
Por Juan Eliseo González, Director General del semanario Progreso
Hace 13 años, en octubre del 2011, el reconocido editor de El Mañana de Reynosa nos abrió las puertas de su periódico y en una interesante entrevista exclusiva nunca antes dada a otro medio nos confesó pasajes de su vida y vivencias jamás reveladas sobre él, como el hecho que de niño vendió periódico, estuvo en un colegio militar, pidió dinero prestado para sostener al periódico cuando su padre enfermó y tuvo que dejar sus estudios en la capital del país, hasta el que por algún tiempo jugó golf. La siguiente es una gran historia para leer, la vida de un personaje leyenda de Tamaulipas contada de su propia voz.
El reloj marcaba las 11:00 de la mañana del día miércoles 28, días antes había hablado con Don Beto para solicitarle la entrevista a la que gustoso aceptó. Llegué al periódico y me dijeron que ya el editor me esperaba en su oficina. Tomé el elevador y subí hasta el cuarto piso, al entrar al despacho ahí estaba sentado en la silla de la cabecera de la sala de juntas el reconocido personaje que me interesaba entrevistar. Vestía de traje gris con corbata en tonos rojos, al fondo un retrato pintado del fundador del periódico, su padre, Heriberto Deándar Amador.
Don Beto no pidió ver las preguntas con anticipación. Sólo dijo “empecemos”, la grabadora se encendió y la charla se extendió por espacio de una hora. Ciertamente había mucho que preguntarle al reconocido líder editorial que ha sorteado aguas difíciles en su vida. No puso negaciones a las preguntas aunque algunas eran fuertes, todas las contestó sin miedos ni retóricas, siempre fue directo como comúnmente son sus comentarios.
EL HOMBRE
Como un inicio al interesante encuentro el editor habló sobre su personalidad: “Me siento un hombre con defectos como los tenemos todos, siento ser una persona con sentido común, porque es indispensable para un empresario editorial y hacer un periódico como El Mañana tener mucho sentido común”, expresó.
En ese orden precisó que un editor debe de pensar parecido a los demás, a como piensa toda la población: “He hecho un periódico con sentido común y la prueba está en que la gente lo acepta, la gente lo lee y cree en él, eso es lo más difícil de lograr para un editor de periódicos o revistas, que los lectores crean en lo que están leyendo”.
NIÑO VOCEADOR
Para Deándar Martínez su infancia fue feliz hasta los 10 años, tiempo en el que estuvo viviendo en Nuevo Laredo bajo los cuidados de su nana y su mamá de quien expresó: “Creo que me trataba muy bien, mucho más de lo necesario, mi papá por el contrario era un hombre duro que quería educarme y prepararme porque yo era el hermano mayor”.
A la edad de 11 años su vida cambió cuando su padre lo inscribió internado en el colegio militarizado Justo Sierra de Monterrey.
“Imagínate después de haber estado consentido con mi mamá y llegar ahí donde no conoces a nadie y todo es adversidad, donde tienes que irte acomodando a la vida nueva que estás teniendo”, asentó.
“Yo me acuerdo que me sentaba en una escalera de concreto que estaba en el patio del colegio, y sin que nadie me viera me ponía a llorar, ¿Porque tú te imaginas un colegio militarizado? No había agua caliente, nos levantaban con toque de clarín a las 5:00 de la mañana y de ahí nos íbamos a bañar con agua fría, estuviera helando o estuviera como estuviera”.
En la charla se le cuestionó sobre si está satisfecho con lo que la vida le ha dado a lo que destacó: “Muy contento, me ha dado buenos hijos, me dio muy buena esposa, ‘Minita’, y he tenido mucha suerte”, a lo que instantáneamente se le preguntó ¿Usted cree en la suerte o piensa que uno la va construyendo? Acotando: “Yo creo que uno va construyéndola, como dice el dicho ‘la suerte no anda con los tontos’, entonces claro que uno la va formado y tu carácter y forma de ser te ayuda para compaginarte con gente que se parece a ti o que se acomoda contigo y tú con ellos”.
SU JUVENTUD
J.E.G. – ¿Qué recuerda de sus años de vida estudiantil en México, D.F.? ¿Qué carrera estudiaba?
