Cuando llegué a la casa del presidente Andrés Manuel López Obrador en la calle Cuitláhuac 90 de Tlalpan, el sábado 1 de diciembre, no tuve que pasar filtros, check points, revisiones y detectores metálicos de marinos, soldados, policías federales y del Estado Mayor, nunca estuvo cerrada al tránsito peatonal y de vehículos. Ese día me confirmó que México iba a ser diferente.
Ni cuando Vicente Fox Quesada ganó con el PAN las elecciones presidenciales en el año 2000, tropezando abruptamente 70 años de gobiernos del PRI, hubo tanta expectativa e incertidumbre sobre el futuro del país.
El guanajuatense representaba a la clase empresarial y, se suponía, los mercados iban a responder positivamente al cambio de timón con un país que venía saliendo la grave crisis económica que afectó a millones de mexicanos en el primer trienio de Ernesto Zedillo Ponce de León.
En cambio, el tabasqueño abanderará las causas de los izquierdistas mexicanos, entre ellos los radicales, siempre pisoteados por el sistema PRI-PAN y que causan preocupación a los inversionistas extranjeros semanas previas a la toma de posesión.
“En algunos casos se parece a la usura (intereses excesivos que se cobran por un préstamo)”, viene insistiendo el coordinador de los senadores de Morena sobre su propuesta que ha chocado con las declaraciones opuestas de López Obrador.
Por si faltaba algo, el Partido del Trabajo que estuvo en la coalición que impulsó la candidatura del presidente electo en la campaña, planteó en la Cámara de Diputados la desaparición de las Afores, el sistema de pensión de millones de mexicanos, siendo rechazada inmediatamente por Morena.
Por eso fueron las sacudidas en La Bolsa de Valores y el peso frente al dólar que, después de jurar como el primer presidente de la izquierda en la historia del país, fueron menos intensas en la apertura de las operaciones el lunes 3.
Mi conclusión es que cinco meses de polémicas en el periodo de transición pudo ser evitada si los interlocutores del nuevo gobierno hubieran cerrado el pico, abriéndolo sólo cuando debió ser necesario.