Hay una frase muy socorrida lo mismo en el espectro político que en el delincuencial: “el Poder se le acaba al que no lo tiene”, y no obstante la obviedad del enunciado, abundan los que omiten aplicar el contenido de ese consejo a su conducta, por lo que terminan incurriendo en actitudes patéticas, que primero los hace ver como delirantes y finalmente los torna en sujetos despreciables hasta entre sus ex subordinados.
El caso más reciente es el del PAN, que por Tamaulipas comenzó a perder el Poder desde las elecciones municipales del 2021, para finalmente entregarlo en las elecciones para gobernador el pasado 5 de junio del año en curso. Esos resultados electorales fueron hechos contundentes y evidentes de la mencionada pérdida, mismos que no pasaron inadvertidos en el quehacer político excepto para los dirigentes azules que siguieron creyendo ser factótum.
Y bajo esa errónea creencia pretendieron imponer al profesor Naim Hamsho como secretario General de la Sección XXX del magisterio, pero la terca realidad les dijo que su influencia terminó el pasado primero de octubre, o más bien dicho, desde mediados de septiembre, porque el que alardeaba de que “ni me doblo ni me vendo”, una semana antes de concluir su periodo como gobernador salió revoloteando de Cd. Victoria como urraca balaceada para refugiarse en Dallas, Texas.
Pero algo se tiene que agradecer a esas intromisiones pues los profesores cerraron filas, y participaron en la renovación de su dirigencia sindical un 70 por ciento de los mentores tamaulipecos arrojando como inobjetable ganador a Arnulfo Rodríguez Treviño, quien hace aproximadamente unos 18 años había ocupado esa posición, y al término de su gestión prudentemente aplicó la máxima de “El Poder se acaba cuando no lo tienes”, un consejo que lo orilló a prácticamente retirarse; que si retornó fue para impedir intromisiones que de paso envían mensajes políticos para la elección de senador el próximo 19 de febrero.
Es fama pública que los profesores son activistas políticos, lo mismo para el proselitismo que para tener representantes del INE en las casillas electorales, es por tanto una fuerza política crucial y si bien acostumbran a trabajar con el partido político en el poder, no lo hacen como subordinados sino en calidad de coadyuvantes, lo cual para contar con ellos, el jefe político de los morenistas en Tamaulipas, que es Américo Villarreal Anaya, tendrá que hacer uso de sus buenos oficios.
MARKO Y SUS QUERUBINES
Marko Cortés, el dirigente nacional del PAN, anda diciendo cada disparate que contribuye a que el partido albiazul siga perdiendo confiabilidad, porque eso de invocar justicia para Ricardo Anaya y Francisco García Cabeza de Vaca, sonó como un lamento digno de mejor causa, ya que tanto el queretano como el tamaulipeco, sobre todo el segundo, cuentan con recursos para vivir en el extranjero mientras logran solucionar sus respectivos problemas legales.
Del ex candidato presidencial no se sabe con exactitud si ya tiene en su contra una orden de aprehensión, solo dijo que se iba de México porque el presidente Andrés Manuel López Obrador lo quería encarcelar, pero de esa supuesta intención ya pasó más de un año y es fecha que Anaya no anuncia si ya promovió un juicio de amparo para acreditar que sin pruebas lo quieren tener tras las rejas.
Mientras que el exgobernador a los pocos días que salió huyendo de Tamaulipas, presentó su demanda de garantías en el Juzgado Octavo de Distrito en Reynosa, en donde ya le fijaron fecha para la audiencia constitucional que si no la difirieron debió ser el día 15 del presente mes, pero bueno, él ya anda en esas y a ver si es cierto que lo quieren entambar sin haber pruebas de su probable responsabilidad en los delitos de evasión fiscal, uso de recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.
Causalmente los mismos delitos que trascendió le imputó el Ministerio Público al chilletas Anaya, del que por cierto se difundieron videos de cuando era diputado federal y uno de sus emisarios acudió a la torre de Pemex a recibir gruesas sumas de dinero supuestamente para aprobar la reforma energética, que por los mismos hechos permanece en chirona el hoy ex senador panista Jorge Luis Lavalle.
