
En el ambiente político existen muchas frases como: “el que respira aspira”, “el aspirar no empobrece” y “el que no se mueve no sale en la foto” mismas que sirven de apoyo para algunos personajes… y Reynosa no es la excepción.
En los últimos días, algunos miembros del Partido Revolucionario Institucional han declarado sus aspiraciones para contender por la candidatura a la alcaldía y las diputaciones locales aunque también hay otros que aunque no lo han dicho, se sabe que buscan ser abanderados del tricolor.
En el Partido Acción Nacional existe la misma postura, día con día sale un nuevo aspirante, pero a diferencia del PRI, no cuentan con un eje rector que pueda acomodar sus piezas.
Hay que recordar que cuando han salido tantos aspirantes el partido en el gobierno ha salido afectado. Por ejemplo, en las elecciones para la presidencia municipal en el año de 1986, estando como gobernador Emilio Martínez Manatou y alcalde Miguel Valdez Revilla, salió una cantidad enorme de aspirantes a la candidatura del PRI a la presidencia municipal.
Fue entonces que se decidió realizar una consulta a la sociedad en donde compitieron los siguientes personajes:
Ernestina Icaza de Contreras, Ernesto Gómez Lira, Gregorio Perales, Abel Hernández González, Leopoldo Chow Chong, Francisco Salazar Acevedo, Tomás Robinson González, Marín Salinas García, Esteban Kott Michalcike, Jorge Alberto Flores Salinas, Ramón Eliud Alejandro Quiroga, Hugo Garza Ruiz y Juan José Rodríguez Soto.
Verdaderamente esa era una lista interminable que sólo provocó divisiones entre sus integrantes. Al final la ganadora fue Ernestina Icaza de Contreras, lo que no dejó muy convencidos a muchos.
Sólo Ernesto Gómez Lira –quien había sido presidente de la Junta de Administración Civil en el período 1978-1980 donde realizó una labor fabulosa–, se sintió con capacidad de ganar y busco la candidatura por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana.
Fue así como llegaron las elecciones con un resultado muy conocido: Ernesto Gómez Lira, con su carisma muy particular, ganó la contienda electoral y se convirtió en presidente municipal para el período 1987-1989, aunque llevaba en su corazón las siglas del PRI.
Esto no quiere decir que el PRI realice una consulta a la base como en aquella ocasión, tampoco quiere decir que exista otro Ernesto Gómez Lira con el carisma y liderazgo que lo caracterizaba; pero lo que sí tiene mucha similitud son los tantos aspirantes para la candidatura, como se está viviendo.
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El autor del artículo es delegado de la Academia Mexicana
Del Derecho del Trabajo y de la Previsión Social