A las nueve de la mañana del sábado 27 de julio en un quirófano del Hospital Materno Infantil de Reynosa, Ana Karen García Sauceda dio a luz a su primera hija que decidió llamar Briana. Dos semanas después, el 10 de agosto, la joven madre de apenas 19 años de edad fue sepultada en un panteón. Había sido asesinada.
Los exámenes forenses realizados en el cuerpo de la joven, encontrado a orillas del canal Anzaldúas, a la altura del ejido Palo Blanco, revelan que Ana Karen murió a consecuencia de golpes tres días después de haber dado a luz.
Pero la tragedia no terminó con la muerte de la madre. Briana, su bebé, está desaparecida y hasta el momento se desconoce su ubicación. La única persona había sido detenida en relación al crimen, fue liberada días después por falta de pruebas.
Esta historia inició el pasado 30 de julio, cuando Ana Karen acudió con su hija al hospital para practicarle el tamiz metabólico; ese día fue la última ocasión que sus familiares la observaron con vida.
Hoy que la tristeza, el luto y el miedo invade a esta familia, quienes la conocieron aceptaron, bajo la petición del anonimato, recordar a esta joven cuya vida nunca fue sencilla.
Relatan que Ana Karen y sus tres hermanos, todos originarios de Reynosa, fueron criados por sus abuelos desde niños ya que sus padres los abandonaron.
Pobreza y falta de atención provocaron que Ana Karen sólo pudiera terminar la educación primaria y tuviera que buscar diversos empleos temporales para ayudar un poco en la economía de su nueva familia.
Hace meses, recuerdan, Ana Karen se enamoró de un joven con quien inició una relación hasta que quedó embarazada. Desde entonces la pareja se distanció y ella tuvo que pasar su embarazo sola.
De hecho, el padre de la pequeña robada ya fue investigado por las autoridades, quienes determinaron que no tiene nada que ver con el asesinato de su pareja o el robo de su hija.
Por ello es que los familiares de la occisa están desconcertados, aseguran desconocer las causas del suceso que irrumpió la tranquilidad de la familia por la manera brutal como fue asesinada Ana Karen y el robo de la menor con quien convivieron sólo un par de días.
“Nos tomó por sorpresa. Nunca habíamos pasado algo así y no sabemos por qué pasó eso. No tenemos enemigos y lo que le hicieron fue algo feo”, dice una de sus parientes.
De lo poco que recuerdan de Briana, quien al nacer pesó dos kilos 560 kilogramos y tenía una estatura de 52 centímetros, era su gran parecido con su madre. “Todos estábamos muy felices. (Ana Karen) estaba muy feliz con su niña y se parecía mucho a ella”, pronuncia la entrevistada.
Otra de sus consanguíneos, que convivió y cuidó de Ana Karen durante muchos años, evoca con nostalgia a la madre y su hija: “Bien preciosa (Briana) y ella (Ana Karen) tenía muchas ilusiones con la niña”.
Los familiares han estado al pendiente del proceso de investigación que está desarrollando la Policía Ministerial del Estado, pero hasta el cierre de esta edición no se les había notificado en concreto las colocado fotocopias de la neonata en diversos espacios públicos de la localidad y en el municipio de Río Bravo.
En éstas se ruega a la población que tenga informes y se comunique al número telefónico 8992-44-78-26. A la búsqueda también se agrega el rastreo de la niña en las redes sociales mediante algunas fotografías tomadas en sus primeras horas de vida.
La familia no ha recibido llamadas o dato alguno sobre Briana y conviven a diario con la angustia, sin embargo, mantienen viva la esperanza.
EL DIA NEGRO
Una de sus tías la llevó hasta el nosocomio y la dejó en el acceso principal. La joven le prometió que regresaría a casa en taxi. Para las personas que estaban en el hospital pudo ser imperceptible la presencia de Ana Karen y su hija, sin embargo, las cámaras de seguridad la captaron en compañía de una mujer.
Más tarde saldría del Materno Infantil y se dirigiría con esa misma persona a un restaurante cercano; minutos más adelante Ana Karen desapareció del radar familiar y al siguiente día, 31 de julio, fue encontrado su cadáver, pero la neonata no fue ubicada.
Después de días de intensa búsqueda en diversos puntos de la localidad y una denuncia por desaparición en la Agencia Tercera del Ministerio Público, los familiares identificaron los restos de la occisa resguardados en el Servicio Médico Forense.
De pronto, la felicidad que conlleva el contar con un nuevo miembro en la familia fue destrozada por el homicidio que le arrebató la vida a Ana Karen a tres días de haber alumbrado a Briana, y que tanto las autoridades investigadoras como los familiares continúan buscándola.
