Sucedió con Paul McCartney, de quien se dice murió hace muchos años y fue sustituido para no echar por tierra el mito del cuarteto de Liverpool que se encontraba en el pico más alto de su carrera.
Siempre se ha dicho de personajes como Elvis Presley o Michael Jackson, que no murieron en realidad y fingieron su muerte para vivir en paz el resto de su vida.
De hecho, existen fotos donde supuestamente se les ve con vida a estos dos, claro, por separado, y enfundados en una personalidad diferente, viviendo de incógnitos.
La cantante canadiense Avril Lavigne se suicidó en 2003 y desde entonces la sustituye una doble, supuestamente la actriz Melissa Vandella, dice una nueva leyenda que circula en Internet.
¿Es una locura? Debe serlo. Pero la web mundial es el escenario perfecto, ideal para que florezcan esas semillas de duda y en las últimas semanas aparece esta teoría sobre la supuesta suplantación de Lavigne.
En realidad, la historia procede de años atrás. En 2011, un bloguero brasileño, con bastante tiempo para gastar, abrió una página web donde daba por cierta la muerte de la cantante y argumentaba las ‘evidencias’ de su sustitución por Melissa.
Lavigne sacó en 2004 un disco llamado ‘Under my skin’ (‘Bajo mi piel’, en inglés), lo que para el brasileño era una prueba irrefutable de que la sustituta siente que Avril se ha colado bajo su piel.
Según ese blog, es imposible que la diferencia de estilo entre este disco y el anterior correspondan a la misma persona.
También sostenía que una chica tan joven se habría visto superada por el éxito de su primer disco (Lavigne vendió más de 18 millones de copias en todo el mundo). Y por último, presenta una argumento indiscutible: en los primeros perfiles de la cantante se afirmaba que medía 1.58 metros pero en las posteriores la cifra bajó a 1.55.
El tema no pasaría de ser la paranoia de un obsesivo fan, si no fuera porque las redes sociales han extendido la teoría hasta el infinito.
Nuevamente el tema ha vuelto a las redes y ha generado polémica, pero nadie sostiene con certeza, que en realidad se trate de un hecho irrefutable.
Seguiremos, con la duda…