Las madres no sólo se quedan en casa a criar a los hijos, también forman parte del sector laboral y tienen participación en la economía familiar, añadiendo actividades a la larga lista de responsabilidades que su papel conlleva.
La mayoría de las mujeres que han tenido la posibilidad de ser madre lo describen como una bendición, algo que les brinda dicha y gran felicidad.
Cuarto de Guerra presentó el tema “Ser mamá y los retos a los que se enfrentan”, contando con la presencia de las panelista invitadas: la psicóloga, Andrea García; Mily Sasso, coordinadora de idiomas de la Universidad Valle de México; Beatriz Lozano de Ramírez, licenciada en Educación Básica y Fernanda Contreras, publirrelacionista.
Todas tienen en común el hecho de ser madres, condición que les ha otorgado grandes satisfacciones.
La mayor, según Beatriz Lozano de Ramírez, madre de tres hijos, es verlos crecer, disfrutar sus alegrías y alcanzar sus logros y triunfos.
Sasso comentó que para ella la felicidad está en las acciones que realiza como madre, en la emoción que le otorga su faceta de mamá y en dar amor desinteresadamente, sin esperar que se dé algo a cambio, pues con un “buenos días” o un “te amo”, dijo, es suficiente.
Actualmente, cada vez más mujeres combinan su faceta de madres con la de trabajadoras, situación que la mayoría de las veces crea un conflicto personal a quienes están en esta situación.
“Las que trabajamos nos sentimos culpables por no estar al cien por ciento con los hijos… debemos coordinarnos para ofrecer no solamente tiempo de calidad, sino también en cantidad, quizás podamos hacerlo por intervalos para estar junto a ellos”, explicó la psicóloga Andrea García.
Por su parte, Fernanda Contreras consideró que el no estar las 24 horas del día junto a sus hijos no necesariamente ocasione “una grieta” en la relación familiar.
Pero añadió que, también quienes se quedan en su casa de tiempo completo, sienten culpabilidad al pensar que no están ayudando económicamente en su hogar, convirtiéndose así en un conflicto emocional entre quienes son madres.
Mucho se ha hablado de aquellas mujeres que son madre y padre a la vez, y aunque ha tomado algunos tintes de broma, la verdad es que cuando papá falta, es mamá quien debe tomar las riendas del hogar.
“Nosotras tenemos una gran responsabilidad porque no estamos creando un automóvil o un robot, estamos formando vidas y debemos transmitirles valores y no podemos tomar acciones que les permitan tropezarse”, dijo Mily Sasso.
Beatriz Lozano de Ramírez dijo que siempre ha trabajado, incluso desde que sus hijos eran pequeños, por lo que tienen claro la importancia de desarrollarse profesionalmente, buscar metas, luchar por un sueño y hacerlo realidad.
Las panelistas coincidieron que el ser madre es una labor que se hace las 24 horas del día; hay días que habrá que levantarse de madrugada sin importar el haberse desvelado la noche anterior, pues es parte de las responsabilidades.
Por eso, Fernanda se manifestó en contra del festejar a las madres el 10 de mayo, sino que debería reconocerse su trabajo todos los días.
“Igual que estoy pendiente de mi mamá el 10 de mayo lo hago cualquier otro día, no importa que sea día de festejo o no”, expresó.
El papel de madre, según las panelistas invitadas, nunca termina, no importa la edad que tengan los hijos, siempre se estará al pendiente de su bienestar.
“Toda la vida vamos a tratar de proteger a nuestros hijos, tengo hijos mayores y siempre estoy monitoreándolos, además, ahora tenemos la facilidad de utilizar un teléfono celular, algo que antes no había y nos permite estar en comunicación”, aseguró Lozano de Ramírez.
En tiempos actuales, cuando la inseguridad es algo que afecta diariamente, las madres de familia se preocupan aún más con sus hijos y realizan
acciones enfocadas en preparar a sus hijos para prevenir acciones negativas en su contra.
