C omo cuando la Presidencia de la República dictaba línea a la mayoría de los impresos de comunicación tradicionales (no se diga a la TV y a la radio), aún no terminaba el conteo rápido de votos, y en nado sincronizado algunos de “los grandes medios” y otros por ahí anti AMLO o anti 4T, pregonaban “el triunfo de la coalición PRIAN+PRD” y “la derrota de Morena”.
El patrocinio de la derecha daba para usar a los medios y dirigirse a sus audiencias como si no supieran sumar.
Valga la acotación –antes de que un regio, coahuilense, queretano, guanajuatense o capitalino de la Miguel Hidalgo me contradiga- me refiero al espectro nacional.
“Paran a 4T en Congreso”. “Pierde la mayoría calificada”. “Perdió López Obrador”, destacaron algunos de los medios en el país, mientras que otros internacionales, que ahora se dedican a criticar a México, celebraban el acotamiento que lograba la oposición.
Los medios sacaban cifras alegres, como si pintaran la antesala del fin de la 4T, como si fuera el fin del lopezobradorismo.
Marginaban el triunfo de Morena en 11 de las 15 gubernaturas, para destacar que el PAN, solo o con su alianza, ganaba –en realidad retenía- Chihuahua y Querétaro y MC arrollaba en Nuevo León, como el PVEM –hoy aliado de la 4T- ganaba en SLP.
Justos en su dimensión, celebraban el triunfo de la oposición en la Ciudad de México.
Los analistas, las plumas “finas”, los polítologos veían lo que dejó de ganar Morena y sobredimensionaban lo que ganó el llamado bloque opositor.
Panistas, priistas, perredistas, incapaces de estructurar un proyecto alternativo de país para tumbar a la 4T, torpes en su narrativa, basada en decir que AMLO es malo, un peligro para México, “Fuera AMLO”, se autoengañan o de plano pecan de ingenuos.
De “Sí por México”, “Frenaa” de Gilberto Lozano y Pedro Luis Martín Bringas, de los mensajitos de Calderón y Anaya ni para que hablar. Hasta parece que ayudaron a la causa obradorista.
La meta, el punto fundamental del PAN, PRI y el PRD, apoyados por una parte del empresariado mexicano que los extraña en el poder –a los primeros dos- era tener juntos la mayoría en la Cámara de Diputados, para controlar el presupuesto (como en la época de los moches panistas)
Pero no lo lograron. Fracasaron en el intento.
Y aunque muchos medios no se cansen de decir que el PRIAN-PRD le arrebató a López Obrador la mayoría calificada, esto no es cierto, porque de hecho en 2018 cuando el tsunami de los 30 millones de sufragios a favor de Morena y sus aliados, la 4T tampoco logró dicha mayoría.
Por ello, para lograr modificaciones a la Constitución requirió el apoyo del PVEM y de algunos legisladores que dejaron el PRI y el PRD. Y ahora con la conformación de la legislatura que iniciará a partir del 1 de septiembre, el presidente podrá recurrir a lo mismo, sus aliados y unos cuantos legisladores más, que bien podrían ser del PRI, si no es que toda la bancada, que no son muchos pero sirven para hacer la mayoría.
Ya lo dijo lisa y llanamente Gustavo Madero: “La alianza PAN+PRI+PRD sólo logró quitarle 34 de los 218 distritos que obtuvo Morena en 2018. Nuestro objetivo real: crear una nueva mayoría opositora, no se logró”.
Los distritos federales de Baja California, Baja California Sur, Tabasco, Tlaxcala, Tamaulipas, Sonora, Quintana Roo, Oaxaca, Nayarit y Morelos, entre otros, son casi en su totalidad de Morena.
Esto sumado a las 11 gubernaturas habla de un avance territorial de la 4T, no querer ver esto es como negar que en la Ciudad de México y en el Estado de México la oposición registra un avance, donde además de alcaldías, el bloque ganó 29 de los 116 distritos que obtuvieron a nivel nacional.
Al margen de esta danza de números, claro que el movimiento de AMLO pierde algunas curules, que hay entidades donde no es apoyado como hace tres años, o incluso como en el centro, pierde terreno, como también es real que en las elecciones intermedias los últimos cinco presidentes han perdido espacios en la Cámara de Diputados.
Pero real también es que a partir de este año Morena tendrá 11 gobernadores que no tenía, que sumado a los de la CDMX, Chiapas, Veracruz y Puebla llega a 15 entidades guindas y tiene mayoría y control en 19 congresos locales.
Además, el próximo año hay elecciones en Tamaulipas, donde Morena ya está posicionado, Oaxaca, Colima, Hidalgo, Durango, Aguascalientes y Quintana Roo.
Por eso, en este contexto, en esta realidad, la oposición que estaba moralmente derrotada y que empieza a tomar color aunque sea en forma intermitente, debería de renunciar a las figuras y narrativas que lo ubican donde están, tendría que ser realmente propositiva, o… quizás formar influencers del Tik Tok, ya ven el efecto que causó en los regios!