
En los domicilios de Estados Unidos un registro tan simple como son los medidores del agua, dan la pauta para cobrar una tarifa mínima por el concepto de la recolección de basura a sus habitantes. Esta acción en suma resulta tan significante que le permite a una ciudad mantenerse siempre limpia y marchar en el sentido correcto.
Empleando principios semejantes es como algunas localidades de Texas han construido un escenario de prosperidad y desarrollo. Ese es el caso de Pharr, una pujante ciudad situada en la frontera con México, a unos metros de Reynosa.
Hace dos décadas su zona sur no poseía siquiera electricidad ni agua potable, pero hoy cuenta con fraccionamientos, escuelas, zonas comerciales y, principalmente, servicios públicos primarios, como la colecta de los desechos domésticos.
Según detalla su alcalde, Leopoldo Palacios, no todo ha sido siempre así, pues Pharr ha atravesado por diferentes procesos y en el pasado ésta se hacía cargo por cuenta propia de recoger la basura; no obstante, el costo per cápita para efectuar dicha función era tan elevado que se optó por licitarla de una manera en la que la comunidad y el municipio salieran ganando.
El tema se llevó ante el pleno del Cabildo y se acordó aplicar un efectivo sistema de fiscalización, separando el pago correspondiente a los desperdicios que genera cada hogar, con una operación eficaz hasta el día de hoy.
“Nosotros tenemos actualmente contrato con el Waste Management y la gente del pueblo ya sabe cuándo pasa por su casa. En el canal de cable 12 de la ciudad desde hace mucho tiempo estamos anunciando los horarios y el día en el que se realiza este trabajo.
“Pharr se divide en cinco áreas territoriales y la basura cubre cada una de lunes a viernes y se va rotando. Asimismo, ya estamos impuestos a que la ‘rama’ va a pasar un lunes de cada mes, entonces si vamos a podar lo hacemos anticipadamente para que la recoja esta compañía en la fecha señalada”, explica.
Durante 16 años Waste Management Inc., cuya sede se localiza en Houston –y que además es poseedora de una red de 335 estaciones de transferencia, 273 vertederos, 16 plantas de conversión de residuos en energía, 134 en reciclaje y 111 para el uso de biogas en Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico–, le brinda servicio a varios ayuntamientos texanos.
Antes de eso era BFI Trash Removal Company la que se encargaba de recoger la basura en Pharr; sin embargo, como no realizó adecuadamente su trabajo ya no se le renovó el contrato.
Fred Sandoval, gerente de la ciudad (city manager), menciona que la comunidad en general está contenta con el trabajo que la empresa actual desempeña, despreocupando a la ciudadanía y a la administración pública por este tema.
“Hace un par de décadas teníamos nuestros propios camiones, pero lo que pasa con ese servicio es que es muy costoso y el mantenimiento de las trocas y del equipo era muy grande; se lastimaban mucho los muchachos que trabajaban ahí y por eso se tomó un cambio de rumbo. Hasta la fecha así le hacemos”, menciona.
Esto quiere decir que a diferencia de como ocurre en México, las compañías le pagan a los ayuntamientos como el de Pharr por recoger la basura en el rubro residencial, aunque el City Hall (palacio municipal) se encarga de hacer los cobros.
“Por cada 10 dólares la ciudad se queda con dos (un 20 por ciento), haciendo rentable este negocio sin invertir un solo centavo. Y todo lo que concierne al tema comercial ellos (los empresarios) lo hacen contratando directamente con Waste Management”, indica.
Sin embargo, Sandoval aclara que si las personas no tienen medidores de agua en sus predios no se levanta la basura, siendo ésta la clave para controlar dicho servicio en casas habitación.
SIN INVERTIR GANAN
El “boom” económico que está viviendo la zona metropolitana de McAllen (a la que Pharr pertenece), ha generado una creciente migración hacia esta área durante la última década. Desde otra óptica eso se traduce en más basura originada.
“Tan sólo en el sur de la ciudad tenemos un aproximado de 25 mil almas y no hay ninguna calle que no esté pavimentada. Hay luces, banquetas; hay aguas negras, hay desagües, hay bomberos; tenemos tres escuelas primarias, una secundaria, una preparatoria y otra que se está construyendo.