Para lograrlo, coincidieron, la comunicación es básica, pues servirá para que no sean presas fáciles de personas con malas intenciones, accidentes, o situaciones de peligro.
“Es cierto que muchas veces queremos mantener a nuestros hijos en una burbuja, pero ellos se dan cuenta de lo que está pasando, por eso debemos comunicarnos, porque si no lo hacemos, alguien les dará información errónea; debemos explicarles las cosas de acuerdo a su edad, por medio de libros, cuentos o dibujos y si ya son más grandecitos, decirles tal cual lo que pasa”, explicó la psicóloga.
Sin embargo, no siempre hablar con los hijos es fácil, a algunos no les gusta que mamá platique con ellos o les pregunte cómo les fue en la escuela, por eso es algo que debe cultivarse desde que son pequeños.
“Es un error querer socializar con ellos cuando ya son adolescentes pues si no lo hicieron cuando eran niños ya que son grandes no lo van a querer hacer; podemos hacerlo cuando salen de la escuela, haciendo preguntas más detalladas para obtener respuestas y que no sepan qué es lo que se les va preguntar, así se abrirán más a querer platicar con nosotras”, dijo Andrea García.
Por ejemplo, en lugar de preguntarle al niño cómo le fue en la escuela, podemos cambiarlo por “¿con quién jugaste hoy?”, así el niño dejará de lado el típico “bien” y se verá forzado a hablar un poco más sobre su día en la escuela.
Por su parte, Lozano de Ramírez dijo que, debe haber una excelente comunicación entre los padres y los maestros para saber qué es lo que les pasa a los hijos y recordar que ellos refuerzan en la escuela lo que el niño aprende en casa.
Ser madre no es fácil y todas las panelistas estuvieron de acuerdo al afirmar que la labor no se entiende hasta que se vive, es decir, ahora que ellas son mamás entienden muchas frases, acciones y costumbres utilizadas por sus madres.
Mily Sasso dijo que no es hasta que se asume una responsabilidad, que se entiende todo lo que conlleva, en este caso, “la importancia de educar y formar a una personita”.
Y aunque muchas cosas las madres las han pasado a sus hijas de generación en generación, sí ha cambiado la educación que se da en casa a los hijos, en comparación a años atrás, pero Beatriz afirmó que no importa la época que sea, los valores son los mismos y el ejemplo es la educación que se le da a los hijos.
“No es que las mamás de ahora seamos más tibias que antes, sino que hemos aprendido nuevos métodos porque antes sólo se utilizaba la violencia, ahora sabemos aplicar la comunicación e imponer límites, porque está comprobado que los niños se acostumbran a los golpes y puede que los primeros funcionen, pero los otros ya no, además, la violencia genera violencia”, expuso la psicóloga Andrea.
Recomendó trabajar con los hijos con reforzadores, es decir, darle algo que le guste al niño cada vez que haga algo que nosotros queremos que haga, pero hay que recordar que para que una conducta se modifique y se convierta en hábito deben pasar por lo menos 40 días.
También las madres deben trabajar en su conducta, pues al combinar la faceta de profesionista con la de ama de casa, puede generar estrés que afecte directamente a los hijos.
“Debemos ser muy inteligentes y entender que las cosas del trabajo deben quedarse afuera antes de entrar a la casa, no debemos desquitar con la familia el mal día que hayamos tenido”, dijo Sasso.
Todas coincidieron en que la maternidad, ya sea por nacimiento o crianza, es una gran satisfacción, pero también una gran responsabilidad.
“México es una nación marcada por la familia, algunas soñamos con ser madres desde que somos pequeñas, yo por ejemplo, sentaba a mis muñecas y jugaba a que era la mamá de todas, nosotras somos las responsables de transmitir amor y cariño y dejarles ese legado a nuestros hijos”, afirmó Sasso.