Bueno yo llegué en el año de 1958 al Distrito Federal, recuerdo muy bien que llegué y me inscribí en la Facultad de Derecho, se batallaba mucho para entrar, pero tenía un amigo que era líder estudiantil de la UNAM que le decían ‘Palillo’ y él me ayudó y me metió muy fácil, tenía mucha influencia y fue así como entré a la Facultad de Derecho en ese año. El problema fue que estalló una huelga de camiones que duró como 4 meses, es
decir que no hubo clases en ese tiempo, a la hora de los exámenes estábamos muy deficientes, pero aparte me sirvió para sentir que no era lo mío, que no era lo que yo andaba buscando, y me cambié.
En el año del 59 ó 60 entré a la Escuela Nacional de Ciencias Políticas, era director Pablo González Casanova, y me acuerdo que tuve compañeros y compañeras muy brillantes como el hijo de María Félix que estudiaba diplomacia, otra muchacha muy bonita de Guadalajara que se llamaba Marcela García Paniagua, que era hija del general García Barragán y la admiraba porque aparte que era muy inteligente era muy bella.
J.E.G. -¿En aquella época eran ustedes una familia de clase acomodada o su padre luchaba mucho para sacar recursos?
Éramos de clase media, no tan acomodada, no tan pobres pero nunca faltó nada en mi casa, siempre hubo lo necesario para comer y vestirse.
J.E.G. – ¿Cómo fue ese momento cuando llega a Reynosa a hacerse cargo del diario?, ¿Quién le avisó en México que su padre estaba enfermo?
Yo estaba en México y recibí un telegrama que me regresara porque mi papá estaba enfermo, le había dado un infarto por una angina de pecho. Él duró nueve años con ese problema. Entonces me vine a Reynosa y me encontré con un problema muy serio porque no les pagaban a los trabajadores, no había dinero, bueno sí había, lo que pasaba es que no
llegaba a donde debía llegar, todo el dinero antes de llegar a la caja se desaparecía, no había liquidez, cobraban y no pagaban.
Entonces todo eso lo tuve que cambiar, cuando llegué yo, que ya me quedé solo, trate de buscar a los líderes del periódico. Siempre hay líderes, en el taller, en la redacción, aquí y allá, en aquel entonces me acuerdo de Roberto Carmona, de Cantualla, del prensista que se apellidaba León, gentes que manejaban al personal, entonces recurrí a ellos y me empecé a hacer su amigo para que me pudieran ayudar, y ya empezamos a controlar un poquito las entradas del periódico, porque el periódico se vendía, lo que pasaba es que no entraba el dinero.
Y bueno, empezamos a moverle, dando tumbos y cayéndonos y levantándonos, hasta que por fin se estabilizó un poco y en aquel entonces me acuerdo que no nos vendía papel Pipsa. Se les debía dinero, tenía que levantarme muy temprano para ir a buscar papel al otro lado y estar muy bien con los de la aduana para que no nos prohibieran pasar los rollos de papel que comprábamos allá y con ellos tuve problemas en algunas ocasiones, pero bueno, los libramos, total se le pagó a Pipsa. Nos mandó un carro de papel y ahí empezamos, pero el problema era que tampoco había dinero para sacarlo porque eran 55 mil pesos, era mucho dinero, entonces me sirvió que era amigo mío el del transporte donde estaba almacenando y me dio oportunidad de sacar rollos para seguir saliendo.
Me acuerdo que se metió en un problema por haberme dejado sacar los rollos, era muy buen muchacho, muy buen amigo, muy hombre y me ayudó mucho la verdad, y así detalles como esos hubo cantidad.
J.E.G. – Pero tengo entendido que su padre tuvo intención de vender el periódico.