De manera que, eso de que Ricardo Anaya es un albo palomo al que AMLO lo quiere enjaular, como que no resulta digerible pues tiene más pinta de probable responsable que de presunto inocente.
Lo mismo aplica para el “perseguido político” de García Cabeza de Vaca, que para abrir boca ya detectaron más de 500 millones de pesos desviados por 35 de sus ex colaboradores, que ni el más ingenuo creerá que actuaron por su cuenta y riesgo, fue público y notorio que en el anterior gobierno estatal ni una hoja se movía sin la autorización de él o de sus carnales José Manuel e Ismael.
En suma, tanto Ricardo Anaya como Francisco García Cabeza de Vaca, para que anden huyendo, son prácticamente presuntos responsables, porque de acuerdo a una suposición lógica y racional, debe haber en sus respectivos expedientes datos que demuestren hubo hechos delictuosos y que ambos de alguna forma intervinieron en la comisión de los mismos. Si nada más los empapelaron como por cierto lo acostumbraba hacer Cabeza de Vaca cuando fue gobernador, que lo demuestren ante los jueces federales, pero eso de que pretendan hacerlos pasar por querubines es burla que operará en perjuicio del propio PAN.
EL MILITARISMO EN TAMAULIPAS
A raíz de la tracalera que armó el decreto del presidente López Obrador para que las fuerzas armadas realicen labores que corresponde a la policía hasta el 2028, hurgando en el pasado encontramos con que en 1947 el entonces gobernador Hugo Pedro González, fue depuesto en el cargo porque su jefe de policía asesinó al periodista y editor de El Mundo de Tampico, Vicente Villasana, quien era persistente crítico del gobernador.
Y ese fue el pretexto pues las crónicas de aquel año suponían que todo obedeció a la intención de darle mate al Portesgilismo, que por Tamaulipas tenía su último reducto, y como el entonces presidente de México, Miguel Alemán Valdez, quien nomás en los actos públicos era de sonrisa panorámica, ya que en la actividad de gobernar no le temblaba la mano, aprovechó el roletazo del homicidio de Villasana, y el senado decretó desaparición de los Poderes.
Pero por aquello de las sublevaciones enviaron como gobernador interino al general Raúl Gárate Legleu, quien colocó en las inspecciones de Policía y Tránsito de las principales ciudades de Tamaulipas, a oficiales del Ejército Mexicano en lo que vino a ser una militarización.
No se encontraron reseñas de quejas ciudadanas por los abusos de militares en los mandos de Policía y Tránsito, tal vez porque si los hubo, la libertad de expresión no tenía el respeto de hoy en día, pero de que no hay duda es que en el periodo del general Gárate 1947-1951, no se suspendieron las elecciones y menos las garantías constitucionales, o sea, la vida transcurrió como si fueran civiles los que estuvieron a cargo de los puestos de Seguridad Pública.
Relato lo anterior no para justificar si es constitucional o no el que elementos castrenses tengan a su cargo funciones que corresponden a la autoridad civil, que de eso ya se encargó de calificarlo la Suprema Corte de Justicia en la Nación (SCJN), sino para recordar que la militarización no es la primera vez que se da en México y específicamente en Tamaulipas.
ELECCIONES CRUCIALES EN 2023
El próximo año habrá elecciones para gobernador en el Estado de México y Coahuila, ambas entidades son gobernadas por priistas. En la primera, las tendencias electorales apuntan hacia el Morena mientras que en la tierra de Madero y Carranza las preferencias son para el PRI.
Huelga explicar que las de Edomex serán como una final anunciada porque sus más de 12 millones de habitantes serán diferencia en una elección presidencial cerrada como la que se percibe en el 2024, y en consecuencia hacia allá estarán enfocadas las baterías de AMLO.
Coahuila con sus 2 millones 262 mil electores se presta para la negociación con el PRI a cambio de favores o servicios, así que habrá que seguir lo que acontezca el próximo año por el Estado de México y Coahuila.
Mientras tanto, que disfruten la Navidad y el Fin de Año, una temporada para la armonía, que por Tamaulipas nunca está de más. Y hasta la próxima.