
Norma Angélica Valenzuela Cázares, es una destacada artista nacida en Reynosa que ha trascendido en el mundo del arte a nivel nacional e internacional; ella sabe de la importancia que tiene el que niños y jóvenes se desarrollen dentro de esta forma de expresión.
Su compromiso con la cultura y la formación de niños y jóvenes ha dejado una huella indeleble en la comunidad artística de esta ciudad y más allá, dedicando su vida a transmitir y predicar el amor hacia el arte en sus diversas manifestaciones.
El legado de Norma Angélica Valenzuela Cázares ha trascendido las fronteras y ha dejado su huella tanto en la danza, la música, como en el teatro; y a lo largo de su carrera, ha sido testigo y protagonista de la evolución de las artes en su ciudad natal y ha contribuido enormemente a la formación de nuevas generaciones.
Originaria de este municipio, Valenzuela proviene de una familia profundamente arraigada en la música. Su padre, Elías Valenzuela, originario de Zacatecas, fue saxofonista y llegó a tocar con el legendario Agustín Lara.
“Mi padre fue un músico excepcional; aunque llegó a Reynosa por la música, se dedicó a la enseñanza musical en la Escuela Secundaria número 3 Gral. Francisco J. Múgica. Su labor como maestro fue prolífica y sumamente entregada, no es porque sea mi padre, pero quienes lo conocieron lo recuerdan como un maestro muy apasionado”, compartió.
La influencia de su padre fue decisiva en su vida, pues no solo fue testigo del talento musical de su progenitor, sino también de su entrega a la enseñanza.
Él formó agrupaciones instrumentales y estudiantinas, motivando a los jóvenes a viajar y competir en el ámbito musical, llegando a presentarse en el Palacio de Bellas Artes. “Mi padre siempre tuvo el sueño de crear la Banda Municipal de Reynosa, algo que logró formar con sus propios alumnos”, recuerda con orgullo.
INESPERADAMENTE LLEGÓ EL TEATRO
Norma, por su parte, encontró su vocación artística en la danza, y a pesar de comenzar en el ballet clásico a los 18 años, una edad considerada tardía para esta disciplina, tuvo la fortuna de contar con excelentes maestros que la guiaron en su camino.
“Mi maestro, David Gándara, venía de la ópera y había trabajado en Inglaterra e Irlanda. Su enfoque era muy teatral, lo que me permitió acercarme también al teatro”, comentó.
Pero la vida tenía algo más destinado para ella, y es que al jubilarse su padre como maestro, ella asumió su rol e inició a dar clases de música en la secundaria Múgica.
Cuando ya se encontraba acoplada a ello, el sistema educativo cambió, y tendría también que impartir clases de teatro, una disciplina con la que no estaba familiarizada.
“Recuerdo que me dijeron que ahora tenía que montar una obra de teatro para un concurso. Yo no sabía cómo hacerlo, pero mi padre siempre nos enseñó que si vas a hacer algo, lo haces bien”, relata.
A pesar de la presión inicial y aunque al principio fue una imposición, terminó por disfrutar del teatro, haciéndolo durante 10 años, y en ese período, ella y sus alumnos ganaron siete concursos regionales y cinco estatales, demostrando que la disciplina y el arte pueden lograr grandes cosas.
Agregó que fue una experiencia increíble, y aunque al principio sufrió mucho, dijo que aprendió a hacerlo.
“El maestro Medardo Treviño, un director de teatro maravilloso, decía que el teatro elige a las personas, y creo que el teatro me eligió a mí”, apuntó.
Uno de los proyectos más significativos que desarrolló fue el montaje “Emmanuel, Dios con Nosotros”, una obra que conjuga música, danza y teatro, y que aún hoy sigue presentándose.
“Fue una oportunidad para que los chicos se expresaran a través del arte, para que aquellos que querían bailar, bailaran; quienes querían tocar, tocaran; y quienes querían actuar, actuaran”, declaró.
LA IMPORTANCIA DE LA BUENA
ENSEÑANZA DE LAS ARTES
Además de su destacada labor como artista, Valenzuela Cázares ha sido una formadora incansable de jóvenes talentos en Reynosa.
Para ella, la enseñanza artística es una responsabilidad que debe asumirse con ética y dedicación.
“Es muy importante que mi trabajo sea honesto y de la más alta calidad, porque los niños merecen lo mejor. No todos mis alumnos van a ser artistas profesionales, pero eso no significa que no deban recibir la mejor enseñanza posible”, subraya.
A pesar de los logros obtenidos, Norma es consciente de la falta de escuelas profesionales de arte en Reynosa.
Su compromiso con la educación artística la llevó a estudiar Pedagogía de la Danza en España a los 55 años, un logro que la llenó de satisfacción personal y profesional.
Tras sus primeros acercamientos a la danza, es invitada a un curso de verano en Monterrey y tiempo después viaja a España debido a los estudios musicales de su hijo, y en Alicante encuentra un curso de verano en la Badalona, de San Petersburgo, y posteriormente de la Vaganova, tomando un curso para maestros.
“A esa edad me aceptaron en el Conservatorio de Danza de Alicante, donde estudié Pedagogía. Para mí fue muy significativo, porque pude obtener los fundamentos teóricos y pedagógicos necesarios para enseñar mejor”, afirmó.
Destacó que aunque se esté en Reynosa, no se debe olvidar la realidad imperante en torno a las manifestaciones artísticas, por ello, la importancia de educar alumnos que compitan en un mundo globalizado.
“No los estás preparando únicamente para desarrollarse de manera local, sino que puedan competir con cualquier otro estudiante, hay que armarlos para que vayan preparados a defenderse en cualquier lugar que la vida los lleve”, destacó.
Su enfoque educativo, basado en los principios del desarrollo infantil, le ha permitido guiar a cientos de jóvenes hacia un futuro lleno de posibilidades artísticas.
NIÑOS Y JÓVENES EN EL ARTE
Norma Valenzuela también destacó la importancia de las artes en la formación de los niños, pues dijo, tendrá una gran influencia en su vida presente y futura.
“Un niño que toca un instrumento o actúa en una obra aprende disciplina, compromiso y trabajo en equipo; la música y el arte son un reflejo de la sociedad, y preparan a los niños para el gran concierto de la vida”, manifestó.
Esta dinámica, dijo, les enseña que, trabajando de manera conjunta se pueden lograr objetivos, dejando en claro que sin su participación, el resultado no sería completo.
“Eso es una sociedad en donde cada quien cumple su rol y lo cumple y al final está el resultado”, afirmó.
CUMPLIENDO SUEÑOS
La entrevistada mencionó que nunca es tarde para luchar por lo que se desea, dejando en claro que para lograr metas y sueños es importante trabajar por ellos.
“Yo soy responsable de mis propios sueños y si lo sueñas seguramente lo puedes hacer, y más que una frase gastada o de internet es mi experiencia de vida”.
Hoy en día, sigue activa, enseñando y dirigiendo proyectos artísticos. Ha llevado su arte más allá de las fronteras de México, participando en festivales de Cuba, Dinamarca y Colombia.
Su dedicación y pasión por las artes han dejado una huella imborrable en la comunidad artística de Reynosa.