En una ocasión llegó y me dijo: ‘Oye, me ofrecen 650 mil pesos por el periódico’, ‘¿Quién te los ofrece?’ ‘Don Epigmenio Leal’, me dijo, y le contesté ‘sí, él es un hombre muy rico, sí los tiene, pero dime tú ¿qué vamos a hacer con esos 650 mil pesos?, porque con ese dinero a lo mejor no alcanzamos a pagar lo que debemos y ya sin periódico ¿qué vamos a hacer después?’. Esa fue una, después fui a Nuevo Laredo e invité al señor Francisco Juaristi, un profesional completo del periodismo, le pedí que me ayudara y ya me lo traje, le ofrecí 3 mil pesos y me dijo déme 4 mil y le dije ‘no puedo Juaristi’, ‘sí va a poder, yo le aseguro que sí va a poder, nada más déjeme ir y va a poder’, y se vino y trabajamos juntos muy bien, le aprendí mucho porque la verdad conocía mucho de periódicos y así fue como salió el periódico a flote gracias a él y gracias a todos los demás muchachos que estaban ahí y que querían deveras al periódico y estaban dispuestos a sacrificarse por él, porque teníamos que sacar préstamos con agiotistas para sacar las nóminas y se batalló bastante, y nunca perdí la fe ni la esperanza, ni la fuerza, y ya con gentes, ya contando con ellos y responsabilizándolos a cada quien de lo que van a hacer fue la base de la organización.
J.E.G. – ¿Qué significa su familia en su vida?
Para mí es todo, mis hijos son los máximo, me ha tocado batallar con ellos, con algunos he sufrido pero gracias a Dios todos están bien, todos han triunfado, las mujeres, los hombres, y tengo un niña chiquita que bueno quiero que se forme igual que los demás. Claro tiene una madre muy consentidora y eso le hace daño a los niños sean hombre o mujer, trato de ser la mano dura, pero ya no tengo tantas fuerzas y es una niña de mucho carácter.
J.E.G. – ¿Cuál es el mejor consejo que le haya dado su padre?
Son muchos pero me acuerdo de uno que me dijo y fue que tuviera mucho cuidado con el juego, “porque muy fácil se hace vicio y si se cae en él se está perdido, es lo mejor que te puedo aconsejar y de ahí para allá tú sabes lo que haces”, me dijo.
J.E.G. – ¿Qué recuerda de sus padres?
Pues eran caracteres tan distintos uno y otro. Mi madre era muy amorosa, cariñosa y complaciente, sobre todo con Orlando mi hermano (sonrío), conmigo fue más dura, estaban más jóvenes ellos, ya la gente se hace grande y se hace vieja y ya como que le falta más fuerza y más vigor para educar a los hijos.
J.E.G. – ¿Qué siente al ver el éxito profesional de su hijo Heriberto con Hora Cero?, ¿Qué consejos le ha dado?
Pues fíjate los consejos que le he dado son lo que él ha visto en la vida, es un muchacho observador, es inteligente, y el mejor consejo es el ejemplo que se le puede poner a los hijos, sobre todo cuál ha sido mi actitud ante la vida.
MOMENTOS Y DECISIONES
J.E.G. – ¿Cuál es el momento de su vida que le haya llenado más de gusto o alegría?
Yo creo que cuando nació mi primer hija Magaly, porque estábamos con la incertidumbre de que mi mujer no encargaba y tenía problemas y a lo mejor nos íbamos a quedar sin familia y de repente en un viaje a Michoacán mi papá era muy amigo del licenciado Arriaga Rivera y me dijo ‘oye ahora que van a México vayan a ver a este doctor él les va a resolver, a mí me lo resolvió yo tuve el mismo problema’, lo fuimos a ver y resolvió el problema y encargó a Magaly, y claro también cuando nació Beto, eran puras mujeres, eran nada más Carlitos y él, me dio mucho gusto que haya sido hombrecito.
J.E.G. – ¿La decisión más difícil que haya tenido que tomar?
Pues han sido muchas, pero no sé tú no te acuerdas quizás estabas muy joven, cuando llegaron los de la Dirección Federal de Seguridad aquí y empezaron a meter gente buena de mucho trabajo a la cárcel y a quitarles dinero, entonces me les eché encima con el periódico y me tuve que ir junto con dos personas comerciantes muy fuertes de aquí de Reynosa para que no les hicieran nada. Fue una lucha corta pero a lo mejor ni cuenta me di del peligro que corría, y todo salió bien al final de cuentas, se los levantaron los soldados y se los llevaron a todos pues eran puros delincuentes los que andaban ahí, entonces se acabó el asunto y le dimos vuelta a la hoja.