El Hospital Materno Infantil, donde Ana Karen fue vista por última vez con vida el martes 30 de julio, se declaró ajeno a los acontecimientos que afectaron a dos de sus pacientes.
El director del nosocomio, Jaime Urbina Rivera, aseguró que se le prestó el servicio como se hace con las cientos de mamás que acuden, pero desconoció qué sucedió horas después.
Comentó que los trabajadores se dieron cuenta de la noticia a través de los medios de comunicación, lo cual causó consternación entre los médicos y enfermeras que la atendieron días anteriores a su muerte.
“Vino aquí a atenderse de un parto en la fecha del 27 del mes de julio, y después nos enteramos por las noticias que había fallecido. Pero desconocemos en lo absoluto qué pasó días más tarde”, externa.
LA UNICA
SOSPECHOSA, LIBRE
El martes 20 de agosto fue detenida, en las instalaciones de la Policía Ministerial del Estado, Alvara de los Santos Guerra por su presunta participación en el homicidio de Ana Karen y el robo de su hija.
Las autoridades ministeriales se basaban en el video captado por las cámaras de seguridad del hospital donde se observa a la ahora occisa en compañía de una mujer que se presume es Alvara.
En la investigación realizada en los puntos cercanos al hospital se encontraron a dos testigos, Marie Aurelia Meave Puente, propietaria del restaurante en el que estuvo Ana Karen con la sospechosa del crimen, y un comerciante ambulante de nombre Víctor Ramiro Barrios.
Con base en las declaraciones los elementos elaboraron un retrato hablado de Alvara para después ubicar una fotografía de Ana Karen con una mujer similar en su cuenta de Facebook.
Los elementos ubicaron a la persona quien resultó ser la incriminada y quien rindió declaración en la Policía Ministerial.
“Se le identifica, se le localiza en el domicilio y se le pide de favor que acuda a las oficinas. Lo hace voluntariamente para rendir las declaraciones ante el Ministerio Público y al estarla cuestionando en relación a los hechos se pone agresiva y agrede causas del homicidio ni el destino de la niña.
Pese a lo doloroso del episodio exigen que se aclare el asesinato y se recupere a Briana para arroparla en la familia.
“Tengo fe en que van a dar con el culpable sea lo que haya sido y que aparezca la niña aquí”, aseguró.
En entrevista vía telefónica, Amel Herrera, abuelo paterno de Briana, externó que han sido días complicados para su esposa, su hijo y él mismo, al desconocer la ubicación de su nieta, a quien solo vio cinco minutos.
Solo el domingo, un día después del parto, alcanzaron a verla en el Hospital Materno Infantil durante las visitas familiares. Después sucedió la tragedia que finalizó con la vida de Ana Karen y puso en pausa la de la recién nacida.
El entrevistado comentó que para apoyar las indagaciones que desarrolla la Policía Ministerial, han
que se encuentra detenida por agresión y por la investigación”, refirió el jefe del Grupo de Homicidios, Javier Cantú Amaya.
Sin embargo, no obstante las pruebas aportadas por la policía, el 23 de agosto se supo que Alvara había salido en libertad bajo fianza, pues sólo se le pudo comprobar el delito de agresión en contra de un ministerial.
Alma Idalia Durán Aguilar, jueza primera de lo Penal con sede en Reynosa expresó que en el escrito de consignación de Alvara no se menciona nada de su presunta responsabilidad en el crimen de Ana Karen y el robo de Briana.
El único delito que se le persigue es el ataque en contra del elemento policiaco, que al no ser una falta grave, le otorga el beneficio de la libertad bajo fianza.
De hecho, la joven que fue señalada como presunta partícipe en este crimen fue vista en libertad al acudir a las instalaciones de los juzgados penales junto con sus familiares.
NO QUIERE HABLAR
Durante los días en los que estuvo detenida en los separos de la Policía Ministerial, Alvara alegó su inocencia.
Expuso que el domingo 28 de julio decidió visitar a Ana Karen a quien conocía desde antes. Sin embargo, la visita la pospuso porque su madre llegó de viaje ese mismo día, quedando de encontrarla el martes 30 de julio, cuando se presume se consumó el crimen.
“Jamás fui al Hospital Materno, ni me avisaron cuándo se alivió Ana Karen. El domingo que salió (de la clínica) en la noche le dije: ‘voy a verte hasta el martes ya que baje el sol a llevarle un regalito a la niña’. Fue todo”, declaró Alvara de 22 años de edad.
Así, el crimen de Ana Karen y el paradero de la pequeña Briana, sigue siendo un misterio para las autoridades y su familia, quienes no desean perder la esperanza de que un día van a encontrar justicia, aunque el miedo los haga dudar de que esto pueda suceder.