
Estudiantes apuestos y una cabaña solitaria en medio del bosque.
El escenario sólo puede ser para una película de terror, de esas que han sido producidas por toneladas en las últimas décadas. El resultado que se espera es la película promedio de chicos que pretenden vivir un ardiente retiro, y que, en cambio, son brutalmente desollados de maneras sorprendentes e ingeniosas.
Pero con La Cabaña del Terror es necesario tomar un respiro. Sí, hay elementos propios del género pero, sorpresivamente, la cinta dirigida por Drew Goddard, rompe con la convención y reintroduce más allá de la rutina de los desmembramientos.
Sí, hay mucho de sangre, y a la manera tradicional. Los cadáveres son grotescamente desmembrados. Pero hay mucho más detrás de esta producción terrorífica juvenil del nuevo milenio.
Aunque se anote discretamente en apuntes de producción, el nombre de Joss Whedon debe estar por encima del de todos. Aparece en la cinta acreditado como productor y guionista. El es el responsable de escribir joyas como Avengers: Los Vengadores, Alien 4 y Toy Story.
El magnífico libretista retorció el género para dar una mezcla brutal de escenas espeluznantes y humor ácido, desconcertante y verdaderamente original en una historia nueva y refrescante.
Dos parejas y un adicto a los enervantes van a una cabaña a pasar días de descanso. Ahí una puerta misteriosa se abre y por supuesto que los hace entrar. A partir de ese momento, los chicos toman un montón de decisiones tontas para desencadenar acontecimientos terribles que los van diezmando de manera dramática.
Afortunadamente, Whedon desde un principio revela el centro de la trama: los muchachos forman parte de un experimento en el que son observados por un grupo de supuestos científicos que se encargarán de tomar anotaciones de su comportamiento. Pero no sólo eso, los hombres que actúan en el nombre de la ciencia observan un desempeño tan escasamente ético que provocan risa y repulsa.
Bajo esta premisa de reality show, la historia va proporcionando información paulatina. No se sabe con certeza qué es lo que ocurre hasta que los eventos van conduciendo suavemente la acción, en medio de persecuciones y profusiones hemáticas, en escenas que van dándole constes giros a la historia hasta llegar a un inesperado desenlace.
Chris Hemsworth (Thor, de los Avengers), actúa como siempre, con la gracia de un barrote. Pero más allá del casting, son los personajes los que lucen en sus facetas bien definidas y aferradas a los estereotipos: el galán, la seductora, el tímido, la casta y el tonto.
La Cabaña del Terror es una referencia al cine de género. Hay zombies, criaturas malvadas, situaciones tontas y mucha tensión. Pero, a diferencia de sus predecesoras, concentra su atractivo en aportaciones ingeniosas que serán bastante gratas para los sorprendidos cinéfilos.
Desde Scream no había sido creada una historia de horror que realmente convulsionara el género. La manera en que Whedon y Goddard revierten la tradición, destruyen los clichés y le dan un nuevo sentido a la definición de slash movie, hace que todos los demás productores necesiten esforzarse por presentar algo nuevo.
Genial.