De ahí vinieron otros problemas después, ni como pensar en pelear con un personaje como el senador García Rojas que era un hombre bueno, pero nos quería aplastar, él tenía muchos recursos, era senador y el periódico nuestro apenas estaba empezando a agarrar vuelo y viene y nos pone un periódico enfrente y pues le pensé, pero le tuve que entrar pues era o le entro o nos aplasta y afortunadamente salimos bien librados.
EL PERIÓDICO
J.E.G. – Don Beto ¿Cómo maneja su poder?, ¿Cómo ve el poder?, ¿Lo utiliza para bien o para mal?
Yo creo que para bien, si fuera para mal no hubiera llegado muy lejos, porque ya muchos lo han tratado de hacer, creen que un periódico te abre las puertas de todo y no es así, para que se abran las puertas hay que ser condescendiente, hay que ser sobre todo justo, no agarrar alguien con tus páginas por agarrarlo, porque te cae mal y ya hacerlo pedazos. No es eso lo que yo pienso de un periódico, hay ética, hay moral; todo eso tienes que tenerlo para poder dirigir a un diario, los periódicos no llegan a triunfar por casualidad por más dinero que tengas, tienen que tener contenido y ese contenido tiene que identificarse con tus lectores por eso hablamos del sentido común.
J.E.G. – ¿Cómo describe a su periódico El Mañana?
Es un periódico que está hecho para todos los gustos o tratamos de hacerlo así, un periódico lo más objetivo y honesto que puede ser y bueno la gente nos ha preferido por algo, yo creo que es el profesionalismo con el que se hace, si no lo haces así de nada sirve, porque si no vas a terminar haciendo un periódico para ti, yo no hago un periódico para mí, yo hago un periódico para los lectores y para que lo lean, lo aprecien y sobre todo de servicio, cuando vemos que algo esté mal, lo vamos a decir para que lo corrijan y para que la gente viva mejor.
J.E.G. – ¿Cómo ha logrado hacer buen periodismo en un país marcado por la censura y la falta de libertad de expresión?, ¿Cree que actualmente haya más libertad de expresión en nuestro país?
Bueno pues acuérdate que a mí me querían meter a la cárcel el señor Carlos Salinas y el gobernador de aquel entonces que era (Manuel) Cavazos Lerma, y no sé, ellos traían en aquel tiempo la onda de acabar con los cacicazgos, esas eran las instrucciones en el estado, pero confundieron un cacicazgo con un liderazgo. Los caciques eran otros no un periódico líder, un diario con libertad pero no cacique, en ningún momento fue cacique ni yo tampoco, entonces yo creo que se confundieron y no querían a nadie que brillara más que ellos y ese fue un problema serio, me acusaron de narcotraficante, ni la conozco, y ahí están los informes de la PGR y la defensa que hicimos.
Todo lo conservo y conservo todo el expediente, no hay una acusación seria ni firme, no las hay porque no había nada, sin embargo tuve que irme a Estados Unidos dos años y ahí estuve porque me querían meter a la cárcel. El señor Carpizo McGregor era el procurador en aquel entonces, esos fueron problemas que hubo en el PRI, ojalá que ahorita que quieren llegar de nuevo los hayan superado porque eso ya es historia, no querer hacer lo mismo y aparte con el Señor Salinas se decía que era un gobierno de entierros, destierros y encierros. Entonces de buena suerte me tocó el destierro, me pudo haber tocado el entierro o el encierro (dijo entre risas).
J.E.G. – Esos dos años el periódico siguió funcionando pese a las auditorías muy fuertes en su contra.
Sí por todos lados, hubo auditorías aquí en el periódico, en mi casa, en el rancho, y decían que La Cucaracha cómo la había comprado y que por qué tenía esa casa, ¿Que por qué la tengo? Pues porque tengo la manera de comprarla, porque ahí están los estados financieros, vayan a hacer auditorías al periódico para que vean de dónde salió el dinero, no es una cosa del otro mundo, no tengo dinero en efectivo, lo que tengo está invertido, había comprado La Cucaracha, le di una parte a quien era la propietaria, después tuve una buena cosecha y vendí ganado y le pagué el resto, pero todo con origen honesto, cada centavo tenía una explicación, por eso no pudieron hacerme nada, y a lo mejor ellos pensaban que sí había pero no, o eso les hicieron pensar.
