
Todo indicaba que sería un viaje normal; la unidad marcada con el número 6046 de la línea Transpais esperaba su hora de salida en los andenes de la central camionera de Matamoros… su destino era Tampico.
Poco a poco los pasajeros abordaron el autobús que los llevaría a casa, a sus trabajos o de vacaciones; sin embargo, estas personas no se imaginaban que la vida ya les tenía preparada una mala pasada, la cual muchos de ellos, difícilmente olvidarán.
El reloj marcaba las 11:45 de la mañana del 20 de julio y la unidad echó andar el motor; iniciaba un viaje cuyo final no era el que los viajantes esperaban.
El tiempo transcurría. El camión de pasajeros ya había abandonado la ciudad fronteriza y emprendió la ruta cuyo fin ya estaba marcado. A su paso quedaban atrás la Garita y ejidos como San Juan, Santa Teresa, La Loma, San Germán, Francisco Villa, La Joya. La próxima escala era la ciudad de San Fernando.
Todo marchaba normal, el trayecto había transcurrido sin contratiempos y la unidad se disponía a dejar el municipio de San Fernando, para llegar al puerto de Tampico.
El autobús volvió a tomar su rumbo y salió sin problema de la central de Transpais; pero lo peor, estaba por suceder.
A pocos minutos de la ciudad, en el kilómetro 163, un tráiler que transportaba material peligroso invadió el carril contrario y se impactó contra la unidad de pasajeros.
La magnitud del golpe provocó que el autobús ardiera y lamentablemente el chofer y cuatro pasajeros más murieran calcinados, además de que 24 pasajeros y el chofer del tráiler fueron traslados al Hospital General de San Fernando para que fueran atendidos de golpes y quemaduras severas.
Debido al número de quemados y el poco espacio del nosocomio, las autoridades del hospital decidieron acomodarlos en los pasillos. Ahí, eran atendidos por el cuerpo médico quienes no se daban abasto y se tuvo que llamar al personal que se encontraban descansando.
Cuentan, quienes estaban en la sala de espera del área de urgencias, que era impactante ver a la gente quejándose.
Un hombre de casi 50 años dice con cara de asombro: “Ojalá yo nunca sufra lo que ellos, yo los veía y sentía como si me pasaran un poco de su dolor; fue impresionante”.
TRASLADAN A LOS HERIDOS A TAMPICO
Debido a las precarias condiciones en las que se encuentra el hospital de San Fernando, varios pacientes tuvieron que ser trasladados hasta la ciudad de Tampico donde se les practicaría cirugías calificadas como de tercer nivel.
Algunos fueron llevados el mismo día del accidente, otros tuvieron que esperar hasta la mañana siguiente, ya que las ambulancias se encontraban sin gasolina y las estaciones de servicio de esta ciudad cierran al anochecer.
Por si esto fuera poco, tanto personal médico como pacientes, tuvieron que soportar las inclemencias del calor, ya que la ciudad se quedó sin energía eléctrica durante varias horas y la planta de luz no tenía la potencia para cubrir al 100 por ciento del nosocomio.
De acuerdo a información proporcionada por el departamento de Trabajo Social, Luis Alberto Velázquez Rodríguez, el chofer del tráiler y presunto responsable del accidente no fue trasladado a Tampico.
Velázquez Rodríguez, de 21 años, originario de San Juan de los Lagos, Jalisco, permanecía en una de las camas del citado centro de salud, donde se le brindaba la atención médica requerida.
Mientras tanto, en las instalaciones del edificio se encontraba el dueño de la unidad que conducía el joven; sin embargo, cuando se intentó hablar con él, ya no estaba en el lugar.
Asimismo, se buscó a personal del Grupo Transpais para pedirles una entrevista, pero personas encargadas de taquillas aseguraron que no se encontraba el gerente, único autorizado para dar información.
EL LUGAR DE LA TRAGEDIA
Habían pasado casi 24 horas, y la unidad 6046 completamente calcinada aún se encontraba en el lugar de los hechos, una recta ubicada a unos metros del entronque entre la carretera a Ciudad Victoria y el libramiento San Fernando.
Aquí no hay curvas que dificulten la visibilidad o espacios reducidos que vuelvan peligroso un rebase. Quienes lo vieron fueron contundentes: “el tráiler invadió el carril y chocó de frente con el autobús”.
El esqueleto de la unidad cuyos colores originales eran azul y blanco se habían convertido en café.
Los asientos que una vez fueron cómodos, quedaron convertidos en fierros retorcidos.
Ni que decir de la televisión, el baño, las cortinas, las ventanas; todo había sido devorado por el fuego.
A escasos centímetros del lugar se encontraban algunas piezas de ropa que no fueron consumidas por las llamas, sin embargo, un delgado hilo de humo salía del montón de ropa, como negándose a que la pesadilla que vivieron los pasajeros, terminará.
En ese mismo sitio, una grúa se preparaba que retirar la caja del tráiler responsable, la cual no presentaba daños significativos. La parte frontal del vehículo ya no se encontraba en el lugar.
TRANSPAIS ENVIA COMUNICADO
El mismo día de los hechos, el grupo Transpais emitió un boletín de prensa donde confirmaba que la unidad era de su propiedad y que estarían al tanto del cuidado y la atención de sus clientes heridos.
“Nos duele profundamente este acontecimiento, ya que es un hecho que afecta nuestro valor más preciado; nuestros clientes. Es por eso que exigimos firmemente a nuestras autoridades tomar las acciones necesarias para evitar que actos de irresponsabilidad como lo sucedido, se repitan en el futuro. Pedimos que exijan a los transportistas regular sus estándares para el manejo y transporte de material peligroso”.
