La diputada, Guillermina Magaly Deándar Robinson, de la bancada morenista en el Congreso local, exhortó al Instituto Tamaulipeco de la Cultura y las Artes para declarar este deporte como parte del patrimonio de los tamaulipecos.
Como ya lo había informado Hora Cero, la fiesta charra se reanudó en la entidad con miras al Campeonato Nacional a celebrarse en el estado de San Luis Potosí.
No sobra decir que Reynosa le ha dado rostro y alma a una tradición que ha permanecido por generaciones, ya que la charrería es un deporte nacional que data de los inicios de la historia de México.
Esta iniciativa pretende fomentar una correcta apreciación del charro mexicano y de la charrería, como una disciplina deportiva y ecuestre que combina lo artístico en la ejecución de sus faenas como una representación de las actividades campiranas de México.
La proposición se llevó a cabo después que la legisladora fue invitada al evento charro “Renato Madrigal Ramírez”, por parte de José Luis Gómez Chávez, presidente de la Unión de Asociaciones de Charros del Estado de Tamaulipas.
“Mi reconocimiento y admiración a todos nuestros charros tamaulipecos. Me comprometí a llevar al Congreso del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas la iniciativa para declarar la charrería en Tamaulipas como patrimonio cultural inmaterial, muy pronto será una realidad ”, dijo Deándar Robinson.
CHARRERÍA UNA HERENCIA
La charrería es herencia de largas tradiciones y ha sido cultivada durante muchos años por un sector de la sociedad rural dedicado a las actividades agrícolas y ganaderas.
Con la llegada de los charros a las ciudades como consecuencia del nuevo orden que trajo el reparto agrario, producto de la Revolución Mexicana, al poner fin a los grandes latifundios y haciendas, aquel sector convirtió sus actividades productivas tradicionales en un deporte, al elevar las faenas del campo al rango de las artes y de fiesta, reproduciendo así sus gustos y diversiones en el ámbito urbano.
De esta forma el charro se convirtió en un jinete que, con el propósito de competir y hacer gala de la destreza en el floreo de soga, ejecuta suertes como lazar, colear y cabalgar. Hábil, por su experiencia campirana, en la doma del caballo y en el manejo del ganado mayor, el charro adquiere mayor destreza mediante la práctica deportiva y perfecciona las faenas de la charrería.
Fue alrededor de 1920 cuando comenzaron a construirse en las urbes los lienzos charros, espacios creados especialmente para esta actividad, y se inició el proceso de institucionalización de los charros en asociaciones con reglamentos y estatutos para formalizar su práctica.
Fue en 1931, cuando el entonces Presidente de la República, el ingeniero Pascual Ortiz Rubio, estableció el 14 de septiembre como Día Nacional del Charro. Asimismo se expidió el decreto oficial, para que el traje de charro adquiriera el título de atuendo oficial y símbolo de nuestra nacionalidad.
En el año de 1933, por decreto presidencial, la charrería fue considerada deporte nacional en México.
SIMBOLO FAMILIAR
La charrería es también una tradición que se hereda entre familias y fortalece sus lazos.
Desde 1996 se incorporó a la Comisión Nacional del Deporte y en la actualidad existen más de mil asociaciones charras federadas y más de 300 equipos de escaramuzas, un colegio varonil y femenil de jueces y una coordinación de locutores, los cuales se rigen por estatutos y reglamentos de la Federación Mexicana de Charrería.
Los antecedentes de la charrería en nuestro estado datan de 1925. Para mediados del siglo XX nacieron las Asociaciones de charros, ya con un reglamento, con vestimenta charra, con caballos adecuados para la práctica del deporte.
En 1960 Ciudad Victoria fue sede del Congreso y Campeonato Nacional de charrería, recibiendo a toda la charrería del país. Los charros tamaulipecos lograron ser campeones nacionales, acción que vino a motivar y hacer crecer aún más el deporte.
En Tamaulipas hay más de cincuenta lienzos charros en donde se realizan festejos de convivencia. Se considera atinado ya que el patrimonio cultural histórico del Estado, según lo dispuesto por el artículo 35, fracción VIII de la Ley de Fomento a la Cultura para el Estado de Tamaulipas, se integra, entre otros por los valores y bienes culturales intangibles, como lo son idiomas, lenguas, dialectos, danzas, fiestas, celebraciones, ferias, ceremonias, expresiones artísticas, memoria histórica, tradiciones orales, costumbres, toponimias, rituales, culturas indígenas y populares, y cualquier otra manifestación intangible de la identidad cultural.
Salvaguardar a la charrería como patrimonio cultural intangible, significa velar porque siga formando parte activa de la vida de las generaciones presentes y se transmita a las venideras.