Apenas en diciembre pasado, Hora Cero le preguntó a mil ciudadanos del área metropolitana quiénes eran sus favoritos para contender por la gubernatura de Nuevo León y el resultado marcó a Abel Guerra por el PRI y Adalberto Madero por el PAN.
La sorpresa es que 10 meses después de aquella encuesta, Madero va hacia abajo y Fernando Elizondo ya lo supera entre los aspirantes albiazules.
En cuanto al PRI, Abel Guerra se mantiene en el primer lugar, pero tiene tras de sí la sombra de Benjamín Clariond, quien todavía es recordado por los nuevoleoneses.
MAS A FONDO
Esta vez, basado en los nombres que se barajan ya para las elecciones de 2009, realizamos un sondeo entre 2 mil 550 personas de los siete municipios más significativos de Nuevo León y les preguntamos sus preferencias en cuanto a precandidatos a la gubernatura, alcaldías, partidos y calificaciones para los alcaldes y el gobernador.
En este mismo número hemos separado los espacios y resultados para cada municipio y nos concretamos en este artículo a los resultados que arrojó la encuesta sobre los candidatos a suceder a Natividad González Parás.
Al ciudadano mayor de 18 años, con credencial de elector se le mostró una lista con nombres, tanto del PRI como del PAN, e incluso se le dio la opción de “ninguno”.
Abel Guerra, del PRI, resultó el más solicitado de todos con un 21.8 por ciento de votos, seguido muy de cerca por Benjamín Clariond, quien logró el 18.6 por ciento.
Guerra Garza, dos veces alcalde de Escobedo, ex diputado y actual hombre fuerte del gobernador en Proyectos Especiales, viene mostrando una tendencia hacia la candidatura desde hace meses.
Perdió ante Adalberto Madero la alcaldía de Monterrey en 2006 por un margen mínimo y se tuvo que conformar con seguir trabajando y figurando a través de sus obras.
El arquitecto ha llamado la atención con el proyecto de la Torre de Gobierno, misma que se construye frente a Cintermex y que “se vende” como el edificio que le hará ahorrar mucho dinero al pueblo de Nuevo León.
Guerra Garza promueve actualmente la coparticipación entre Gobierno e Iniciativa Privada, en una sociedad donde ambos ganen.
También ha estado trabajando en la ampliación de la avenida Lincoln hasta García, Nuevo León, en el túnel del cerro de La Silla y en el estadio de futbol de los Rayados.
Este último proyecto, donde el gobierno cede el terreno y la iniciativa privada hace la inversión, ha sido sin duda un escaparate para Guerra Garza.
Benjamín Clariond, por su parte, se ha mantenido en una discreta distancia del electorado, sin ostentar cargos públicos.
Sin embargo, la popularidad del “Benjas” se mantiene en el ánimo del ciudadano, tanto así que lo recuerda y lo escoge en muchas encuestas.
Después de Guerra y Clariond los priistas comienzan a desaparecer y no “pintan” hasta que llegamos a Cristina Díaz, la alcaldesa de Guadalupe que poco a poco se ha dejado ver como la mujer más sólida del PRI rumbo a la gubernatura.
Sabe que quizá Nuevo León no está preparado para tener a su primera gobernadora, pero ella sigue haciendo la lucha. Hace un par de meses el mismo gobernador le mandó un mensaje en los medios de comunicación diciéndole que esperara los tiempos para hacer públicas sus intenciones.
Rodrigo Medina, a quien consideran los priistas como el “candidato del gobernador”, no ha podido hacer sombra a los arriba mencionados.
El secretario de Gobierno es muy joven y la gente todavía no lo identifica. Quizá sea el tiempo de foguearlo un poco más y dejarle el camino libre a los que vienen figurando arriba en la lista.
El roster de los que siempre están pero nunca llegan lo conforman Eloy Cantú, Juan Francisco Rivera Bedoya, Jorge Mendoza, todos ellos priistas que sabrán alinearse para servir al partido “como más le convenga”.
LOS ALBIAZULES
Nunca antes la pelea por ser el candidato del PAN a la gubernatura estuvo tan cerrada como ahora.
En febrero pasado y tras publicar un sondeo donde Adalberto Madero era el panista más popular rumbo a la gubernatura, Hora Cero realizó un ejercicio al interior de los partidos.
La idea era tener el voto de diputados locales, federales, regidores y síndicos de los municipios más importantes del área metropolitana.
En esa ocasión Fernando Larrazábal resultó el más favorecido con un 27 por ciento, seguido por Fernando Elizondo (21) y Adalberto Madero (12).
Hay que recalcar que esta votación fue entre los panistas que tienen puestos de elección popular y que “viven” la política desde adentro.
Pues bien, en el sondeo que acaba de realizar Hora Cero, el panista número uno para los ciudadanos es Fernando Elizondo, con un 20.27 por ciento.
¿Subió por méritos propios o aprovechó la caída de Adalberto Madero?
Esa es la pregunta del millón de dólares.
Si bien la popularidad de “Maderito” se había mantenido a pesar de los escándalos de su administración, lo cierto es que comienza a cobrarle la cuenta.
El ex senador vio bajar sus bonos hasta un 16.6 por ciento, cifra que lo coloca muy cerca de Fernando Larrazábal, quien tiene 14.82.
Pero si las cosas se ven cerradas, agreguémosle la presencia de Fernando Margáin, el alcalde de San Pedro, que, según los que entienden de esto, es el preferido del presidente Felipe Calderón.
Sin embargo, muchos sienten que el puesto de gobernador sería demasiado grande para él, acostumbrado a manejar un municipio modelo como San Pedro Garza García.
Así las cosas, la pelea interna entre los panistas puede ser su perdición si no se ponen de acuerdo. En el ambiente se palpa que no pretenden dejar llegar a Madero, quien popularmente se había convertido en el rival más peligroso, pero que los errores cometidos en su administración lo han llevado a ser relegado en su propio partido.
Si Madero se lleva sus votos a otro partido haría un hueco profundo en el PAN y a favor del PRI. Lo que los panistas deben hacer es negociar y mantenerlo con ellos, pero sumado con el candidato oficial.
La moneda está en el aire y a un año de las elecciones lo mejor está por venir. Los partidos tienen poco tiempo para tomar la mejore decisión, misma que dolerá a muchos, pero que debe ser la que más convenga a sus colores.
¿Podrán los partidos respetar las tendencias de las encuestas o serán otras fuerzas las que decidan el futuro de los candidatos?
En menos de un año lo sabremos.