
Alejandro Alvarez jamás imaginó que la mañana del domingo primero de junio correría la última carrera de su vida. Muy temprano alistó su bicicleta de fibra de carbono y, sin saberlo, se despidió para siempre de su esposa e hijos.
El arquitecto de 30 años fue uno de los 400 competidores del Tercer Tour Ciclista Matamoros-Bagdad, que pintaba en el guión como un evento familiar. Nunca se contó con que la imprudencia de un conductor ofuscaría la jornada deportiva.
El fotógrafo José Fidelino Vera Hernández, de la oficina de Comunicación Social de este municipio, siguió muy de cerca las acciones y se adelantó a los pedalistas para realizar varias tomas, pero cuando éstos arribaron al kilómetro 12 de la avenida Lauro Villar la desgracia los tomó por sorpresa.
Eran las 8:15 horas (apenas minutos después de iniciado el evento) y el ciudadano mexicoamericano Juan Campos, quien se dirigía al poniente, perdió el control de su unidad y a toda velocidad se impactó frontalmente contra el grupo de deportistas, los cuales fueron captados volando por los aires por la cámara Nikon D70 de José Fidelino.
“Escuché el ‘pato’ (claxon) de la patrulla de la Policía Federal de Caminos, veo a los ciclistas y me percato de otro vehículo que invade el carril por donde circulaba el contingente y en ese momento levanto mi cámara, oigo el crujiente impacto y comienzo por inercia a tomar las fotografías.
“Me quedé sorprendido, no creía lo que mis ojos veían. De inmediato corrí a auxiliar a los heridos y a darles palabras de aliento y a suplicarles que no se levantaran”, relató anonadado.
En el suelo yacía muerto Alejandro Alvarez, residente de Brownsville y quien pertenecía al Club Velocirraptors de esa ciudad. El auto Grand Marquis modelo 88, con placas de circulación 659-FKF del Estado de Texas, le ocasionó fractura de cráneo y lesiones internas, por lo cual falleció instantáneamente.
A medida que transcurrían los minutos –con al menos 10 ciclistas más tendidos sobre la carpeta asfáltica–, el llanto y la histeria se agudizaron entre los testigos del colectivo percance.
Tanto fue el malestar que las familias de las víctimas intentaron linchar al desequilibrado automovilista, quien enmudecido fue arrestado por la Policía Federal de Caminos. El examen de alcoholemia arrojó que Juan Campos, de 24 años, estaba ebrio cuando les embistió.
Los lesionados fueron transportados a clínicas de ambos lados de la frontera, mientras que los restos de Alejandro Alvarez, se velaron el lunes en los funerales Lozano y fueron trasladados la tarde del día siguiente a Monterrey –donde radican sus padres– para ser inhumados.
DESESTIMARON LA TRAGEDIA
Gerardo López Cisneros, uno de los ciclistas del pelotón que alcanzó a esquivar el coche, no termina de agradecer a Dios por haberse salvado pero tampoco deja de tener pesadumbre por sus compañeros arrollados:
“Yo iba a la cabeza del grupo de Brownsville, llamado Velocirraptors, de unos 12 muchachos y fue un accidente impactante ¡muy impactante!
“Observé que venía un auto y grité: ‘¡carro a la izquierda!’, cuando todavía estaba a una distancia considerable. A los 50 metros hace una curva y se viene directamente contra nosotros y que les grito: ‘¡aguas, aguas, carro a la derecha!’, y de ahí imagínate la matazón que hubo”, memoró el también gerente operativo del Hotel Best Western.
Un adolescente que secundaba a Cisneros también libró el Grand Marquis y a partir de ahí vino la desgracia.
“Una regla de oro: yo me bajo, me regreso corriendo y lo primero que hago es checar a mis compañeros y luego me voy sobre el auto; todo sucedió en fracción de segundos y agarramos al conductor.
“En eso llega nuestro amigo, el doctor Jorge Rodríguez (quien se transportaba con José Fidelino en una motocicleta), y le comienza a dar los primeros auxilios a Alejandro (el más grave). El tuvo heridas muy severas y murió en el lugar”, comentó el ciclista.
