
Estaba un día El Apuntador aún sin entender, cómo si estamos en lo más grave de la tercera ola del Covid-19, la gente sigue sin hacerle caso a las recomendaciones sanitarias cuando, desgraciadamente, volvieron a caer noticias de compañeros de los medios que han perdido la vida.
Primero, el pasado 22 de julio, se reportó el sensible fallecimiento de Juventino Loo, reportero, columnista y comunicador ampliamente conocido allá por los rumbos de Río Bravo, Tamaulipas.
Dirigente de una organización encargada de defender los derechos de los reporteros de aquella comunidad fronteriza, Juventino falleció víctima de un derrame cerebral por lo que el columnista desea enviarle a su familia las más sinceras condolencias y el deseo para que su familia encuentre pronta resignación ante la sensible pérdida.
Pero las malas noticias no llegan solas y el pasado 28 de julio la raza de los medios se enteró del lamentable deceso del compañero Felipe Ramos Torres quien, en un estricto sentido de la palabra, no era periodista, sin embargo logró colocarse como un referente dentro del folclor de la prensa de Reynosa.
Verán, Felipe y su eterna compañera Mary -cariñosamente conocidos como “los jelipes”-, se convirtieron en unos personajes infaltables en los medios de comunicación locales ya que desde su aparición en el gremio, hace ya un par de décadas, llamaron la atención por su peculiar estilo.
De entrada durante muchísimo tiempo nadie tenía muy claro en dónde trabajaban “los jelipes”, lo que todos tenían por seguro es que este par no escribía ni una coma.
Ya posteriormente, gracias a las redes sociales, Ramos Torres abrió su espacio denominado Revista El Estatal, que cumplía con todos los requisitos de un medio religioso… o sea que salía cuando Dios quiere.
Y aunque cualquiera podría pensar que “los jelipes” eran nocivos para el gremio la realidad es que no es así, su humildad y buen trato les ganaron un espacio en el corazón de los reporteros y las fuentes de Reynosa.
Además, a diferencia de muchos comunicadores quienes pueden presumir que ya están encumbrados y todo mundo les contesta el teléfono; “los jelipes” podían presumir que no había evento que no cubrieran.
Ahí los veían, desde las siete de la mañana en los cafés cubriendo conferencias de prensa hasta bien pasadas las once de la noche cuando no perdonaban cena o evento de gorra al que lograban ser invitados.
Su dedicación a no perderse ni un solo evento político, deportivo o social, les ganó de cierta manera el reconocimiento y el cariño de la raza de los medios, quienes supieron arroparlos como parte de la profesión.
Es por eso que apenas se supo del lamentable fallecimiento de Ramos Torres, que sus redes sociales se llenaron de condolencias y mensajes de solidaridad, especialmente para su eterna compañera Mary quien ahora se queda solita para hacer los recorridos por las fuentes.
Un abrazo para ella con la esperanza de que pronto reciba la resignación que necesita para salir adelante.
Y no está de más decirlo: hay que seguirse cuidando, que la situación no ha mejorado nada y, al contrario, parece que va a empeorar.
EL SUPLEMENTO DESPRECIADO
Cambiando de aires, como cada cuatro años el Grupo Reforma, o séase el periodicote El Norte que dirige Alejando Junco junior, compadrito de este columnista tan amado como tan odiado El Apuntador, publica un suplemento especial sobre el Mundial de Futbol o los Juegos Olímpicos.
Con un costo de 30 pesos al público y gratis para los cada vez menos suscriptores, salió a la venta -con un buen diseño que es el sello de la casa-, un producto impreso de 92 páginas a todo color titulado Tokio 2020 para no quebrarse la cabeza.
Sin embargo, llamó la atención un detalle que seguramente encendió los focos rojos de alerta de dueños y directivos: la ausencia de marcas patrocinadoras oficiales de las Olimpiadas que, en otros tiempos, separaban las mejores páginas y pagaban hasta 150 mil pesos con tal de salir en el suplemento.
Sobre su contenido editorial están bien seleccionados los temas, variados y su presentación gráfica es indiscutible, peroooooooo de las marcas patrocinadoras de los Juegos Olímpicos ahí va la lista de las que no invirtieron ni un peso en espacios publicitarios: Coca Cola. Airbnb, Atos, Bridgestone, General Electric, Omega, Panasonic, Pzifer (P&G), Toyota, Visa, Canon, Fujitsu Intel y NEC, entre otras.
Sólo entraron en el suplemento Samsung y, y, y… ¡párele de contar! Confirmación de que los tiempos no son los mejores para el El Norte -y los medios impresos en general-, añorando la familia Junco otros eventos deportivos cuando los patrocinadores se arrebataban los mejores espacios.
Para que lean que El Apuntador no está amargado ni trae nada personal contra el periodicote, hay que reconocer el trabajo editorial de Ricardo Garza, editor de Cancha; Luis Miguel Diasgirón, editor de Tokio 2020, y los diseñadores Luis Flores, Ismael Banda, y Arturo Montiel, entre otros que sacaron la chamba pese a la ausencia del despedido director de Cancha, Miguel Angel Arizpe.
RETAZOS
Cambiando de canal, no se trata de que este columnista quiera ensañarse o que disfruta la salida de Arizpe como ex mandamás de Cancha de El Norte, pero confirmó que fue una decisión muy difícil la que tomó Alejandro Junco junior, pues el despedido era de todas sus confianzas como son actualmente la directora editorial Martha Treviño y el subdirector Humberto Castro.
Se dice, pero no está confirmada la versión, que Arizpe se fue sin liquidación de ley tras 31 años en el periodicote, por lo cual estaría preparando una demanda laboral asesorado por Alberto Palomino, su amigo y ex director de administración y operaciones de Sinergia Deportiva, o sea, del Club Tigres.
Cierto es que las pruebas en contra del ex director de Cancha tendrían que ver con grabaciones telefónicas que registra El Norte para espiar a sus empleados en su edificio de Washington y 5 de Mayo, mismas que fueron contundentes para despedir hace años al ex subdirector Eduardo Campos.
Cambiando de aires, este columnista desea mandarle una felicitación a Juan Alberto Cedillo, porque finalmente y tras largos años de trabajo, recibió su jubilación de la revista Proceso, donde colaboraba enviando notas de Coahuila y Tamaulipas.
Hoy que Cedillo queda totalmente fuera de Proceso, puede aprovechar su tiempo para leer o escribir algún otro libro como los que ha hecho en años anteriores.
A la fecha se desconoce quién se va a quedar con la corresponsalía en Tamaulipas y Coahuila, ahora que Juan está jubilado y fuera de la revista, pero apenas haya detalles en este sentido se darán a conocer.
Así que ya saben raza reporteril y fuentes informativas: si se topan a Cedillo felicítenlo por su jubilación y su salida de la revista Proceso… aunque también podrían preguntarle por qué hasta ahora no ha hecho público que ya lo jubilaron ¿será que le da pena por aquello de la edad?
Y ahora sí va la gustada pregunta de la quincena: ¿Ya se vacunaron, amiguitos?