“Cada vez que se coloca un medidor de agua en colonias de nueva creación la basura comienza a pasar por consiguiente. Si tenemos 18 mil medidores, pues toda esa gente también paga al ayuntamiento el servicio de recolección y de esos 18 mil le liquidamos a Waste Management su dinero y ellos nos pagan por la colecta de nosotros”, comenta el presidente municipal.
Leopoldo “Polo” Palacios menciona que el estimado de ingresos anuales para la ciudad de Pharr por este concepto –sin tener que hacer gastos en camiones, combustible, trabajadores, permisos y seguros–, es de un millón de dólares (13 millones y medio de pesos mexicanos).
“Ahorita como municipio nos conviene mejor hacer un contrato para que nos recojan la basura, a tener un determinado número de trabajadores a los que hay que darles obviamente un salario y pagarles un seguro, así como contratar seguro para los camiones, cambiarles el aceite, comprar llantas, refacciones, etcétera, lo cual es gravoso para los bolsillos de los contribuyentes”, compara el entrevistado.
Por su parte, el city manager señala que el detalle no es únicamente levantar los desechos que una casa genera, sino adecuadamente, depositarlos y que no provoquen un daño al medio ambiente.
“Otro punto muy importante es que antes muchos ciudadanos se encargaban de recoger la basura e ir a tirarla, pero ahorita el único vertedero autorizado con todas las reglas al ecosistema es el que se encuentra en la ciudad de Edinburg, donde la basura se deposita bien, con todas las reglas federales y estatales.
“Estas empresas privadas ya tienen la infraestructura. Si el servicio lo quisiéramos brindar nosotros tendríamos primero que empezar y es mucho dinero para tener a toda la gente capacitada para eso y cumplir todas las normas y las licencias, porque es una cosa muy vigilada y si la haces mal te cuesta dinero, porque te mandan multas”, manifiesta Fred Sandoval.
Afirma que no solamente Pharr contrata la recolección de su basura, sino otras localidades como Mission, Alamo, Donna, La Joya, Palmview.
“San Juan y McAllen son los únicos del Condado que tienen sus propios camiones, aunque ellos también contratan con el Departamento de Residuos Sólidos de Edinburg (situado en el 8601 de la North Jasman Road), una de las pocas ciudades en todo el Estado que tiene su relleno sanitario propio”, describe.
En tanto, Palacios destaca que Waste Management es una compañía mundial que tiene negocios con muchísimas urbes del país y del extranjero, no nada más en el Valle. Como manejan volúmenes grandes tienen precios competitivos a favor de la ciudadanía.
“Para nosotros tener 20 o 25 personas para que levanten la basura y otros para la ‘rama’ y erogar en equipos es muy complicado, por lo cual si ellos te dan un millón por año ¿cuánto le pagas a una persona que esté cobrando en la oficina? No es dinero y no nos mortificamos por el retiro de los empleados públicos, en caso de que nosotros realizáramos esta labor”, sopesa el mayor.
Por lo pronto en Pharr existen 20 camiones que llevan a cabo este servicio con 60 trabajadores. Aparte cuentan con sus mecánicos y ayudantes.
Explica el alcalde que el contrato es evaluado por los comisionados cada cuatro años y una de las condiciones es que si el terreno donde se vierte la basura les aumenta el cobro, también puede incrementarse el pago de los ciudadanos, pero de una manera justa y proporcionada.
“Lo más importante es que Waste Management nos ha ayudado bastante a limpiar el pueblo y la comunidad se encuentra muy a gusto por su tarea responsable. Cuando no se recoge la basura en alguna vivienda, pueden llamarnos a la ciudad y nosotros canalizamos el asunto”, dice.
Asimismo, este municipio de Texas estudia la aplicación de un programa de reciclaje integral, en el que los desechos sean aprovechados en la mayor medida, muy probablemente con la participación de la iniciativa privada.
En el caso de la basura electrónica se han instalado módulos en diferentes sectores para que la población deposite sus aparatos electrónicos, lubricantes, baterías, muebles y neumáticos.
