El otrora editor del periódico El Mañana de Reynosa fue una persona muy querida dentro y fuera del gremio. Algunas amistades y familiares describen entre sus virtudes la simpatía y humildad que siempre lo caracterizaron.
El 2020 es, sin duda, uno de los años más devastadores por el número de gente que ha perdido la vida, dejando un espacio imposible de llenar.
Ese es el caso de Erasmo Salinas Pérez, quien el pasado 26 de agosto –por las complicaciones de un evento cerebrovascular–, murió de manera inesperada. Tenía 70 años.
Le sobreviven su esposa Rommy y sus hijos Paco y Erick; empero, en la lista de deudos también se encuentran muchos de los amigos que hizo a lo largo de sus días, quienes le quisieron como hermano.
“Era una persona que a todos les caía bien, siempre tenía palabras amenas que compartir y era experto para romper el hielo”, relataron aquellos que le conocieron en las salas de redacción y en las rotativas, tanto de El Mañana como de Hora Cero Tamaulipas/Valle de Texas (donde finalmente se retiró), así como también en las fuentes gubernamentales siendo él todavía un reportero.
Describieron que fue un destacado editor de periódicos impresos quien sabía convivir con la presión cotidiana, por el gran profesionalismo que tuvo de asegurarse todos los días que el matutino circulara oportunamente, pero aún con lo que esa responsabilidad implicaba había siempre en su boca frases singulares que a muchos les hizo pasar buenos ratos, porque el espigado hombre, vestido y peinado de manera impecable solía hablar con mucha propiedad y respeto. Así le recuerda René Guadalupe Martínez Bravo.
“En casi 50 años de conocerlo era un compañero muy solidario. Muy buena onda y como jefe de redacción era estricto sin rayar en el abuso, muy amable en su trato, muy justo también.
“Íntegro en su persona, honesto. Tampoco te exigía de más y te pedía únicamente lo que es el trabajo. Como amigo tuvimos mucha camaradería. Muy alegre, le gustaba convivir mucho y era bueno para hacer relaciones. Una palabra que me decía era ‘bárbaro’ y así nos hablábamos por teléfono en lugar de decirle Erasmo o ‘Flaco’.
“Como amigo te sabía escuchar y te daba su opinión, te orientaba, te enseñaba, no te criticaba. Tú le llevabas algo y él lo corregía pero decía, le voy a hacer este cambio a ver qué te parece. Te corregía la nota sin hacerte sentir mal, vaya, era considerado, muy buen maestro y muy buen amigo, ese era Erasmo Salinas”, evocó Martínez Bravo.
SONRISA ETERNA
En una de muchas anécdotas cuentan sus entrañables amigos que de forma bromista don Erasmo decía que sus papás eran de Agualeguas, Nuevo León, pero que no los emparentaran con los Salinas De Gortari.
A lo largo de cinco décadas se desempeñó en el periódico El Mañana de Reynosa, donde hizo dupla con el maestro Arturo Cantualla.
De hecho, desde ahí afrontó con valor el asedio del gobierno salinista en contra del medio fronterizo, por hacer públicas investigaciones de corrupción durante esa administración.
Era un apasionado de la redacción, más por gusto que por obligación y en sus memorias conservaba fresca la ocasión en que entrevistó a Mario Moreno “Cantinflas” en un restaurante de la ciudad, a quien describió como un artista muy sencillo y agradable.
“Era un excelente reportero y mejor amigo que siempre estuvo en cualquier lugar listo para atender a todo aquel que llegaba. Lo recuerdo muy bien cuando estuvo buena parte de su vida profesional como jefe de redacción del periódico El Mañana de Reynosa, que en los hechos era un subdirector”, comentó Rodolfo Martínez Galván, quien también fue una de sus grandes amistades.
El destacado comunicador y comentarista evocó cuando don Erasmo: “Se fajó los pantalones quedándose hasta las 12:00 de la noche en los momentos que había un titular de la entonces Procuraduría General de la República que por cuestiones políticas quería meter en problemas a quienes formaban parte de este medio y afortunadamente todo se aclaró. Él nunca eludió su compromiso, estuvo presente y por si se ofrecía algo estaba ahí para responder.