Y remata el comunicado: “Reafirmamos nuevamente nuestro compromiso ante nuestros pasajeros, por lo que no escatimaremos recursos para el cuidado y atención de ellos. En estos momentos nuestros pasajeros afectados están siendo atendidos en la ciudad de San Fernando. Seguiremos muy de cerca, al pendiente de los afectados”.
A la fecha, Transpais no ha dado a conocer más información al respecto e incluso se niegan a atender a los medios de comunicación.
LOS LLEVAN A MATAMOROS… CASI EN SECRETO
En Matamoros se encuentran hospitalizadas por lo menos cinco personas que resultaron lesionadas de gravedad en el percance del pasado viernes 20 de julio.
La línea Transpais ha manejado con total hermetismo lo acontecido, pues no ha querido proporcionar datos acerca de los accidentados, ni de los viajantes que murieron tras la explosión.
De hecho hasta el cierre de esta edición no se ha informado de manera oficial las identidades de las personas que fallecieron, aunque ya se sabe que entre los muertos se encuentra un niño de cuatro años de edad.
Desde que ocurrió el incidente los familiares de los lesionados han estado en preocupados, esperando su pronta recuperación. Los pasajeros, internados en diversas clínicas de la localidad, ostentan heridas de consideración, originadas por el fuerte impacto entre ambas unidades.
En el Hospital Guadalupe se encuentran convalecientes Isabel Salazar Gonzáles, de 52 años de edad, María del Consuelo Hernández Puente, de 33 años, la última, madre de Mariana Hernández Puente, de seis años de edad, y Juan Pablo Hernández Puente, de cuatro años, quien falleció por las quemaduras.
Los familiares de estas personas, quienes pidieron no ser identificados, refieren que el niño feneció al instante. Y aunque para identificarlo le practicaron la prueba del ADN, misma que tarda algunas semanas para arrojar resultados, supieron que se trataba de su consanguíneo, pues sólo estaban los cadáveres de él y un recién nacido de aproximadamente 10 meses.
Refieren que después de un proceso tardío las autoridades les entregaron el cuerpo de Juan Pablo. Al domingo siguiente, por la tarde, fue sepultado. “Le faltaban dos meses para cumplir cinco años”, dijo uno de los entrevistados.
Un amigo de la familia, que ha estado al pendiente de lo acontecido, externa que la empresa les avisó que está preparando una indemnización por la muerte del niño.
Dentro de toda la situación adversa por la que atraviesan, los parientes contactados por este medio informaron que la niña Mariana Hernández salió de la clínica el pasado martes 24 de julio.
En tanto, Isabel Salazar Gonzáles actualmente se encuentra estable de salud, pero corre algunos riesgos porque padece diabetes. Según la versión de los entrevistados, ella sufrió fracturas en sus piernas y en las costillas, por lo que tuvo que ser intervenida en dos ocasiones.
Comentan que se le ha detectado problemas en uno de sus pulmones, por ello está recibiendo atención especializada. Aunque cabe hacer mención que al principio el representante de la empresa Transpais se rehusaba por el alto costo que esto implicaba, sin embargo, cedió ante el reclamo de los familiares.
HUBO NEGLIGENCIA MEDICA
Uno de los deudos pronuncia no estar conforme con el servicio médico que ha recibido hasta el momento la lesionada. Refiere que no se le han hecho estudios completos y días tras día se le detectan nuevos padecimientos. Culpa a la empresa por su lentitud para autorizar los exámenes médicos.
En lo que concierne a María del Consuelo Hernández Puente, señala que ella sufrió quemaduras de tercer grado en sus piernas. En los brazos también tiene heridas graves. En su cabeza ostenta una cortadura de tamaño considerable que le hizo perder mucha sangre.
Los familiares denuncian negligencias ocurridas en el Hospital General de San Fernando. Aparte de que batallaron para trasladar a las víctimas del accidente porque no había ambulancias disponibles, la herida que María del Consuelo traía en la nuca no la suturaron debidamente y en el trayecto de ese municipio a Matamoros perdió sangre.
Los doctores del Hospital General de Matamoros tuvieron que cerrar la herida y llevar a cabo una transfusión para lograr su estabilidad. Apenas el martes pasado la accidentada salió del área de terapia intensiva.
Uno de sus parientes menciona que le practicarán una cirugía para injertarle piel en las partes del cuerpo que resultaron afectadas. Los contactos aseguran que están estables estas dos personas, sin embargo, son cautelosos porque están conscientes de que aún hay algunos riesgos.
Los entrevistados externan que la línea de autobuses se está haciendo cargo hasta el momento de los gastos generados por el servicio, pero conforme pasan los días les han puesto algunas trabas. Exigen que se respete a las familias y se cumpla con la atención total que se les prometió.
YA HAY UNA DEMANDA
El pasado lunes 23 de julio, Cruz Jerónimo Lara Medellín, quien se desempeña como militar, acudió ante las agencias del Ministerio Público Investigador para interponer formal denuncia contra la empresa Transpais porque no se ha responsabilizado cubrir los gastos clínicos de su esposa, María González Sandoval y su hijo Cruz Antonio Lara González, de un año de edad
El denunciante deja asentado que su pareja y su vástago iban a bordo de la unidad que se impacto en el municipio de San Fernando, sufriendo lesiones graves. Informó que ellos están recibiendo cuidado en el Sanatorio Naval, ubicado en la colonia Jardín.
Señala que hasta el momento ningún representante de la empresa lo ha contactado a otorgarle el apoyo para costear la atención que se les está brindando.
Y mientras en Transpais siguen guardando silencio…