A pesar de que “Hancock” no es un superhéroe común, es obvio que quienes financiaron la película que se estrena mañana en el país esperan que sea tan exitosa como “Iron Man”, “Batman” o “Hulk”.
Pero con un tono que va de la comedia al drama psicológico, no es difícil predecir que quizá el público salga confundido de la sala e inseguro sobre lo que acaba de ver.
Para empezar, John Hancock (Will Smith) tiene problemas serios con el alcohol que no ayudan para nada cuando intenta hacer un heroico rescate. Y cuando lo hace, suele terminar provocando costos millonarios debido a que destruye automóviles o tira ballenas sobre yates.
En suma, Hancock es un desastre andando al que además la gente odia por su actitud antisocial y porque ni siquiera parece bañarse.
En lo que resulta ser un golpe de suerte para ambos, Hancock salva la vida de Ray (Jason Bateman), un publicista, quien cree que puede salvar su imagen. Como todo un idealista, Ray está convencido de que la gente amará a Hancock si éste se empieza a comportar como debe.
Lo que incluye pasar un tiempo en la cárcel por toda la destrucción que ha causado. La lógica es que así la gente verá que quiere cambiar. Pero, algunos, como la esposa de Ray, Mary (Charlize Theron) dudan del plan. Además, Mary ve con recelo a Hancock porque ella sabe algo sobre su pasado, aunque él no recuerda nada.
La relación Ray-Hancock es la parte divertida de la película, en tanto que la relación Mary-Hancock es la parte profunda con interrogantes sobre la razón de la existencia. Y es justo en esa parte, cuando “Hancock” puede resultar demasiado intensa para algunos y poco ligada con la diversión irreverente del principio.
Quizá porque no sabe si seguir encontrando originalidad en el mundo de los superhéroes, o caer en la mitología que todos los seres súperpoderosos comparten.
Más que una rubia debilidad
A sus 32 años, Charlize Theron es un ejemplo de la maldición de la mujer bonita. Después de todo, al ser una mujer extremadamente bella puede tener el mundo a sus pies. Sin embargo, la belleza también puede ser un obstáculo para ser tomada en serio.
A la fecha, algunos insisten en que la razón por la Theron ganó el Oscar fue porque se atrevió a lucir fea en “Monster”, minimizando su trabajo como actriz.
Lo cierto es que la actriz sudafricana parece no prestar atención a nada de lo que se dice sobre ella y toma decisiones por instinto. Así fue como tras ser catalogada como actriz seria que sólo actúa en películas dramáticas, optó por la comedia en “Hancock”.
Aunque habría que aclarar que ya antes había intentado la comedia con muy buenos resultados en la serie televisiva “Arrested development”, en donde interpretó a la novia demente de Jason Bateman, quien ahora interpreta a su marido en “Hancock”.
Pero, antes de que alguien se asuste y crea que ya abandonó el drama, su próxima película a estrenarse es “The Road”, una historia que se desarrolla en un mundo post-apocalíptico.
Así es Theron, indiferente a ser llamada contradictoria. No duda en aparecer completamente desnuda en un comercial de perfume, con el riesgo de ser llamada superflua, porque también está comprometida a mantener con su propio dinero un programa educativo en contra del Sida en su natal Sudáfrica.
Quizá es producto de la formación que recibió de su madre, quién siempre la impulsó a ser independiente y mató en defensa propia al padre de Charlize, cuando el hombre amenazaba con dañarlas cuando la actriz era adolescente.
En el futuro profesional de Charlize, además de “The Road”, se encuentra “The Brazilian Job”, la continuación de “The Italian Job”. En tanto que en lo personal es casi seguro que continuará con el actor Stuart Towsend, su pareja desde hace siete años, con quien no sueña con casarse porque Theron no cree en el matrimonio.
Charlize es pues inteligente, sexy, independiente y ahora, gracias a Hancock, divertida.