
Bushido, también conocido como El camino del guerrero, es el código de honor del samurái, enseña a valorar la lealtad y el honor por encima de la propia vida.
Hago mención de este, porque hoy en día debe ser lectura obligada de todo aquel que quiera incursionar en la política, (no sólo “El príncipe de Maquiavelo” o “El arte de la guerra de Sun Tzu”) ya que el propósito –supongo– de ellos es influir en las personas para realizar los consensos y acuerdos necesarios para la construcción de una mejor nación, o para dirigir los destinos de su país, estado o ciudad.
Siempre he dicho que amo a mi patria. Es por eso que si usted, amable lector, ama como yo a esta tierra, adopte un político y asegúrese que se aprendan y pongan en práctica las 7 virtudes del Bushido:
Honor
Es la virtud más importante de todas. El auténtico samurái sólo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad. No puede ocultarse de sí.
Lealtad
Haber hecho o dicho “algo”, significa que ese “algo” le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel.
Justicia o Rectitud (decisiones correctas)
Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia.
Coraje
Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir.
Compasión
Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Un samurái tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.
Respeto, cortesía
Los samurái no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Un samurái recibe respeto no sólo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás.
Honestidad, sinceridad absoluta
Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. No ha de “dar su palabra”, no ha de “prometer”; el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.
Es imprescindible tomarlas literalmente, y digo “imprescindible” porque nuestro país necesita mejores personas, mejores ciudadanos, mejores hombres y mujeres, comprometidos con esta tierra y menos comprometidos con sus propios intereses y los de unos cuantos. Por el bien de todos, el interés superior es y siempre será: México.
Reenviado
¿Cuántos son los que prefieren el sonido de las palmas de sus aduladores por encima del aplauso de los desconocidos?.
“Al dar consejo, debéis discernir primero si la otra persona está dispuesta a aceptarlo o no”
– Bushido, El camino del guerrero.
Daniel Santos Flores.
Consultor político. Director General de WRConsultores. Ha contribuido en campañas políticas en México y EEUU. Nominado a diversos premios como mejor estratega.