Entre especulaciones por la fuga de “El Chapo” digna de una película de Hollywood, un buen amigo me preguntó: ¿qué hubiera pasado si Joaquín Guzmán Loera se escapa antes de las elecciones del 7 de junio? ¿O fue casualidad que lo hizo después para no perjudicar -todavía más- al PRI y al presidente Enrique Peña Nieto?
Desde el sábado 11 cuando me enteré de esa espectacular hazaña, porque así se debe calificar a un reo que por segunda vez se escabulle como fantasma de cárceles de supuesta máxima seguridad, pensé como millones de mexicanos, que el Día de los Inocentes tenía otra fecha en el calendario.
Pero jamás reparé -invadido entre la indignación por la noticia y la diversión por los “memes”-, sobre qué consecuencias electorales pudo ocasionar al partido del presidente Peña Nieto si la escapatoria de “El Chapo” se concreta antes de los comicios.
Seguramente el escenario sería diferente antes que el zarandeado mandatario llegue a la primera mitad de su gobierno -si es que llega- el próximo 1 de diciembre, con el riesgo de tener un Congreso de la Unión donde el PRI pudo estar contra las cuerdas y ser minoría.
Pero a alguien se le ocurrió que la precisa excavación de mil 500 metros que terminaría en la regadera de la celda 20 dentro del penal El Altiplano, tendría un retraso de un mes y 11 días para ser preciso, posteriores a las elecciones donde Peña Nieto se jugaba mucho, o casi todo.
Denuncias de corrupción por la llamada “Casa Blanca”, paros y violencia magisterial en tres entidades del sur, vigencia de grupos armados en Tamaulipas y Nuevo León, olor a corrupción en la adjudicación de contratos públicos a amigos del presidente, tenían en la cuerda floja al PRI que, si bien no se desplomó en las urnas, perdió millones de votos comparado con 2012.
El escape de “El Chapo” en la antesala de las pasadas elecciones, pudo haber sido la sepultura del PRI, pero si hubo un “alguien” que retrasó la culminación del túnel también debería ser una línea de investigación de la Procuraduría General de la República (PGR).
Miguel Angel Osorio Chong, quien está dando la cara a los mexicanos mientras Peña Nieto se pasea en Francia, conocerá la verdad pero seguramente será un secreto de Estado si los ingenieros del famoso narcotraficante hicieron los planos del túnel en las oficinas del edificio de Insurgentes Sur, sede del PRI nacional.
O peor, que los cerebros de la moderna ingeniería del pasadizo subterráneo entraban y salían de la Secretaría de Gobernación disfrazados de líderes magisteriales, para que la
evasión de “El Chapo” no tuviera consecuencias electorales.
¿Un nuevo ‘JR’
en Tamaulipas?
En Tamaulipas la influencia política de Nuevo León no es nueva y se estrecha todavía más en tiempos electorales. Alcaldes o gobernadores de un mismo partido mandan operadores y recursos económicos para apoyar campañas de un buen candidato que, obviamente, pudiera convertirse en un mejor negocio.
Y eso pasó cuando Fernando Larrazabal Bretón apostó a que Francisco García Cabeza de Vaca, el primer alcalde panista de Reynosa entre 2005 y 2007, iba a ser candidato a gobernador tamaulipeco tres años después de terminar una corrupta gestión donde él, sus hermanos y otros familiares fueron insaciables.
Pero llegó 2010 y Larrazabal Bretón, entonces alcalde de Monterrey, no pudo ampliar sus prósperos negocios al amparo de la política pues el Partido Acción Nacional no consideró que Cabeza fuera el mejor ejemplo de honestidad.
En esos años el político oaxaqueño enfrentaba uno de los más grandes escándalos de corrupción cuando su hermano Jonás Larrazabal fue evidenciado en fotografías recibiendo sobornos dentro de un casino, mientras Nuevo León estaba de luto por las 52 víctimas del Casino Royal.
Entre acusaciones que envolvieron a ambos, el gran negocio Larrazabal-Cabeza S.A. de C.V. no se concretó: en 2012 el primero fue sacado de la jugada para ser senador del PAN, mientras el segundo alcanzó ese mismo puesto y busca otra vez ser candidato en 2016.
Después de la reciente lapidaria derrota de Acción Nacional en Nuevo León donde su candidato a gobernador terminó en tercera
posición, el oaxaqueño de seguro inyectará parte de su fortuna a Cabeza de Vaca cuando en junio del año próximo se renueve el poder ejecutivo en Tamaulipas.
¿Pero con qué discurso querrá convencer Cabeza a los apostadores de Nuevo León? Porque el pasado 6 de junio el PRI barrió al PAN en las elecciones de diputados federales, ganando con “carro completo” 8 de 8 curules en disputa.
Pero como los albiazules con dinero de Nuevo León tienen un panorama incierto después de perder también la alcaldía de Monterrey, seguramente voltearán sus ojos a Tamaulipas.
En este escenario de financiamientos de políticos del PAN a candidatos tamaulipecos, y antes de inyectar dinero a causas perdidas, deberán saber que en Tamaulipas por vez primera habrá candidatos independientes a gobernador, alcaldes y diputados locales.
Porque Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” va a inspirar a muchos a lanzarse al ruedo. Y el primer ex panista en tomar la decisión se llama José Ramón Gómez Leal “JR”, quien irá como independiente -aunque podría buscar la gubernatura- por la alcaldía de Reynosa.
Este joven empresario fue humillado en 2013 al terminar abruptamente su breve campaña como candidato albiazul a la presidencia municipal por una resolución judicial que interpuso Cabeza en su contra.
Por eso Gómez Leal pudiera convertirse en un fenómeno electoral local o estatal como fue “El Bronco”, quien puso fin al bipartidismo en Nuevo León con una histórica victoria y el 4 de octubre próximo jurará como el primer gobernador independiente de México.
“El Bronco” sabe muy bien que su lucha contagiará a otros ciudadanos de entidades vecinas como Tamaulipas, y en 2016 pudiera escribirse el segundo capítulo de un nuevo estilo democrático en el país.
La sociedad Larrazabal-Cabeza S.A. de C.V. fracasará con el nuevo ingrediente de los independientes, es inminente, por eso ante la pregunta que en Tamaulipas se hacen los ciudadanos de quién pudiera ser el “El Bronco” en las elecciones de 2016, no hay que descartar a Gómez Leal.
En Nuevo León Jaime Rodríguez “JR” demostró que los ciudadanos repudian y rechazan a los partidos y sus políticos corruptos como Cabeza. Por eso: ¿por qué no pudiera salir otro “JR” en Tamaulipas?
José Ramón tiene carisma; retrata bien en los panorámicos; no tiene cola que le pisen, pero tendía una gran motivación: derrotar como independiente a su cuñado… y estos son momentos de revanchas. v