Al mismo tiempo que Enrique Peña Nieto se encontraba en Reynosa inaugurando trabajos de infraestructura, grupos delincuenciales se mofaban del mandatario y las corporaciones de seguridad asaltando sucursales bancarias.
Ingredientes como éste, la inminencia de los comicios federales y las fuertes lluvias, aderezaron la recepción del presidente de México por la frontera de Tamaulipas.
Justo a un lado del Viaducto, a dos kilómetros de la carretera Reynosa-Monterrey, una descomunal techumbre descapotable se colocó para oficializar la entrega de esta vía asfáltica, así como de la ampliación de la carretera Reynosa-Río Bravo y la modernización de la avenida Monterrey en el sur de la entidad.
El ennegrecido cielo era el preludio de un intenso aguacero que se avecinaba sobre el cielo de Reynosa, mientras kilométricas filas de asistentes, la mayoría con afinidades priistas, traspasaban los filtros de seguridad.
Con relámpagos y algunos truenos la tormenta llegó, provocando de inmediato daños en equipos de proyección de videos y audio, así como filtraciones en la mega-carpa.
Enseguida se registró un apagón alrededor de las 12:40 horas, pero ninguna persona se movió de sus asientos, solamente se recorrieron para protegerse del agua.
Retrasado por las condiciones del clima y recién restablecido el servicio de luz el mandatario aterrizó poco después de las 13:00 horas bajo un fuerte dispositivo de seguridad, acompañado por una comitiva de funcionarios distribuidos en cinco helicópteros, procedentes del Aeropuerto Internacional
Lucio Blanco.
Arribó saludando a cientos de personas situadas a la orilla del recinto instalado
especialmente para su discurso y donde
Peña Nieto se detuvo varias veces para tomarse selfies.
EL GOBER PRIMERO
Y LUEGO LAS PIFIAS
Después de los saludos el gobernador del Estado, Egidio Torre Cantú, enarboló las características del Viaducto, que consta de 14 kilómetros, de los cuales 12 se construyeron en la presente administración.
También destacó la ampliación de la carretera Reynosa-Río Bravo y la modernización de la avenida Monterrey en el sur de la entidad, infraestructura que en su conjunto tuvo una inversión de 853 millones de pesos.
“Las tres obras robustecen nuestra plataforma logística. Sin duda son estratégicas para México. Por ellas transita el 39 por ciento del flujo comercial carretero y el 53 por ciento del ferroviario hacia Estados Unidos”, pormenorizó.
Enseguida se proyectó un video para mostrar estas obras terminadas. Y después el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, tomó la palabra para preponderar los dos mil 500 trabajos directos que se generaron con esas obras, con las cuales se pretende mejorar la conectividad en Tamaulipas.
“Son obras de alta relevancia, ya que complementan el eje troncal Mazatlán-Matamoros para hacer más eficiente el movimiento de mercancías entre el Pacífico y el Golfo de México”, dijo el funcionario federal, quien subrayó que con ello además se evita el paso de transporte pesado hacia el interior de la ciudad.
Ruiz Esparza tuvo un desacierto ma-
yúsculo al asegurar que el Viaducto Reynosa cuenta con alumbrado; sin embargo, no existe ni una lámpara que ilumine este camino.
LA PARADOJA
A posteriori Peña Nieto y Torre Cantú develaron una placa donde quedaron formalmente inauguradas estas obras, con las que se espera un aforo de 20 mil vehículos diarios.
En su discurso el presidente de México habló de la inseguridad, la cual enfatizó que se atiende de forma focalizada y manifestó que el Estado es un aliado para el combate a la delincuencia.
Se dijo gustoso de estar en Tamaulipas, por la “forma cálida” en la que fue recibido, cuando irónicamente el banco Banamex (del bulevar Morelos en la colonia Los Leones) y el Scotiabank (de las calles Benito Juárez con Guerrero) estaban siendo asaltados, con lo que sumaban 18 las instituciones crediticias afectadas por la falta de elementos policiacos en las calles de Reynosa.
“La lluvia no fue impedimento para tener un encuentro fraterno entre el presidente y los tamaulipecos”, comentó.
Luego Peña Nieto señaló que había venido para inaugurar obras de infraestructura carretera que prometió y anunció que regresará para poner en marcha el nuevo hospital del Seguro Social (IMSS).
Para algunos de los políticos no afines a la ideología del presidente la pregunta obligada era ¿por qué realizar esta visita a pocos días de los comicios electorales del 7 de junio?, sobre todo si se toma en cuenta que el Viaducto, la carretera a Río Bravo y la avenida Monterrey ya estaban operado.
Ante una respuesta casi obviada el ejecutivo nacional ensalzó la Reforma Energética, así como el posicionamiento geográfico de Tamaulipas, que permite realizar con Estados Unidos el 30 por ciento de las operaciones comerciales entre ambas naciones.
El mexiquense comentó que el primer trimestre de 2015 es históricamente el que mayor inversión extranjera ha captado, con siete mil millones de dólares. y en general especificó que “el país está dinamizado”.
Finalmente a las 14:10 horas Peña Nieto se despidió de los asistentes y en medio de una llovizna regresó a su helicóptero para seguir con su agenda nacional.
SE FUE EL PRESIDENTE
Y TODOS A CAMINAR
Además de la lluvia, de las colonias que quedaron inundadas y de los asaltos que al mismo tiempo azotaban otro sector de la ciudad, la anécdota la protagonizaron las comitivas de funcionarios municipales y público en general que debieron retornar al punto de reunión a pie.
Los autobuses con los que fue transportada la mayor parte de la audiencia hasta una carpa especial ubicada a dos kilómetros de distancia y a cuatro de la carretera Reynosa-Monterrey, no se dieron abasto para desahogar a toda la concurrencia.
Los encargados de la logística solicitaron aguardar por las unidades, pero la gente prefirió no hacer la espera y trasladarse caminando cuando la lluvia ya había amainado.
En resumen no hubo ningún incidente, y todo se resumió en una anecdótica y política visita presidencial.