“Es muy posible que el pueblo en tres o cuatro meses esté más limpio. Ya tenemos gente interesada en las llantas y ellos las van a aprovechar para otros procesos, ya que diversos materiales pueden utilizarse para industrias como la cementera y la eléctrica.
“Podemos decir que ya no somos un pueblo como antes que se veía el mugrero tirado en un lado y en otro, ya hemos eliminado muchos solares de esos (basureros clandestinos) y estamos mucho mejor que hace años”, acentúa Palacios.
EL OTRO LADO DE LA MONEDA
Pero no muy lejos de Pharr, tan sólo cruzando al sur del río Bravo, existe un viejo problema con el tema de la recolección y el manejo de la basura. En esa materia ciudades de la franja fronteriza de Tamaulipas como Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, por mencionar algunas, tienen un opaco historial de licitaciones que no es reciente, sino que se ha venido arrastrando desde pasadas administraciones.
Uno de los casos más estridentes fue el de la empresa Promotora Ambiental S.A.B. de C.V., durante la gestión de Oscar Luebbert Gutiérrez, en la cual se había suscrito un contrato muy costoso para la ciudadanía.
La tonelada recogida estaba tasada en 503 pesos para cada unidad con capacidad de siete toneladas y al menos dos viajes diarios, provocando que en conjunto la Tesorería desembolsara sumas exhorbitantes durante dos años y medio. Se calcula que 35 camiones eran los que efectuaban esa labor, dimensionando así una cifra de 600 mil kilogramos transportados por día.
El escándalo detonó cuando PASA suspendió la colecta a mediados de 2010, alegando un adeudo de 40 millones de pesos por parte del ayuntamiento, por lo cual el ex alcalde y sus colaboradores terminaron sus últimos cinco meses en medio de la polémica.
Entrada en funciones la administración de Everardo Villarreal Salinas se tomó la determinación de empezarla con una política de austeridad, debido al elevado nivel de endeudamiento en el que se le entregó la ciudad, que ascendía a los 250 millones de pesos.
El dinero que Promotora Ambiental reclamó no fue liquidado y, en respuesta, comenzó entonces una serie de jaloneos con el nuevo ayuntamiento, lo cual agravó la situación, acabando con la invalidación del convenio, conforme lo establece el Código Municipal en sus artículos 175 y 47, que mencionan la posibilidad de cancelar un servicio privado por incumplimiento y por ser contrario a los intereses económicos de la población.
De hecho, diversos sectores de la sociedad pidieron que el Congreso del Estado y la Contraloría local llamaran a comparecer a las personas responsables de este problema en la gestión de Luebbert Gutiérrez, mientras la basura se acumulaba durante meses en las colonias y sectores comerciales, siendo los carretoneros los únicos en hacer limpieza. Irónicamente en la administración anterior la Dirección de Ecología, mediante la fuerza pública, bloqueó el acceso a remolques tirados de cuadrúpedos a la zona centro, pero durante la crisis posterior éstos resultaron ser de gran alivio para la comunidad.
Fue entonces que el ayuntamiento solicitó apoyo al gobierno de Tamaulipas para la adquisición de camiones propios, iniciando la ciudad por su cuenta el trabajo de recolección.
De acuerdo con la dirección de Servicios Primarios el servicio se ha mejorado gradualmente y en la actualidad se recogen 700 toneladas de basura diario en el municipio, aunque existen otros rubros que deben mejorarse.
Reynosa cuenta con 32 vehículos recolectores en circulación y en este sentido el presidente municipal, recientemente entrevistado, señaló que el panorama es mejor que en el pasado.
“Si hacemos una comparación con años anteriores estamos recogiendo más basura y gastando menos recursos. Eso es importante para poder llevar a cabo esa demanda. Aquí lo que tratamos es hacer más pagando menos dinero. El ahorro oscila entre el millón y medio y los dos millones de pesos, en relación a otros años”, comentó.
FALTA POR AVANZAR
Para Regino Bermúdez Alvear, quien fue regidor e integrante de la Comisión de Ecología durante la administración panista 2005-2007, la problemática de la basura en Reynosa ya es longeva y a pesar de que han habido mejoras, también existen grandes deficiencias, por las cuales no se puede culpar al actual gobierno.