J.E.G. – Son muchos años de historia de El Mañana, es mucha la evolución en cómo se hacían las cosas antes y cómo se hacen ahora, ¿Qué ha pasado en este tiempo?, ¿Qué ve usted de hace 60 años a ahorita?
Pues desde el punto de vista tecnológico ha cambiado mucho ya no es lo mismo, ahora es mucho más sencillo, casi todo se hace con computadoras, todo se hace con máquinas muy sofisticadas, mucho más rápido el impreso, el internet y todas esas cosas, se ha simplificado mucho la elaboración del periódico, lo que sigue igual y va a seguir igual todo el tiempo es la dirección que se le da, y el manejo porque cada periódico se maneja de distinta forma según el director.
Decía Jim Bish que el director de un periódico es una persona que está desnuda en una casa de cristal, que todo mundo lo está viendo y que todos lo están juzgando, no tienes nada con que cubrirte, cualquier cosita que hagas lo va a saber la opinión pública, entonces les digo yo a mis compañeros y a mis hijos, oye, si tú criticas tú debes de ser el primero en poner orden y disciplina, si dice alto, hazlo, obedece las leyes para que puedas criticar a los que no las obedecen si no no tienes autoridad moral para hacerlo.
EN SU OPINIÓN
J.E.G. – ¿Qué opinión le merece la administración de Felipe Calderón?
Me parece bastante deficiente, yo creo que se metió en terrenos que no conocía, se metió a la brava, a veces la gente cree que sabe mucho pero él no está enterado de la realidad, él vive su mundo muy aparte, no hay quien le diga ‘oye andas mal en esto’, son hombres solitarios, no saben qué es lo que está pasando y si lo saben, lo interpretan mal, porque sólo dos o tres personas se le acercan y le hablan al oído, y bueno ya vez cómo nos tiene, vivimos en el terror, en el miedo, porque en nuestro caso los periódicos tenemos miedo a decir muchas cosas, es más, no podemos decir muchas cosas la verdad, porque no queremos exponer a nuestros reporteros.
J.E.G. – Su percepción sobre la administración de Egidio Torre.
Egidio es un hombre con buena voluntad, con deseos de servir, a lo mejor va tardar un poquito más para enterarse de los problemas reales del estado, pero es inteligente y va lograr servir, aunque ahorita tenga algunas fallas va a lograr consolidarse bien y tener un buen equipo y va ser un buen gobernador al final de cuentas. Pero bueno ya veremos.
J.E.G.– ¿Usted ve un avance de enero aquí, un balance en estos 10 meses de administración?, ¿Cómo lo ve? ¿Ha cambiado su personalidad de enero a ahorita? ¿Ha aprendido?
Si ha cambiado no se ha notado mucho, todavía es muy pronto para poder juzgarlo, nos vamos a esperar un poco más, de perdido un año para ver qué es lo que ha cambiado y que es lo que no.
J.E.G. – ¿Cómo vio al equipo de colaboradores que escogió?
Pues yo creo que es bueno, pero él es el que debe de estar más enterado, ahora si los escoges bien o los escoges mal pues en el camino se va viendo, el que no sirve se va para su casa y se trae otro, eso es lo que tiene que hacer, no encapricharse con una persona que le esté creando problemas o que no está haciendo bien su función, eso es trabajo de un ejecutivo, y tiene que servir porque para eso está ahí, para servir, y las gentes que están ahí, sus colaboradores, tienen que servirle a él y al estado y ya es función y criterio de él quién sirve y quién no, te puedes equivocar en meterlos pero no en correrlos.
J.E.G. – ¿Cuál es su percepción con respecto a Everardo Villarreal el alcalde de Reynosa?
Pues es un buen hombre, muy joven pero ya tiene idea de lo que es el poder, lo ha manejado bien y yo creo que va para adelante, el muchacho está muy joven y tiene mucho futuro. Yo creo que debe de rodearse de gente que sirva y que sea buena, y si lo logra puede llegar lejos desde luego, si es inteligente se va a rodear de esa gente que le sirva a él y a los cuidadanos.
