
Una casa roja de barandal negro, resguarda en su interior a dos personas con talento que sólo piden el apoyo de Reynosa para seguir creando arte y contar con un espacio para exponer sus obras.
Al exterior de la vivienda, dos rocas de gran tamaño sostienen un barandal, mientras que en el interior se encuentran pinturas y objetos como una mesa, un robot, una manta de la virgen de Guadalupe y la figura de una mujer indígena de piedra.
Como una forma de promover el arte, Gabriel Fuentes, residente de la Colonia Hidalgo, desea que los niños y jóvenes que son el futuro del municipio, se interesen por actividades artísticas.
“Yo siempre he dicho que con el talento se nace, se trae en la sangre, es así como he creado lo que ven aquí”, expresó.
Y es que su obra más llamativa, la de una mujer indígena, es la que logró crear de una piedra, con el apoyo de un mazo y un cincel.
Para el escultor autodidacta, lo más importante es promover el arte, pues aunque le han ofrecido hasta 5 mil pesos por dicha pieza, se rehúsa a venderla.
Aún recuerda la roca intacta y el trabajo que debió dedicarle, cuando tomó un cincel y de inmediato supo la forma que le daría.
Cada día después de regresar de su trabajo como técnico, le dedicaba de dos a tres horas diarias a esa pieza.
“Me tardé seis meses en poder completarla, en lograr que quedara a mi gusto y decidí hacer una mujer indígena porque son nuestros orígenes”, explicó.
El tiempo que demoró se debió a las herramientas primitivas que utilizó y la dureza del material, que no le facilitaba el trabajo.
La pieza que tiene un peso de 20 kilos y fue cubierta con un acrílico especial para protegerla del contacto físico.
Por ahora, otra de las rocas que yacen afuera de su domicilio está esperando tomar forma, aunque en ésta ocasión, Gabriel Fuentes aseguró que utilizará herramientas eléctricas para no tardar en concluirla.
UN ROBOT DE DESECHOS
Otro de los pasatiempos del escultor es reutilizar materiales de la basura o herramientas que le sobran de su empleo, como cables y circuitos.
De tal forma fue como nació el “Robot luchador”, el cual camina, mueve los brazos y sus ojos encienden.
Una caja de cartón protege el circuito que lleva en el pecho, las piernas son de muñecos que recogió de la basura, al igual que los brazos.
“Me gusta utilizar materiales que la gente ve como basura, yo les encuentro un uso y se pueden hacer cosas maravillosas”, expresó.
Aunque se podría pensar que para crear esa clase de objetos se requieren grandes estudios, Gabriel Fuentes consiguió el mencionado robot basándose únicamente en su ingenio y en su interés por crear.
“El Robot Luchador” es conocido por los vecinos de la cuadra y alumnos de la escuela donde estudia su hijo Carlitos, la escuela primaria “Francisco J. Mújica”.
También por esa pieza ha recibido ofertas de compra, pero el escultor no desea generar ingresos económicos con sus creaciones, sólo interesar a la población por imitar ese tipo de acciones.
Por otra parte, construyó una mesa de madera de un rodillo que encontró en la calle, la lijó, la pulió y la pintó.
De igual forma, para una peregrinación, tomó una rama de árbol, la pintó de café oscuro y colocó una manta en la cual dibujó a la Virgen de Guadalupe.
EL TALENTO SE HEREDA
Carlitos Fuentes, el primogénito del escultor heredó el talento de su padre, sólo que por otro tipo de arte: la pintura.
Lo que más le gusta hacer son paisajes y frutas. “Me inspiro en todas las personas que me rodean”, comentó.
Y aunque descubrieron su talento desde que era un pequeño, sus padres decidieron pulirlo mediante clases en la Casa de la Cultura.
“Acude cada sábado a sus clases, avanza en la elaboración de sus cuadros con cada sesión, debe de ir pintando poco a poco”, explicó el padre.
En la entrada de su hogar, Carlitos tiene terminados alrededor de ocho cuadros, los cuales al verlos, cuesta trabajo creer que son de alguien tan pequeño.
Una montaña entre el agua y con nieve en los picos, algunas uvas, peras y manzanas, todos expresando la visión de un niño de primaria.
“A veces me tardó tres clases en terminar mis pinturas, pero me gusta mucho”, dijo.
Carlos hizo al pincel su mejor amigo y si hasta ahora en sus técnicas abunda la perfección, es de pensarse que el futuro le deparará cosas buenas.
PIDEN UNA OPORTUNIDAD
A fin de que conozcan su trabajo, de que se interesen en imitarlo y seguir fomentando actividades sanas para los niños y jóvenes reynosenses, Gabriel Fuentes desea exponer sus creaciones en un espacio municipal.
“Quiero que se me dé la oportunidad de exponer esta escultura hecha a mano con una simple piedra recogida de la calle.
“La única oportunidad que pido es ponerla en la biblioteca, en el museo y posiblemente en la presidencia municipal, por eso me dirijo directamente al alcalde a través de este medio”, dijo.
Y es que también, le gustaría tener una breve aparición en la “Primaria Francisco J.
Mújica” donde a él y su hijo les den la oportunidad de promover el arte.
“Yo sé que mi hijo va por buen camino, pero los demás jóvenes podrían equivocarse y es una forma de acercarlos a cosas buenas”, comentó.
Aunque no donaría la primera creación en piedra que realizó, dijo, está dispuesto a prestarla al municipio por un tiempo determinado.
Otra de las acciones que le gustaría hacer, es dar clases en el DIF, para mostrar a los más pequeños, que de basura o de materiales que podrían parecer inservibles, pueden resultar cosas inimaginables.
“Por medio de ustedes hago un llamado al alcalde Pepe Elías, para que nos apoyen con una exposición, es lo único que pido”, aseguró el escultor.
Aunque ya envío una solicitud a la Biblioteca del municipio, por ahora, sólo espera respuesta, que espera sea positiva, para lograr su objetivo y el de su pequeño hijo.
“Reynosa tiene talento, a lo mejor como nosotros hay muchos, pero tal vez no lo han descubierto o no se les da la oportunidad”,
finalizó.