“Hasta el último trienio que terminó hemos estado viendo que cada alcalde que asume encuentra un desorden en la infraestructura para el manejo de los desechos que se generan en la ciudad y entonces se llega a establecer un mecanismo que no termina siendo eficiente y que por otro lado es muy costoso para los ciudadanos.
“Por años el municipio ha estado muy contaminado y tenemos basureros clandestinos, aunque todo mundo sabe donde están. La basura abunda por todas partes y para colmo, la quema es de a diario, por lo cual estamos respirando esa contaminación, lo que nos genera bastantes problemas de salud”, advierte.
Lamenta que durante la gestión en la que le tocó ser regidor y en la posterior de Luebbert Gutiérrez, no se haya establecido un proyecto adecuado que hoy en día sigue repercutiendo en la comunidad.
“Desafortunadamente no ha habido un control ni existido el interés ni la voluntad para solucionar este problema, aún cuando no muy lejos de aquí, en las ciudades de Texas, se aplican modelos de recolección de basura y tratamiento muy eficaces y sustentables.
“Estuve físicamente en el relleno sanitario de Edinburg, el cual es privado y recibe la basura de la zona metropolitana de McAllen. Ahí los desperdicios son depositados en celdas. Se cava, se hace una infraestructura para cuando entren en descomposición los lixiviados, como se les llama a los residuos líquidos, y vayan a unos contenedores especiales que luego se manejan para que no contaminen. Los gases se canalizan a depósitos y se aprovechan como combustible.
“Cuando termina la vida útil de cada celda la sellan y pasan a otra. Esos terrenos no son habitables una vez que dejan de utilizarse, por lo que quedan implementados como áreas verdes. En 2006 llegaban ahí dos mil toneladas diarias de desechos en vehículos y lo hacían principalmente en vehículos apropiados.
“En cambio, aquí para empezar los carretoneros suben la basura a una unidad que no está adecuada para dar ese servicio y que mientras la transporta va tirando los productos a lo largo del camino.
Y todos lo hemos visto. El destino final puede ser cualquier terreno, una calichera, un canal o la quema de la basura en algún lugar”, indica.
Bermúdez Alvear considera vital que antes de pensar en una policía ecológica y en cualquier otra cosa, el actual municipio debe mejorar su aparato de recolección y diseñar un sistema que solucione de una vez por todas la problemática de la basura y que por decreto se le dé seguimiento en las siguientes gestiones, sean del color que sean.
El médico general por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), enfatiza en que Reynosa posee dos rellenos sanitarios, pero varios tiraderos ilegales, donde por ejemplo los neumáticos son quemados para extraer de ellos el alambre y luego venderlo como fierro viejo, originando un daño de tremendas proporciones al ecosistema y a la salud pública.
“El basurero de Las Anacuas está clausurado, pero hasta donde yo sé se sigue tirando basura al aire libre. Está el de Las Calabazas y dos rellenos sanitarios en las riberas del río Bravo que han sido incendiados.
“Y por otra parte si consideramos que cada habitante genera en promedio un kilo de residuos al día ¿cuántas toneladas se producen en una ciudad del tamaño de Reynosa? y ¿cuántas son recogidas por los cerca de mil 500 carretoneros que operan en la zona, los cuales no llevan todas sus cargas a un vertedero en regla?”, cuestiona.
El ex regidor define que una cosa son los basureros y otra los rellenos sanitarios, los cuales deben cumplir una norma ambiental, porque se supone que tienen la infraestructura para no contaminar el aire, el subsuelo y los mantos freáticos.
“Durante la administración 2005-2007 las unidades llevaban al relleno de la brecha El Berrendo 300 toneladas de basura por día. El resto lo recogían unos mil 500 carretoneros, cuya capacidad es de 300 kilogramos por unidad. ¿Qué pasaba con esa basura?, se quemaba, terminando siendo contaminación para todos.
“En el tiempo que estuve, los vertederos no cumplían con la norma y ninguno ha sido suficiente para manejar la basura. El hecho es que la problemática existe y que es preocupante que no se tenga la solución”, declara.
