La Serie Mundial de Ligas Menores de Williamsport, Pennsylvania, se creó en 1939.
Fue hasta 1951 cuando se admitieron representativos internacionales en el campeonato y México sería un invitado frecuente.
En 1957, México marcó la historia del certamen al convertirse en el primer equipo foráneo en conseguir el título de Williamsport. El lanzador mexicano Ángel Macías completó un juego perfecto. Aquel representativo azteca era un equipo de Monterrey, y su victoria significó un hecho histórico para el beisbol infantil mexicano.
Para que el segundo título mexicano llegara, sólo pasó un año, ya que en 1958 otro equipo regiomontano se adjudicó el campeonato arrollando por 10 carreras a 1 al combinado norteamericano.
En foto donde aparecen los campeones de 1958 (en los lugares 1 y 4 de izquierda a derecha) están Héctor “La Malita” Torres y Carlos “Bobby” Treviño, los únicos niños campeones mundiales Mexicanos de Williamsport que alcanzaron el sueño de jugar en las Grandes Ligas.
Pasaron 40 años para que México pudiera triunfar de nuevo en Williamsport.
En 1997, los Gigantes de Linda Vista, provenientes de Guadalupe, Monterrey, perdían la final ante el equipo de Estados Unidos por cuatro carreras a cero.
El resultado parcial parecía definitivo, pero en las gradas comenzó a crecer un grito ahora muy conocido: “¡Sí se puede, sí se puede!”, que realmente inspiró a la novena mexicana.
Con dos hombres en base y sin out, Gabriel Álvarez vino para conectar un vuelacercas y empatar el juego. Luego colocarían un hombre en segunda, y tras un hit a la pradera central, que quiso tomar el jardinero y se le escapó la pelota, el corredor dobló por tercera y llegó al plato para ganar el juego y dejar al equipo de La Mesa, California en el terreno.
Los de Guadalupe lograron la proeza y el partido culminó 5-4 a su favor. Ese triunfo representa uno de los mayores logros mexicanos en la historia del beisbol infantil.
México ha conquistado tres campeonatos de Ligas Menores en la categoría reyna, 11-12 años: en 1957, 1958 y 1997.