
Camino de Nueva Ciudad Guerrero, al norte de Tamaulipas. El calor disolvente del mediodía ahoga en sudor a las visitas de este pintoresco municipio de cinco mil habitantes, el cual hace más de seis décadas era un punto perdido en el mapa geográfico.
Sus bien trazadas y vastas calles son el resultado de un error de cálculo (en pulgadas) que en realidad terminó por adelantarlo en el tiempo.
El comercio del lugar florece en buena medida gracias a la actividad pesquera de la presa Falcón, cuyas cortinillas además sirven como cruce internacional con la comunidad de Falcon Heights, Texas.
Quienes aquí residen saben que los 36 grados centígrados –promedio en el verano–, no incomodan cuando se descubre el contexto histórico de cada plazoleta, edificio, vivienda y poblador. De ahí surge el dicho que el turismo de la frontera se queda cautivado.
Y es que si bien Nueva Ciudad Guerrero es considerada la más joven urbe de la entidad, su pasado está estrechamente ligado a las costumbres, linaje y arquitectura de un pueblo que debió renunciar a su hogar, tierras y hasta a sus difuntos para tomar por posesión el suelo en el que actualmente vive.
Todo ello aconteció porque en 1952 los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron la construcción de la presa Falcón para terminar con el problema de repartición de agua del río Bravo entre ambas naciones y evitar las incesantes sequías.
Pero esa medida atentaba contra la integridad de cientos de personas asentadas en Antigua Guerrero, una barroca ciudad localizada a unos 45 minutos (en automóvil) de la actual cabecera municipal; y por donde se diseminaría el embalse binacional.
Ni el cementerio del pueblo quedaba exento de las inundaciones y por lo mismo las autoridades designaron una moderna villa para reacomodar a sus habitantes.
Fue así como se fundó Nueva Guerrero, con flamantes casas y el equivalente en tierras y propiedades que los habitantes dejaban a un lado para abonar el progreso del país.
De esta manera se le dio viabilidad al proyecto de la presa, la cual comenzó a realizarse en 1945 y terminó inaugurándose el 19 de octubre de 1953 por los entonces mandatarios Adolfo Ruiz Cortines y Dwight David Eisenhower.
Paradójicamente esa fecha fue ensombrecida por el accidente aéreo en el que perdieron la vida algunos miembros de la comitiva mexicana, entre ellos el reconocido periodista Carlos Septién y los músicos que interpretarían el Himno Nacional, que al final se entonó “a capella”.
UN PASADO DIFICIL DE OLVIDAR
Dicho por uno de los ancianos que experimentaron la colectiva movilización “el cambio de ciudad no fue nada sencillo” porque atrás se dejaron valiosos vestigios históricos.
Uno de los más significativos era que en Antigua Guerrero nació el primer gobernador constitucional de Tamaulipas, José Bernardo Maximiliano Gutiérrez de Lara.
Además que en sus parajes también se presenciaron fugases episodios de la Revolución Mexicana, cuando los insurgentes Pancho Villa y Emiliano Zapata combatieron el cacicazgo latifundista.
Por ello, al ver bajo el agua este sitio fundado en 1750 le dolió a quienes entregaron su vida entera al edificarlo.
Esto mismo relató Dimas Leal Hernández de 60 años, a quien todavía le tocó apacentar ganado junto a su padre en Antigua Guerrero.
Pero cuando recién cumplió cinco años de edad la modernidad los alcanzó y cambiaron los viejos pisos de adobe por los suelos de cemento de Nueva Guerrero.
Aunque el considerado héroe Gutiérrez de Lara murió mucho antes, el sexagenario evoca –según relatos de sus antepasados–, que “éste era tan resuelto que se fue a caballo hasta Washington, D.C. sólo para pedir una especie de ayuda para Tamaulipas”.