Ante los rumores de que hubo un desencuentro con las autoridades municipales por no brindarse completo apoyo a los deportistas afectados, Cisneros lo confirmó.
“Es denigrante que los funcionarios públicos piensen que uno está haciendo de esta desgracia un asunto político, porque en realidad no nos dieron toda la atención. En el lugar no había ninguna autoridad que nos orientara.
“Yo mismo tuve que andar moviéndome para el traslado de los heridos en ambos lados de la frontera y eso es lo que criticamos, la falta de sensibilidad del gobierno municipal de Matamoros de no ir con la gente y los deudos a preguntarles si necesitaban algo. Ese es el sentir de muchos atletas”, fustigó.
Cisneros, quien conocía de vista al difunto Alejandro Alvarez y a su familia, porque éste contrajo nupcias en el hotel que administra, subrayó que el incidente impactó a la comunidad ciclista del mundo.
Por su lado, César Chapa Zavala, presidente del Comité Organizador del Tour Matamoros-Bagdad, calificó como “un suceso insólito y doloroso” que tiene consternado a Matamoros.
“Nosotros previmos con mucha anticipación cada uno de los detalles para que este evento fuera una fiesta. Son lamentables los hechos ocurridos. Lo que pedimos es que se aplique la ley contra el infractor, quien se encuentra formalmente detenido.
“Entre los heridos se encuentran Alejandro Tamez, Juan Aguinaga, Rolando Longoria, Omar Castro y Juan Marchaita”, mencionó.
Entretanto, Miguel Angel Hernández, el agente de la Policía Federal de Caminos que presenció el accidente de ciclismo, explicó que procuró impactar al Grand Marquis con su patrulla pero no alcanzó a llegar a tiempo y como había peligro de que atropellara a otros atletas, desistió para evitar un desastre mayor.
El servidor público manifestó que se quedó atrás del grupo puntero porque varios participantes se rezagaron y les indicó con el altavoz que no se separaran. Fue entonces cuando avistó el auto que transitaba en sentido contrario.
De acuerdo a información de los organizadores, la carrera fue custodiada por seis patrullas, dos motocicletas de Seguridad Pública Municipal, una grúa, 15 unidades de banda y una de la PFP División Caminos.
UNA IMAGEN QUE DIO
LA VUELTA AL MUNDO
Para José Fidelino, cuya fotografía exhibe justo el momento cuando el pelotón de ciclistas es embestido, el recuerdo de esa tragedia no deja de agolparse en su cabeza.
“Es un suceso muy desafortunado. Me siento impotente por no poder haber hecho nada para impedir el accidente. Fue un instante muy difícil que mi instinto me hizo captar y que me puso de muchos nervios”, agregó el fotógrafo originario de Chiapas.
Del anonimato a la popularidad es la historia de dicha imagen, que fue difundida por medios de importancia nacional y la agencia estadounidense de noticias Prensa Asociada (AP), aunque para este trabajador de la lente no deja de ser un evento “triste y lamentable”.
-¿Ha sido la fotografía más trágica de su vida?
“Desde luego, es una foto muy desventurada y sinceramente no me hubiera gustado tomarla. Me tocó estar en ese momento y mi instinto me decía que había que tomarla”, afirmó José Fidelino, sentado en una butaca del Teatro de la Ciudad.
Graduado por la Facultad de Comunicación de la Universidad ICN de Matamoros, este joven evocó que tras revisar en su memoria digital la secuencia del accidente, la entregó a los medios informativos locales.
“Fue así como el material se publicó al día siguiente en Matamoros y algunas ciudades de Tamaulipas. Yo tomo el ejemplo de aquél vaquero que tiene la habilidad de sacar su pistola o un futbolista de patear el balón, así yo enfoqué el lente y accioné el disparador”, describió.
Jose Fidelino, quien lleva siete años dedicado por completo a tomar imágenes, todos ellos dentro de la oficina de divulgación mediática en la administración pública, finalmente exhortó a los habitantes de su ciudad a que “si toman, no manejen”.