La amistad que tuvo con artistas de la talla de Diego Rivera, Angel Zárraga. Angelilna Beloff, Carlos Bracho, José Moreno Villa, entre otros, así como su interés y amor por el conocimiento y las bellas artes, hicieron de Alfonso Reyes un trasmisor de emociones que fueron plasmadas en innumerables textos, libros y revistas que son parte del legado del ilustre neolonés que conforma la extensa biblioteca de la Capilla Alfonsina.
A finales de 2009, el Museo Nacional de Arte MUNAL a través del INBA, albergó la exposición “Alfonso Reyes y los Territorios del Arte”, pero una vez que concluyó su estancia en este recinto, fue trasladada al Museo del Noreste MUNE como segunda y última sede, ya que no se tenía contemplado una muestra itinerante.
Más de 170 piezas entre pinturas, dibujos, esculturas, revistas, periódicos, integran esta exposición en la que se manifiesta la percepción de Alfonso Reyes sobre los artistas y sus obras que figuraron en la primera mitad del siglo XX.
Minerva Margarita Villarreal, directora de la Capilla Alfonsina de la UANL, quien colaboró con el capítulo “Alfonso Reyes: una escritura sin fronteras”, en el catálogo de la exposición, destacó que entre las múltiples facetas de Reyes fue la de gestor, ya que mantenía los nexos fraternos de la cultura entre las naciones.
“Reyes es un puente con la literatura inglesa, con el arte y la literatura francesa, con la literatura brasileña y el resto del cono sur, sobre todo con Argentina, pero también es un puente con el Renacimiento, con los Siglos de Oro, con el mundo griego.
“A Reyes le llegaban los libros recién impresos, firmados y enviados por sus autores. Conformó una biblioteca de unos 35 mil volúmenes, contando con las publicaciones periódicas; así lo escribió en mayo de 1954 en un pequeño texto que se titula ‘Mi biblioteca’”, ilustró Villarreal, quien obtuvo el Premio Nacional de poesía Alfonso Reyes en 1990.
La poeta recordó al joven Alfonso, de aquel que sentado frente a la Alameda vio pintar a Diego Rivera, cerca de la Academia de San Carlos; aquel que a los 16 años había publicado el poema “Duda” en el periódico local El Espectador.
También encomió la labor altruista del célebre personaje quien fue motivo de homenajes el año pasado, al conmemorarse el 120 aniversario de su natalicio y 50 años de su fallecimiento.
“Lo que hizo Reyes por México creo que no lo podemos calcular en cuanto a su riqueza. En su casa biblioteca (la Capilla Alfonsina) en la Ciudad de México empezó a trabajar con los escritores jóvenes como Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, José Emilio Pacheco, entre otros.
“Alguien que ofrece la casa porque no hay Conaculta, no hay INBA, no hay talleres, etcétera, y que desde ahí parte para su quehacer edificatoria, entonces es alguien de una grandeza que no tiene nombre”, consideró.
REYES: LA INSIPIRACION
Ante la situación de violencia que se vive en la ciudad adorada por Alfonso Reyes, Villarreal enfatizó sobre la importancia de mantener vigente los ideales del escritor, ensayista, poeta, humanista y visionario.
“Reyes no sólo me parece necesario. Reyes es indispensable para replantearnos si hoy estamos en posibilidades de pensar, de pensar por nosotros mismos. De pensar en el país.
“De construir un pensamiento que nos lleve a planear la existencia como un estímulo hacia el desarrollo personal y social entendido como diálogo, como saber, como deseo de encontrar el origen, las raíces, aquello que nos permita configurar los rasgos de nuestra identidad”, expresó.
“¿Qué queda de ese Monterrey con el que Alfonso Reyes bautizó su correo literario. Ese que mandaba al mundo porque lo enorgullecía, y que fue su musa permanente, su fuente de inspiración, porque andaba por el mundo –como lo hizo desde los 23 años y plasmaba– en dibujitos sus cerros, sus chimeneas al frente de su publicación para presumirla por todos los rincones del planeta?”, se cuestionó Minerva Margarita.
“Alfonso Reyes y los Territorios del Arte” abrió sus puertas al público el 21 de marzo en el segundo piso de las instalaciones del Museo del Noreste .
La curaduría es del investigador Arturo López, quien contó con el respaldo de Raquel Tibol, Héctor Perea y Alicia Reyes, nieta del “Regiomontano Universal”.