J.E.G. – ¿A quién reconoce o admira usted del mundo periodístico?
Pues bueno ya se han muerto varios, pero ha habido muchos, por ejemplo, Manuel Mejido era un buen periodista, Julio Scherer es un periodista honesto, tiene una revista también honesta, muy valiente y lo admiro mucho y él estuvo aquí, recuerdo que me mandó a Ricardo Ravelo cuando tuvimos aquella lucha de Pemex, que había un señor que estaba comprando cosas en Estados Unidos y vendiéndoselas a ellos, e iban muy centaveadas, conseguimos documentación y tuvimos una lucha muy pesada, es más, algunos se fueron al hospital, no me acuerdo de los funcionarios, le hablé a Julio Scherer y le interesó el asunto y nos mandó al periodista que lo atendió José Luis De Anda que era el que estaba asignado a ese reportaje.
J.E.G. – ¿A quién reconoce como uno de los mejores gobernadores de Tamaulipas?
Pues Geño fue un buen gobernador, a pesar de todo lo que se diga de él, él tuvo muchos problemas, estamos viendo una época difícil pero gobernó bien. Treviño Zapata,
el doctor gobernó muy bien, fue muy buen
gobernador. Ellos son a mi criterio, aunque hay otras gentes que piensan que hubo otros mejores que ellos.
J.E.G. – En el caso de los alcaldes de Reynosa.
Pues Rigoberto Garza Cantú fue un buen alcalde, yo pienso que Efraín Martínez Rendón también lo fue y a pesar de todo lo que digan de Luebbert pienso que fue un buen alcalde también.
EN LO PERSONAL
J.E.G. – ¿Cuáles son los columnistas que más lee?
Me gusta mucho Granados Chapa (+), Denisse Dresser, Carmen Aristegui y muchos más.
J.E.G. – ¿Qué noticiero es el que más disfruta ver?
Pues casi siempre veo el de Pepe Cárdenas y el de Joaquín López Dóriga.
J.E.G. – ¿Cuántos periódicos diarios lee?
Son más de 5 periódicos, pero pues algunos casi no los leo nada más los estoy viendo, leo algunas cosas que me interesan.
J.E.G. – ¿De lo periódicos nacionales cuál es el que Don Beto lee y reconoce como un buen medio?
El que más leo es La Jornada, me parece un buen medio, es un periódico de izquierda pero es muy objetivo y es un buen diario. El Universal también está hecho por profesionales del periodismo.
J.E.G. – ¿Sus hobbies cuáles son?
Si te digo una cosa no me vas a creer: antes jugaba Golf.
J.E.G. – ¿Usted jugó golf Don Beto?, ¿Era bueno?
Más bien malo pero me gustaba mucho, además me gustan los ranchos, la cacería, pero la verdad ya estoy más en la casa conversando con mis amistades, cambiando impresiones con ellos, ahí comemos e invito amigos y a veces salimos a comer fuera, pero ya actividades así como antes ya no las tengo la verdad, la lectura podría ser otro, leo varios libros y periódicos.
J.E.G. – ¿Cómo es un día en la vida de Don Beto Deándar?
Pues ya casi hago muy poco Juanito, me levantó como a las nueve, ya tarde, almuerzo, me vengo aquí al periódico, estoy un rato con Toño el director y platico con el personal, a veces vengo en la noche para saludar a los viejos amigos aunque ya el periódico está muy bien encarrilado necesitan la presencia de los dueños de vez en cuando.
J.E.G. – Pero bueno ¿Usted sigue mandando verdad? La línea editorial usted la maneja
Desde luego todavía, (dijo con firmeza).
J.E.G. – Don Beto ¿le gustaría agregar algo a esta entrevista?
Pues nada más decir que vas muy bien, que te deseo mucha suerte y síguete impulsando, si eso te gusta, síguelo haciendo y trátalo de hacer lo mejor que puedas, llevas muy buen camino, estás haciendo muy bien las cosas, las revistas van muy bien, muy buen trabajo”. v