A lo largo de los años y desde sus diferentes trincheras, Mirella Lucero Guzmán Flores ha fomentado el desarrollo artístico de niños y jóvenes.
Su enfoque y dedicación hacia el arte y la educación, especialmente en la formación de niños y jóvenes, es algo que puede destacarse de Mirella Lucero Guzmán Flores, artista plástica, actual directora de la Casa de la Cultura de Reynosa y fundadora de la Red Infantil y Juvenil de Muralismo Nicandro Puente.
Aunque nació en Nuevo Laredo, ya es reynosense por adopción, y es uno de los personajes más destacados en el ámbito artístico de la localidad, dándose a conocer también en algunas partes de Nuevo León y la Ciudad de México.
Se formó como maestra normalista en la Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas, en Ciudad Victoria, ejerciendo en la educación desde los 19 años de edad, hasta hace ocho que se jubiló, tiempo en el que se desarrolló como maestra de grupo, directora de escuela y asesor técnico pedagógico.
HERENCIA ARTÍSTICA
Sin embargo, encontró en la pintura una gran vocación desde niña y relató que su familia tuvo un papel crucial en su desarrollo artístico.
“Mi familia, tanto materna como paterna, siempre tuvo inclinaciones artísticas y eso favoreció que varios miembros se desarrollaran en ella, entre los más destacados se encuentra un hermano de mi papá, egresado de la Academia de San Carlos allá por 1930, que laboró como autoridad federal en la formación de los centros culturales en el norte del país y se quedó a radicar en Monterrey, allá es muy conocido, hay libros en torno a él y es todo un personaje”, expresó.
De esta manera, fue que a la par cursó el Taller de Dibujo, en la Casa del Arte de Ciudad Victoria, siendo este un punto clave en su carrera, donde comenzó a formar una disciplina artística que la ha llevado a coordinar durante 19 años la Red Infantil y Juvenil de Muralismo.
Esto surge en el 2005, debido al deseo de preservar el legado dejado por el maestro Nicandro Puente, pintor y muralista tamaulipeco, con quien formó una familia, así como para destacar su vida y trayectoria.
“La característica de este grupo es que invitamos a grupos de niños, jóvenes y entre todos creamos un mural, ahí dibujamos y nos basamos en algunos bocetos de los trabajos del maestro Nicandro Puente, y vamos dándole vida y forma a murales comunitarios”, expuso.
Estas acciones se han llevado a cabo, tanto en Tamaulipas como en Nuevo León, donde se ubican diferentes espacios intervenidos.
Explicó que ha trabajado en diversas escuelas primarias de Reynosa, incluyendo el edificio operativo del DIF, promoviendo el arte entre los niños y jóvenes.
Además, mencionó su colaboración con la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, donde han realizado murales inspirados en la literatura universal infantil, un proyecto que llevó a cabo junto con sus estudiantes de la preparatoria José de Escandón. De igual manera, ha realizado exposiciones individuales y ha participado en algunas colectivas.
“Recientemente nos invitaron a participar a mi hija Thamara, que es fotógrafa, y a mí, en la Pinacoteca de Tamaulipas y estamos preparando ese material, trabajando sin parar”, compartió.
ACERCAR A LOS NIÑOS AL ARTE
Uno de los aspectos más destacados de su labor es la inclusión de niños y jóvenes en la creación de murales, por lo que subrayó la importancia de acercarlos a las manifestaciones artísticas.
“Siempre he creído en el modelo de educación renacentista, que los seres humanos somos capaces de vivir todas las áreas del pensamiento, tanto lo técnico, lo científico, como lo artístico”, mencionó.
Entre su trayectoria se encuentra también la Subdirección de Cultura y la participación en un proyecto en el que involucró a niños de escasos recursos o situación vulnerable, durante la década de los 80.
“Fue toda una experiencia, no teníamos materiales, lo que teníamos era la voz y el cuerpo humano como instrumento y mucho entusiasmo, era una oportunidad magnífica para bailar, cantar, dibujar”, declaró.
Destacó que al ser Reynosa una ciudad donde predomina la industria maquiladora, la mayoría de las escuelas de educación media superior y superior son técnicas, por lo que “el gran reto es trabajar hacia el humanismo de las artes”.
Esta es la labor que realiza desde la Casa de la Cultura de Reynosa, además de enfrentarse al desafío de contrarrestar la apatía y el pesimismo que se percibe en algunos sectores.
Por eso resalta la importancia de brindar a los niños experiencias artísticas que los aleje de la dependencia tecnológica, creando un impacto duradero en las vidas de los niños y jóvenes con los que trabaja.
Su visión integral y su dedicación constante han hecho de la Casa de la Cultura de Reynosa un espacio donde el arte florece y se convierte en un vehículo de transformación social.