la Academia de los Diablos Rojos del México lo espera mucho trabajo, disciplina y desea pasar todas las pruebas.
POR BUEN CAMINO
Su padre no cabe del gusto de que su hijo pueda estar en un tiempo no muy lejano disputando un partido profesional, aunque acepta que la posibilidad de que César Alejandro cambie de residencia se vino de golpe.
“Fue una sorpresa tanto para mí, como para mi esposa. En un principio yo no le platiqué nada a él, sino que hablaron en la noche de que lo estaba buscando Víctor Manuel Ledezma en el área del sur de Texas. Primero pensé que era una broma y ya cuando me lo pasaron por teléfono quedé en llevarle al niño para que lo viera y platicar.
“Y pues al llegar, la gran sorpresa fue tanto mía como de él, porque no esperaba ver el gran tamaño de mi hijo. Ahí charlamos sobre todo lo que ofrece la institución de los Diablos Rojos para la juventud, la Academia de Beisbol y de que ahí mismo les dan escuela, y pues yo encantado de la vida acepté. Firmamos los papeles y posteriormente nos llamó para avisarnos que ya estaba registrado y estamos todavía de que no nos la creemos”, refiere el señor José Armando.
Explica que el procedimiento será estar unos meses en Oaxaca para que los entrenadores valoren el desempeño del niño trabajando bajo la disciplina del equipo, para mejorar en velocidad y técnica.
Este papá considera que César Alejandro dejó una buena impresión en el único juego que disputó recientemente en el Valle de Texas, de donde considera se enteraron en México de su potencial.
“Ponchó a los doce bateadores que no le vieron la bola y quiero pensar que fue una recomendación de algún ‘scout’ que lo vio y Diablos se interesó en él.
“Como familia esto nos hace sentir muy orgullosos, porque hemos trabajado desde que mis hijos estaban chiquitos, yo no esperaba tanto, yo nada más les pedía todos los días que le echaran ganas y trabajaran duro, que el deporte es lo primordial después de la escuela”, memora.
José Armando examina la ventaja de tener en Reynosa un equipo profesional como Los Broncos que ve a jugadores locales, pero el hecho de que hayan venido desde México le hace sentirse muy contento.
“Pero ahorita es el principio y tenemos que esperar más a que se dé el proceso de preparación. La meta es que el niño se quede y que pueda cumplir su sueño de ser profesional.
“Yo creo que esto puede servir como motivación, porque aquí en Reynosa hay muchos peloteritos de buen nivel. Unos pertenecen a Los Broncos y otros están en busca de que les den una oportunidad, que esperemos pronto la encuentren”, abunda.
EL TRABAJO RINDE FRUTOS
Alguien más que celebra esta gran oportunidad de que César Alejandro se una a las filas de los Diablos Rojos del México es Idelfonso López, director de la Región 2 de Tamaulipas en Ligas Pequeñas afiliado a Williamsport, Pennsylvania.
“Es un motivo de gran satisfacción que nuevamente los buscadores de talento encuentren en Reynosa la semilla, la materia prima que requieren.
“La nuestra es una ciudad beisbolera en la que afortunadamente las ligas pequeñas han producido buenos jugadores para la Liga Mexicana de Beisbol, así como ha habido la oportunidad de que participen en las Grandes
Ligas”, señala.
Cita los casos de Jaime García, que estuvo en la Liga del Pacífico y luego fue firmado en la Gran Carpa; Jorge Cantú, que también fue contratado por los Tigres del México y luego lo ficharon las Mantarrayas de Tampa Bay. El más reciente el de Alexis Martínez, que se hizo en esta liga Niños Héroes y ha sido firmado por los Yankees de Nueva York.
“En el caso de César Alejandro es un camino largo y para él significa una gran oportunidad, por ese motivo está aquí y fue firmado por una de las mejores organizaciones de México. Es el inicio y tiene que asistir a Oaxaca, donde están los entrenadores y de ahí debe continuar el proceso.
“Pero si Diablos lo firmó es porque ya hay un ‘scout’ de Grandes Ligas que lo tiene por ahí visto, que le ha dado seguimiento, entonces tiene que ser firmado primero por un equipo de la Liga Mexicana para que en un momento dado si el chamaco sigue creciendo sea el conducto para llevarlo a la Gran Carpa”, declara.
El secreto para que Reynosa sea cantera de peloteros, valora Idelfonso López, tiene que ver con el trabajo de los preparadores de ligas pequeñas.
“Ellos son los que deben llevarse el reconocimiento del porque han surgido tantos jóvenes aquí para el beisbol profesional”, considera.
Añade que el programa en el que se trabaja comprende un periodo de marzo a agosto con torneos oficiales afiliados a Williamsport, pero los niños siguen participando en eventos de invitación en ambos lados de la frontera, como en el que estuvo César Alejandro.
Mientras tanto, los Delgado Villanueva siguen celebrando que sus miembros sean todos deportistas y que el trabajo en familia esté rindiendo frutos.