El puma, “puma concolor” o León de Montaña es el segundo felino más grande en tamaño en Norteamérica y en Tamaulipas.
Se encuentra distribuido en casi todos los municipios del Estado, con excepción de los distritos de riego y de las grandes extensiones abiertas a la agricultura de temporal. Se alimenta generalmente de pequeños y medianos mamíferos siendo los pecaríes de collar su presa cotidiana, los venados su menú favorito y eventualmente el ganado doméstico.
Los pumas miden de 60 a 80 cms. de altura, pesan entre 53 y 75 kg. Las hembras son adultas a los dos años y procrean de dos a cuatro crías; generalmente logran dos, de las cuales se acompañan por año y medio.
Vocalizan silbidos agudos, gruñidos y ronroneos. Sus patas traseras son mayores proporcionalmente que las de otros felinos lo que les permite saltar verticalmente hasta cinco metros y horizontalmente hasta 12 metros. Alcanzan una velocidad de 72 km/hr. Y tienen una esperanza de vida entre ocho y 13 años.
La estructura y diversidad del paisaje ha sido impactada por actividades ganaderas, agrícolas, forestales y por la construcción de infraestructura, especialmente carreteras, mas sin embargo su capacidad de adaptación y reproducción ha sido a tal grado que hoy en día podemos decir que hay una mayor población de pumas, que hace 40 años en algunas partes del Estado.
¿Cuál es la razón?… que los ganaderos se han dado a la tarea de conservar la fauna, es decir, la cadena alimenticia de estos felinos.
Hace algunos años publiqué un artículo en una revista de cacería “Al Acecho”, donde detallaba el por qué era necesario que el Estado aprobara o abriera la cacería de pumas en algunas áreas de la entidad.
En ese entonces estaba prohibida su caza. Hoy en día, una UMA (Unidad de Manejo y Aprovechamiento) puede solicitar los cintillos de esa especie, pocas lo hacen y generalmente lo solicitan cuando ya lo mataron, más como un requisito para mandarlo a un taller de taxidermia.
¿Porqué se persigue al puma? Se le persigue por su depredación al ganado, cuando esto sucede, compra su sentencia de muerte.
Por la depredación en los venados que es mucho más frecuente y desde que estos se convirtieron en un activo económico importante de los predios ganaderos no le perdonan tampoco sus fechorías.
Siendo sinceros si se atraviesa a tiro, la inmensa mayoría de los cazadores dispararan sobre ellos; en realidad el control de los pumas son el resultado de la contratación de cazadores profesionales que ayudados con una jauría entrenada exprofeso para esa actividad, los cuales responden al auxilio de los ganaderos para ayudarles a proteger su patrimonio.
¿Como pueden los ganaderos convivir con tan hermoso animal?… previendo y remediando?
Como prevención, podemos sugerir que se cace en lo más mínimo su cadena de alimentación: los pecaríes de collar, los armadillos, tejones, coatimundis, mapaches, etc. porque si los ganaderos y campesinos merman estas especies, obligan a estos felinos a consumir venados y becerros.
Como remediación sólo sacando los pumas (empicados) los culpables de los daños, lo ideal sería la captura y reubicación, se escucha bonito, pero no funciona; es difícil, costoso y una vez empicados, los culpables van a seguir haciendo de las suyas donde quiera que los reubiquen. Los pumas, como todos los depredadores, son importantes ya que mantienen un balance al dejar fuera de circulación a los animales más débiles, enfermos y viejos.
En los últimos 20 años hemos sido testigos de cómo los pumas en el norte del Estado han incrementado su peso corporal, no se debe solamente a la mayor abundancia de fauna, sino al sistema de comederos implementado por los cazadores para empicar a los venados al maíz y de paso se alimentan pecaríes, mapaches, tejones, conejos, guajolotes etc.
Así que hoy por hoy, los pumas espían la llegada de sus presas a los comederos y los matan con un mínimo esfuerzo físico y con mayor frecuencia.