“En lo personal toda mi estima para Erasmo, un gran amigo, lamentable y súbitamente se fue, pero eso sí, lo vamos a recordar los años que nos quede de vida en este mundo porque era en verdad todo un amigo, todo un profesional del periodismo y eso lo hace ya muy diferente. Se ganó la estimación de todos los que lo llegamos a tratar e incluso, de quienes solamente por referencia lo conocieron”, rememoró Martínez Galván.
Otro de sus grandes amigos, Derly Rivas Alvarado, dijo que le conoció siendo éste periodista y él cuando se estrenaba como dirigente del Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria (MNJR), afiliado al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“Era un día de hace muchos ayeres cuando ‘El Flaco’ perseguía la nota como reportero de prensa y yo iniciaba mi participación en la vida política de mi ciudad. Nuestro encuentro fue frente a la presidencia municipal de nuestra querida Reynosa. El hecho de que me distinguiera pidiéndome una declaración estableció un lazo de amistad que el tiempo añejó y se encargó de hacer una relación de respeto y cariño.
“Su talento natural y la visión de don Heriberto Deándar Martínez lo llevaron a engrosar las filas de El Mañana de Reynosa, la casa editorial a la cual le entregó su vida literalmente, pues él salía del periódico todos los días, durante más de 40 años hasta que el primer ejemplar se imprimía, de tal suerte que Erasmo dormía durante la mañana, pues vivía con el horario volteado. Sólo mi compadre José Luis de Anda, su gran amigo, era capaz de levantarse temprano para acudir a los desayunos ‘ventaneros’ de los miércoles”, relató.
Y agregó que la presencia de este gran amigo que acaba de fallecer fue haciéndose una costumbre agradable para todos hasta sus últimos días.
“Siempre lo bromeaba diciéndole que sólo mi compadre José Luis era capaz de sacarlo del sarcófago a temprana hora, pues como los vampiros dormía de día, le decía yo mientras reíamos abiertamente. Descanse en paz mi ‘flaquito de oro’, recordaremos siempre tu pulcra presencia y tu invariable sonrisa”, expresó Rivas Alvarado.
BUEN AMIGO, BUEN PADRE Y BUEN HERMANO
Y es que don Erasmo Hablaba con gusto de sus compañeros de la escuela, con quien acostumbraba a reunirse una vez cada año para recordar los viejos tiempos como estudiantes y en general de sus amigos de Reynosa con los que compartía los alimentos, pero también disfrutaba platicar con orgullo de sus hijos profesionistas, de su amada esposa y de toda su familia.
Últimamente le preocupaba mucho la salud de una de sus hermanas, de quien dijo que iba a ser operada en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, pero debido al tema de la pandemia de Covid–19 el procedimiento quirúrgico se postergó.
Claudia, la más chica de 10 hermanos, compartió que tuvo la fortuna de disfrutar a su hermano mayor, quien siempre fue muy cariñoso.
“Todas las cosas que puedo decir de él son buenas, porque siendo el mayor de todos era muy diferente. Nunca fallaban las llamadas del 10 de mayo, las de mi cumpleaños, de Año Nuevo. Me duele mucho su partida porque siempre me trató con mucho amor y
convivimos mucho.
“Su fallecimiento a todos no tomó por sorpresa, apenas una semana antes hablé con él. Nos saca de onda estamos muy consternados porque no nos esperábamos esto”, manifestó.
Más allá de su gran trabajo en los medios de comunicación y aporte, cuando abogó por una mejor remuneración para el gremio, la gente le recuerda por su denodada vocación de servicio y por su incansable amabilidad.
“Desde que era niña él siempre fue muy atento. Una de las cosas que tengo bien grabadas es que siempre que yo le marcaba a El Mañana para saludarlo contestaba ‘Erasmo a sus órdenes’. Nunca lo escuché hablar mal de alguien, por eso además de que es mi hermano nos duele, porque era una persona muy propia y diferente a la gente que estamos acostumbrados a conocer. Es muy raro toparse con esas personas y Erasmo era una de ellas, fue un privilegio poderle tener”, remarcó Claudia Salinas.
Y así es el adiós de un buen hombre que dejó un grato recuerdo, que trabajó mucho, cumplió, pero también disfrutó y supo ganarse el cariño de la gente.
Descanse en paz Erasmo Salinas Pérez.