El gobierno de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, que de acuerdo con encuestas de medición, sondeos, estudios y según el pulso de las divididas redes sociales tiene más aprobación que desaprobación, ha implementado políticas públicas y formas de gobernar diametralmente diferentes a los gobiernos del PRI y el PAN.
No cabe duda que desde la conferencia de prensa “Mañanera”, que al igual que muchas acciones es ovacionada por muchos, odiada por otros, pasando por las pensiones para adultos mayores y jóvenes y el resto de programas sociales, la creación del Instituto Para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indep) es algo fuera de lo ordinario.
En efecto, el instituto tiene sus arroces negros, sus asegunes, pero para la mayor parte de la población subastar, rifar y vender desde relojes, anillos, ‘vochos’, autos deportivos y de lujo hasta mansiones incautadas a delincuentes, es positivo.
Dentro de los lotes de objetos, y bienes inmuebles que suelen subastarse destacan aquellos que pertenecieron a ex servidores públicos, que adquirieron mediante actividades ilícitas.
Claro que en los sexenios anteriores al del priista Enrique Peña Nieto y del panista Felipe Calderón hubo muchos funcionarios que se la pasaron robando y tranzando, al tiempo que algunos delincuentes organizados y desorganizados fueron motivo de arrestos y aseguramientos, por lo que las bodegas donde iba a dar todo lo incautado generalmente estaban llenas.
Aquellas bodegas que eran manejadas por la Secretaría de Hacienda rara vez donaban o subastaban los bienes, por lo que era común que se deterioraran o echaran a perder.
Por ello el Instituto para Regresarle al Pueblo lo Robado vino a causar sensación y a darle utilidad y provecho a objetos en beneficio de los gobernados.
En una visita que hizo durante su campaña, a la redacción de Hora Cero, tuve la oportunidad de preguntarle al hoy gobernador Américo Villarreal Anaya la posibilidad de que propusiera la creación de un organismo estatal, similar al Indep, dado que Tamaulipas ha sido feroz e inmoralmente saqueado, por los cabecistas y de ahí hacia atrás por varias administraciones priistas.
El doctor sonrío y consideró esto como una buena idea. No la había pensado, admitió, pero aseguró que sería algo que meditaría.
¿Se imagina usted cuántos millones de pesos podrían recuperarse ante la rampante corrupción del gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca? ¿De la época de Egidio Torre?
La verdad es difícil contestar estas interrogantes, pero de que robaron, robaron.
Pues bien, el pasado mes de octubre durante una de sus conferencias en Ciudad Victoria el doctor Villarreal Anaya adelantó que sí contempla formalizar ante el Congreso del Estado la creación del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado.
Ojalá en su momento, cuando el ejecutivo estatal presente formalmente ante el Poder Legislativo la iniciativa, los panistas no se vayan a oponer para tratar de evitar que lo que hurtaron sus compañeros y otros delincuentes, regrese a manos del pueblo.
Porque está visto, el gran cúmulo de los recursos que se obtienen en las subastas son para beneficio directo de la sociedad a través de obras en comunidades marginadas, becas y apoyos.
Entonces, si esto procede, luego veremos si una vez que incauten aquel Chalet Suizo de Soto la Marina, diversos ranchos y mansiones hoy en manos de panistas, se subasten, se rifen o se declaren como patrimonio del pueblo, como pasó con la Residencia Oficial de Los Pinos.
Al tiempo.