Con las gafas de oro de su abuelo que datan del siglo XIX, Dimas manifestó que a la mayoría de los nativos de la “vieja ciudad ya se los ha llevado el tiempo…”
Cuenta: “Soy uno de los pocos que quedamos porque la gente que vino para acá se está muriendo”.
Sentado en una desvencijada silla abundó que nunca salió del pueblo (Nueva Guerrero) por temor a abandonar las pocas raíces que le quedaban, luego de marcharse de Antigua Guerrero.
“Por eso no quise estudiar, porque de lo contrario habría tenido que dejarlo; más sin embargo, tengo la satisfacción de que mucha es la gente que viene a recordar y a que uno le platique de sus ancestros. Aquí nos conocemos todos y todos me conocen a mí”, sostuvo.
Según añade Dimas, los moradores de Antigua Guerrero “eran familias oriundas del norte de Coahuila y se establecieron en la región cuando entonces sobresalía militarmente el conde de Sierra Gorda”, una de las distinciones que tenía el también ex gobernador José de Escandón.
Cabe destacar que la última fue la cuarta ocasión que la ciudad cambió su sede, la primera estuvo sobre el río Salado.
“Los edificios eran reformados y se les ponía viga sobre viga y piedra sobre piedra para evadir las crecidas del afluente. A la fecha la mitad del pueblo sigue inundándose cuando la presa (la cual ocupa la mitad de todo el municipio) está a su máxima capacidad”, relató Dimas.
No obstante la tristeza de sus familiares y coterráneos de Antigua Guerrero, este hombre de curtido rostro y espigada figura, esgrimió que tras comenzarse a almacenar el agua del río Bravo se arrojaron grandes beneficios nunca antes vistos para los habitantes de la región:
“Muchos se favorecieron de la pesca, y la economía de las personas de acá empezó a mejorar. Hasta ahorita este ramo está muy compenetrado pues hay como 500 pescadores, siete cooperativas y hasta vienen camiones desde la Ciudad de México y el Estado de Jalisco a comprar el producto”, dijo.
ESCENARIO ACTUAL
En la actualidad las ruinas de Antigua Ciudad Guerrero son muy concurridas por el turismo nacional y extranjero que arriba a la frontera tamaulipeca tanto por tierra como por agua, pues hoy en día la presa (que a su máxima capacidad almacena tres mil 300 millones de metros cúbicos) es navegable. Para ello existen algunos prestadores de servicios.
Por temporadas también se permite oficiar misas en la iglesia Nuestra Señora del Refugio, misma que llevó en las alturas un antiquísimo reloj de manufactura francesa del siglo XIX que hoy se exhibe en la sala fotográfica del Archivo Histórico de Nueva Guerrero.
Entretanto en las zonas inundadas se practican deportes como el canotaje, medio en el que puede ingresarse a las antiguas construcciones erigidas con piedra y mortero de caliche.
Y la ruta célebre entre las dos ciudades (por donde avanzaron familias enteras con bueyes, asnos y ganado vacuno) da albergue a las actividades cinegéticas del venado Cola Blanca, por el tamaño de los trofeos (ciervos) una de las más importantes y prestigiadas del noreste mexicano.
En esa vertiente el gobierno municipal –el cual se ejerce desde Nueva Guerrero–, ha redoblado la promoción turística.
Y es que después de los excedentes del petróleo y las remesas de los mexicanos que radican en el extranjero, en ingresos el factor turismo le sigue en importancia a la nación, según comentó Arturo Martínez Juárez, secretario de ese rubro en el Ayuntamiento.
“Vemos que es la puerta para el desarrollo económico y del empleo, pero tenemos que encausarlo. Nos queda clara la intención de nuestra alcaldesa Olga Juliana Elizondo para promover los dos Guerreros a través de torneos de pesca deportiva, juegos de béisbol de la Liga Mexicana y convenios con municipios hermanos”, dijo.
“ENIGMATICA CIUDAD”
Para Olga Juliana, quien recién cumplió sus primeros 100 días de gobierno al frente de Nueva Ciudad Guerrero, el hecho de venir a conocer esta región implica remontarse dos siglos en el pasado, de lo que era el Nuevo Santander (nombre anterior de Tamaulipas).
