El PRI de Tamaulipas perdió en la mayoría de las ocho ciudades, como en el caso Matamoros, porque mientras los candidatos del Partido Acción Nacional recorrían las calles bajo el candente sol y a 40 grados, los tricolores se la pasaban haciendo reuniones en hoteles y disfrutando del aire acondicionado.
Esto lo dicen en la tierra de Rigo Tovar dentro de los equipos de los tres candidatos a diputados locales perdedores, quienes diariamente tenían el reporte de Salvador Treviño Garza que contrastaba con las actividades de la alcaldesa electa Leticia Salazar Vázquez.
En Matamoros el tricolor lanzó a “Chava” Treviño a la conquista de los votos como su mejor gallo, de eso no hay dudas, solamente superado por el imán que en las urnas fue Erick Silva Santos en 2007, quien con una imagen enjabonada hubiera podido hacer mejor papel, sin garantizar el triunfo.
Se sabía en los colaboradores de los candidatos a diputados Raúl César González, “Lolis” de la Garza y Jesús de la Garza Díaz del Guante, que las voces de inconformidad contra Treviño Garza subían de tono conforme se aproximaba la elección.
Que “Chava: no asistía a eventos organizados por ellos; que no recorría las calles como su adversaria; que se la pasaba en cómodas reuniones dentro de hoteles; que faltaba a las brigadas de impacto, y que cometió un grave error al final de la campaña al publicitar el apoyo de los hermanos Jorge y Julio Almanza, bastante chamuscados ante los matamorenses.
Los mismos militantes del Revolucionario Institucional han hecho el recuento de los daños y los motivos que provocaron la victoria del PAN después de 18 años, cuando ganó en 1995 Ramón Antonio Sampayo Ortiz.
Sin restarle méritos a la alcaldesa electa, quien desde joven adolescente panista empezó a construir su futuro que incluía llegar a la presidencia municipal, siendo regidora, diputada local y recién legisladora federal.
Una vez se tomen unas vacaciones, los panistas comenzarán con el proceso de entrega-recepción de la administración de Alfonso Sánchez Garza, con el diputado federal Carlos García González como el jefe del equipo.
Nada extraño ya que García González fue el coordinador general de la campaña de Salazar Vázquez, y será el matamorense más requerido las próximas semanas pues recibirá miles de curriculum vites y solicitudes de empleo para relevar a cerca de dos mil burócratas que causarán baja de la presidencia municipal.
La duda es si el legislador dejará su curul para despachar en el ayuntamiento, o seguirá en el Distrito Federal para cabildear a favor suyo y de la alcaldesa electa en el CEN del PAN cuando se acerque la sucesión gubernamental en 2016, y se renueven las alcaldías en Tamaulipas.
Mientras en Matamoros los priistas fueron protagonistas de una telenovela donde hay amores y desamores, en Reynosa sucedió todo lo contrario, con una victoria anunciada desde inicios de la campaña de “Pepe” Elías Leal.
Y si hubo calenturas y desconsuelos de parte de aspirantes que querían el lugar de “Pepe” Elías, al final todos los grupos del Revolucionario Institucional se unieron entorno a él y la recompensa fue recetarle al PAN su tercer descalabro al hilo en la búsqueda de la alcaldía.
Además de la presidencia municipal, los candidatos a
diputados del PRI salieron con los brazos en todo lo alto: “Neto” Robinson, Aída Zulema Flores, Laura García y Rogelio Ortiz, éste último propuesto por el Panal.
Ante los triunfos con menor margen de Tampico y Ciudad Victoria (en Reynosa fue de aplastante 26.6 por ciento), “Pepe” Elías tiene que cumplir con las promesas una vez tome protesta, y transformar el rostro de la ciudad en su trienio resolviendo las carencias que heredará de Everardo
Villarreal Salinas.
Esa será su mejor carta de presentación, y lo deberán saber sus colaboradores, cuando se empiece a deshojar la margarita y el PRI decida el nombre de quién va a competir por la sucesión dentro de tres años.
Que haya ganado abrumadoramente en la ciudad del corrupto senador Francisco García Cabeza de Vaca, que tiene el mayor padrón en Tamaulipas, “Pepe” Elías será visto con lupa y arrancará con ventaja ante Gustavo Torres, de Tampico y Alejandro Etienne, de Ciudad Victoria. Pero primero es lo primero.
Y tocando el tema de la capital, el 39.9 por ciento que obtuvo Etienne significa la más baja votación de un candidato tricolor ganador en muchos años, obviamente por el factor Gustavo Cárdenas Gutiérrez (32.9 por ciento), el panista que desertó, compitió cobijado por Movimiento Ciudadano y mandó al tercer lugar al albiazul Arturo Soto (23.2 por ciento).
Algo positivo de los resultados electorales fue que Cabeza de Vaca ya tiene dos piedras metidas en los zapatos que no lo dejarán en paz: Leticia Salazar Vázquez y Carlos Cantú Rosas, alcalde electo de Nuevo Laredo.
Ninguno de los dos tiene las intenciones de despejarle el camino al senador para que llegue a ser candidato albiazul al gobierno estatal, al contrario, serán su pesadilla.
Desde la misma noche que disfrutaban sus respectivas victorias, sus colaboradores decidieron que cerrarán filas para que de Matamoros o Nuevo Laredo salga el humo blanco, pues Cabeza de Vaca demostró que no gana ni en su ciudad.
Así que larga vida para el alcalde de Reynosa más corrupto en la historia, sí, pero en el senado hasta 2018.
Y sobre lo sucedido el domingo 7 de julio, en especial en Matamoros y Nuevo Laredo, encaja la siguiente frase napoleónica: “La victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana”.