
Tuvo que pasar más de un siglo y medio para que un contingente militar mexicano ingresara a San Antonio, Texas. Sin embargo, en esta ocasión, la misión que cumplirán no es bélica, sino de ayuda.
Un grupo de 183 soldados del Ejército Mexicano -a bordo de un convoy de 49 vehículos- hizo historia la mañana del 7 de septiembre del 2005 cuando cruzaron por el Puente Internacional Colombia la línea divisoria entre México y Estados Unidos e ingresaron a territorio norteamericano para dirigirse a su destino final: la base de la Fuerza Aérea Norteamericana, Kelly, ubicada en las orillas de San Antonio, Texas.
La escena no podía ser menos espectacular: el enorme contingente conformado por trailers y camiones para el transporte de personal adornados con banderas mexicanas, recorría a una velocidad aproximada a los 70 kilómetros por hora la moderna autopista número 35, que comunica Laredo, Texas, con San Antonio.
Durante la ruta, por la que fueron escoltados por unidades de la Policía Estatal de Texas y agentes del Departamento de Policía de San Antonio, el convoy era objeto de múltiples
muestras de cariño por parte de los automovilistas y residentes de las pequeñas comunidades ubicados a lo largo de la rúa.
Incluso, muchas personas esperaron a la orilla de la carretera el paso del contingente mexicano para saludarlo, entre los que se encontraban quienes portaban, orgullosos, una Bandera de México.
Alrededor de las 15:30 tras, tras una jornada de expectación por parte de las autoridades consulares de México, representantes del Ejército de Estados Unidos y de la ciudad de San Antonio; el contingente militar hizo su arribo a la base de Kelly, donde se encuentra albergados alrededor de 4 mil 200 damnificados por los daños del huracán Katrina.
De inmediato, las autoridades norteamericanas dirigieron al convoy a un enorme terreno ubicado a un kilómetro del albergue principal, donde los militantes mexicanos instalaron su campamento de operaciones.
En este lugar, instalaron las dos cocinas comunitarias con las que esperan brindar tres comidas diarias a 3 mil 500 personas por espacio de 20 días, labor que será su principal misión, pues las labores de atención médica ya están cubiertas por los miles de voluntarios de la Cruz Roja de Estados Unidos que se encuentran apostados en esta base.
En una breve ceremonia, el encargado del contingente, el General Brigadier Diplomado de Estado Mayor, Francisco Ortiz, aseguró que el arribo de las tropas mexicanas responde a la solidaridad y ayuda que el pueblo mexicano desea brindar a las víctimas de Katrina.
El militar indicó que las labores que el contingente pretende realizar en San Antonio están basadas en los lineamientos del Plan DNIII-E, que el Ejército Mexicano implementa cada vez que existe una emergencia en territorio nacional.
Y tras una serie de especulaciones respecto al destino final de las tropas mexicanas, el jefe del convoy aclaró que las órdenes que tienen es que se queden en San Antonio y apoyen en lo posible a la población que se encuentra albergada en este lugar.
Con ello, terminó con las especulaciones que aseguraban que el grupo se iba a dirigir a la ciudad de Houston, Texas, donde se encuentra la mayor cantidad de los refugiados por el desastre natural que devastó los alrededores de la ciudad de Nueva Orleans.