“Santuario de la arquitectura, basta con tan sólo llegar para que esta enigmática ciudad envuelva y atrape a mucha gente.
“Ha sido lugar para historiadores, para que poetas se inspiren y cuna del primer gobernador del Estado. Es por ello que queremos darle el mejor de los sentidos, arroparla y llevarla hasta propios y extraños”, exclamó entusiasta la joven política egresada por la Universidad Regiomontana.
Para aquellos que aprecian la naturaleza, dijo, este lugar es un tesoro: “Tenemos además la fortuna de estar con un país vecino, en la cercanía con Nuevo León y dos grandes puntos económicamente activos como Nuevo Laredo y Reynosa.
“Aquí trabajamos para que se dé una escuela de medicina con gente que le apueste al crecimiento del municipio.
“Invitamos a los turistas, aquí siempre van a ser bienvenidos y huéspedes distinguidos. Guerrero es una ciudad con gran historia reconocida a nivel mundial”, acentuó la alcaldesa de extracción priista.
Recientemente los Ayuntamientos de Nuevo Laredo y Nueva Ciudad Guerrero dieron el banderazo para que una línea de autobuses de recreo recorran los rincones más pintorescos entre ambas ciudades.
“El alcalde, Ramón Garza Barrios, nos ha apoyado para formar un corredor turístico para que nuestros visitantes conozcan la presa internacional Falcón, las exposiciones fotográficas de la Antigua Ciudad y nuestro archivo histórico, entre otras cosas”, destacó el secretario de Turismo del municipio.
Es de mencionarse que la ascendencia del gobernador, Eugenio Hernández Flores, proviene de la “vieja” Guerrero.
“Por ahí tenemos ubicado donde vivieron sus abuelos y uno de nuestros propósitos es levantar tales ruinas. “Hay algunas asociaciones como Hijos y Amigos de Guerrero, A.C. que han trabajan para lograr rescatar edificios históricos”, informó.
El ingeniero por el Centro de Estudios Universitarios de Monterrey (CEU) reseñó que en la pasada Semana Santa se registraron más 18 mil personas en el parque Nuevo Amanecer, el cual se ubica en las riberas de la presa.
“Para que se conozca Guerrero es importante saber qué ofrecemos: contamos con fechas claves como el 24 de junio, el día de San Juan, muy tradicional entre las costumbres de los neoguerrerenses porque todos andan a caballo paseándose en familia.
“Tenemos nuestras festividades del pueblo que se dan en octubre y en las que la gente es muy participativa. Además del Falcon Fest, que en tres años ha crecido enormemente porque se brinda una serie de espectáculos con grupos musicales. La gente puede venir a acampar y pasarse un día muy agradable”, afirmó el entrevistado.
Martínez Juárez habló asimismo del nutrido grupo de turistas que llegan por el Puente Internacional.
“Contamos con un cruce libre de cuota, a 14 millas de Roma y a 28 de Zapata, Texas. Es una cantidad fuerte de personas la que utiliza esta frontera todos los días para conocer lo relacionado a nuestra historia y venir de compras. Tanto mexicanos como estadounidenses”, señaló.
A decir del funcionario la gastronomía del municipio también es de alta cocina y cualquier sitio de la ciudad es ideal para degustar un buen platillo.
“El comprarse un filete de pescado fresquesito y comérselo bien preparado es algo que también nos distingue”, añadió.
El secretario de Turismo adicionó que como consecuencia de la construcción de la presa Falcón la comunidad cuenta con beneficios como el control de avenidas de agua, el sistema de riego del bajo río Bravo y la generación de energía, traducido en progreso para el municipio.
Tenemos un lugar próspero y seguro. La gente que quiera venir a vivir a Guerrero cuenta con una amplia plataforma de servicios. Todo lo que demanda una ciudad”, ponderó.