SEGUIR EL EJEMPLO
Regino Bermúdez Alvear pide que las autoridades hagan un cambio de timón, ya que Reynosa sigue creciendo y conforme pasen los años va a ser más difícil revertir el problema.
“Si los ciudadanos tenemos que pagar por el servicio, pues que se haga, copiar el esquema de Estados Unidos, porque se hablaba de 40 millones de deuda a PASA, que finalmente nos cuestan a los ciudadanos, que no es cualquier cosa y que mientras esta empresa estuvo el problema de la basura no se resolvió, porque finalmente la ciudad estaba contaminada y sucia”, describe.
Como segunda opción sugiere controlar a los carretoneros ideando un proyecto incluyente que pueda implementarse como plan piloto, para profesionalizar su trabajo y no permitir más llevarse la basura de este modo, sino de uno distinto, que es financiando vehículos especiales de bajo costo.
“Yo propuse cuando estuve ahí en la Comisión, que se subsidiaran unidades pequeñas a la gente que se dedica a la recolección en carretones, porque es mejor y más barato, estableciendo también sitios de recepción.
“Si presupuestamos una unidad en buenas condiciones de unos 80 mil pesos cada una, con capacidad de 600 kilos por dos viajes al día, estamos hablando de que ese carretonero va a tener un doble espacio de transporte”, calcula.
El ex regidor propone una tarifa oficial mínima de unos 15 pesos por vivienda, mejorando las ganancias de los operadores.
“La idea sería adquirir unos 100 vehículos de estos en una primera fase con un costo total de 8 millones de pesos, cuya cantidad es mínima comparada a los 40 que pedía PASA.
“El proyecto es sustentable. Las unidades estarían identificadas, enumeradas y controladas. La persona encargada del vehículo haría un pago mínimo por día hasta liquidarlo y mientras eso sucede el gobierno tendría en su poder los papeles”, dice.
Desde otro punto de vista, asegura, mejoraría el servicio, mejoraría la calidad de vida de los carretoneros y mejoraría la imagen de la ciudad.
“Creo que debemos cuidar la fuente de trabajo de las personas que se dedican a eso. No se trata de dañarlos y tampoco digo que ésta sea la mejor propuesta, pero debe haber gente capaz que conozca la materia y asesore al alcalde.
“Pero así como estamos ahorita, le estamos pagando a los carretoneros para que tu basura y la mía ensucie el medio ambiente y el subsuelo. Eso se va a revertir en daños para la salud y ya enfermo vas a pagar para curarte y sale más barato la prevención”, señala.
Como médico enumera algunas causantes que se pueden desprender de la contaminación, aunque aduce que casi todos los aparatos y sistemas salen perjudicados.
“Se afectan las vías respiratorias, por todos los contaminantes que se expiden, pues el aire que inhalamos no es puro y lo vemos en una infinidad de cuadros respiratorios. Luego la contaminación de los mantos. Nosotros tomamos el agua y esto produce problemas en el sistema digestivo, a lo mejor en químicos que nos van a repercutir en problemas de cáncer e infecciones intestinales.
“Otro es la vista y la piel, una serie de infecciones, de alergias y de hongos a los que estamos expuestos, por ello éste es un serio problema de salud pública que debe atenderse ya”, alerta.
Ante la pregunta de por qué no se siguen modelos como el de Pharr y otras ciudades del sur de Texas, dice desconocer qué intereses están de por medio, pero insiste en que el tema es preocupante.
“De acuerdo con el Código Municipal el municipio es responsable de otorgar los servicios públicos primarios. Y si se contrata a una empresa para cubrir un trabajo, la responsabilidad no va a ser únicamente de ésta, sino también del ayuntamiento, en supervisar que el trabajo se cumpla”, manifiesta.
Por lo pronto, mientras en Estados Unidos pagan por recoger la basura y los municipios reciben ganancias sin invertir nada, en México, el costo es muy elevado para la comunidad, pero para Leopoldo Palacios, alcalde de Pharr, la clave está en que haya un ordenado esquema de cobro y buen manejo de recursos.