
El viernes 9 de mayo la vigilancia al presidente de México no sólo fue por tierra. Un operativo de seguridad nunca antes visto se desplegó en Reynosa para la visita del presidente, Felipe Calderón Hinojosa, quien fue protegido por tierra y aire con un helicóptero artillado de la marina, cientos de elementos del ejército a bordo de vehículos Humvee blindados y armados con ametralladoras calibre .50, además de decenas de policías estatales que cerraron las calles por donde transitó el convoy del mandatario.
En la comitiva presidencial se intercalaron al menos tres camionetas repletas con elementos de asalto, quienes empuñaron sin discreción ametralladoras que asomaban ligeramente por las ventanas.
Las Suburban que encabezaban los vehículos fueron del mismo color para no dejar ver en cuál viajaba el mandatario.
El trayecto de Calderón Hinojosa hacia el Hospital Materno-Infantil fue escrupulosamente vigilado.
En el operativo de seguridad desplegado participó un helicóptero de la marina, matrícula AMHP-151, de cuyas puertas abiertas asomaban dos elementos con igual número de ametralladoras calibre .50 –el más alto– cuidando de 23 vehículos oficiales.
En el convoy se intercalaron al menos tres camionetas tipo Van con elementos de asalto, en uniforme camuflado.
Además, todas las camionetas Suburban eran color arena, con el fin de confundir en cuál iba el mandatario y en tres de ellas fueron colocadas banderas nacionales como las que usa Calderón Hinojosa en sus vehículos blindados.
La seguridad del presidente obligó a que, incluso, se llevara desde el Distrito Federal una camioneta blindada con placas de circulación de la capital.
El acto tuvo lugar al aire libre, sin embargo, las precauciones se extremaron al grado de que fueron colocados dos tráileres frente al hospital que bloquearon la visibilidad hacia el patio del mismo en donde el mandatario encabezó la ceremonia.
A lo largo del trayecto, en las bocacalles, se colocaron unidades militares con al menos 10 elementos de la Defensa Nacional armados y con chalecos blindados, mientras que otros recorrieron la carretera en el otro sentido vehicular para peinar la zona.
Ese viernes 9 de mayo esta frontera de Tamaulipas fue blindada por unas horas para la visita del mandatario, en medio de rumores sobre su posible cancelación que se escucharon un día antes.
EN ALERTA
El impresionante operativo de seguridad no era para menos. La madrugada del jueves 8 de mayo Calderón Hinojosa fue enterado que Edgar Millán, coordinador de seguridad regional de la PFP, había sido ejecutado cuando salía de su domicilio en la colonia Guerrero de la Ciudad de México.
Este acontecimiento lo llevó la mañana siguiente a encabezar un homenaje a los agentes caídos en el cumplimiento de su deber.
Una hora más tarde Calderón Hinojosa voló a Reynosa para inaugurar junto al gobernador, Eugenio Hernández Flores, el Hospital Materno Infantil
Sin embargo, la muerte de Millán activó la alerta roja del Estado Mayor: cientos de elementos del Ejército Mexicano, de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSP), de la Marina y de corporaciones estatales y locales fueron desplegados por donde pasaría el presidente.
Una multitud se aglutinaba para ingresar al recinto hospitalario localizado en la colonia Las Granjas; no obstante, el paso les fue negado por granaderos de la Policía Federal Preventiva (PFP).
El hospital fue blindado varias cuadras a la redonda para garantizar la seguridad del presidente, cuyo contingente arribó alrededor de las 10:30 horas.
Tras develar una placa a la entrada del inmueble, el jefe del Ejecutivo nacional recorrió el interior y luego se dirigió hacia su parte posterior donde estaba el estrado y frente a él integrantes de la clase política del norte de la entidad, así como personal médico de la institución y madres de familia invitadas al evento.
MASIVA MARCHA
Mientras el mandatario estatal bromeaba con la concurrencia al declarar que había “costado mucho más trabajo embarazar a 150 mujeres” del programa de atención médica integral, que construir el hospital mismo, afuera del centro médico un numeroso grupo de personas comenzó a protestar por la presencia de las fuerzas federales en esta ciudad y municipios aledaños.
Tal suceso causó un severo caos vial, pues los manifestantes invadieron la carretera Reynosa-Monterrey en su lado sur.
“¡Fuera los soldados!”, “¡No queremos fuerzas armadas!”, “¡Tememos por nuestra seguridad!”, eran algunas de las consignas lanzadas por los inconformes, en los que se encontraban mujeres y niños.
Simultáneamente Felipe Calderón Hinojosa fue abordado en su asiento por dos elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quienes presumiblemente hicieron de su conocimiento la marcha que acontecía al exterior del lugar, mensaje que el presidente tomó con serenidad y discreción.
Luego de permanecer frente al Hospital Materno Infantil por espacio de media hora, finalmente el grupo se disolvió con saldo blanco.
NO HAY TREGUA CONTRA EL CRIMEN: CALDERON
El presidente recurrió a la última parte de su discurso para dirigirle un mensaje a la delincuencia y a la Nación:
“Nuestro compromiso es que todos los mexicanos puedan vivir mejor, con la salud de sus bebés y mujeres, pero también protegemos la salud de los adultos y de nuestros jóvenes.
“Por eso promovemos que existan escuelas seguras y que hagamos todo lo que tengamos que hacer para que no caigan en la esclavitud de las drogas”, dijo.
El mandatario subió de tono y recriminó las bajas que las fuerzas federales han sufrido durante su gestión.
“Han sido ya muchos soldados y marinos que han perdido la vida luchando por liberar a la ciudadanía de la delincuencia. Como ustedes saben asesinaron de manera cobarde a un servidor público de la Policía Federal, quien no obstante antes de morir tuvo las agallas de atrapar con sus manos a su asesino.
“Las mexicanas y mexicanos no estamos más dispuestos a vivir más en esa sumisión y estamos dispuestos a recuperar las calles que nunca debieron dejar de ser nuestras. La muerte del jefe Millán es un agravio para la sociedad entera”, condenó.
Luego el Ejecutivo nacional convocó a la ciudadanía a cooperar contra la delincuencia.
“Debemos unirnos para enfrentar este mal y por eso pido el apoyo de ustedes. Hoy redoblamos el esfuerzo en la lucha contra el crimen organizado porque está en juego el futuro del país.
“Yo reitero el compromiso del gobierno federal de no dar marcha a tras en la lucha de un México donde impere el orden y la legalidad. Somos millones y millones los que queremos ver a un México como un país de orden, de paz y libertades”, concluyó.
Al final del evento Calderón Hinojosa fue escoltado con un fuerte dispositivo policial hasta el Aeropuerto Internacional “Lucio Blanco”, para luego partir en su avión presidencial.
Los medios de comunicación estuvieron “atrás de la raya” y no tuvieron acceso al mandatario.