Los Frailes y las Hermanas Pobres de Jesús y María desconciertan al mundo al vivir –en pleno siglo XXI– despojados de bienes materiales, sin comodidades ni teléfonos y, con una inusual alegría, compartiendo su mensaje de amor y de paz.
Nada tan revolucionario como la elección voluntaria de la obediencia, la pobreza y la castidad, sobre todo en un mundo dominado por el consumismo. Justamente esto es lo que hacen los Frailes y las Hermanas Pobres de Jesús y María.
Son varias las características que llaman la atención de esta congregación que cuenta con una casa de formación en la ciudad fronteriza de Matamoros, Tamaulipas.
Una de ellas es la juventud de sus integrantes y la sonrisa que mantienen en sus rostros cuando hablas con ellos, también tienen una innovadora forma de evangelizar mientras peregrinan haciendo “autostop” o como se conoce coloquialmente pidiendo un “raid” a los automovilistas.
Los bienes materiales que tienen son prestados, como la casa donde habitan y el teléfono móvil que usan para compartir sus viajes o mantenerse comunicados.
A diferencia de otras congregaciones religiosas, no pueden tener un patrimonio propio como conventos o iglesias.
Fray Pequeñito María Vicente, sacerdote de esta orden, que con su hábito marrón claro y su sencilla forma de vida nos recuerda a los Franciscanos, nos habla de la forma en la que llegaron a esta ciudad, sobre sus carismas y la forma en la que hacen de la pobreza material una riqueza para aquellos que les abren su corazón al encontrarles en el camino, mientras viajan sin dinero ni comida, encomendados a la providencia divina.
“Esta comunidad fue fundada por fray Volantino, en 1999. En el año 2014 recibe la aprobación ad experimentum, es decir que estaba a prueba y finalmente recibe su aprobación definitiva el 31 de mayo del 2019”, nos narra el fraile, quien con una sonrisa señala la foto de su fundador colocada en una de las paredes de la casa parroquial.
Poco a poco más y más jóvenes se fueron sintiendo atraídos por la humildad y alegría que irradiaba fray Volantino, permitiendo que se establecieran las primeras casas de formación, entre las que se encuentra su sede en Sicilia, Italia, además de Lombardía y Cerdeña en ese mismo país, así como tres más en Estados Unidos, Brasil y México.
Sobre la forma en la que esta congregación llegó a Matamoros Fray Pequeñito nos relata que tras un encuentro entre Fray Volantino y el Obispo de la de Diócesis de Matamoros, Eugenio Andrés Lira Rugarcía, en Italia, surge la invitación para visitar la ciudad, y posteriormente para establecer una casa de formación en esta esquina noreste del país, frontera con Estados Unidos. Ya que para establecer una sede, esta debe ser acogida por una Diócesis.
“De esta manera llegamos a la capilla de María Madre de la Luz, ubicada en la carretera a Ciudad Victoria, la cual comprende también varios ejidos como el Moquetito y la zona pesquera del Mezquital”, explica el fraile, quien es originario de Portugal.
Los frailes habitan a un costado de esa parroquia, mientras que las mujeres consagradas lo hacen en la Capilla de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, ubicada en la colonia Buena Vista, también en la salida a la carretera a Ciudad Victoria.
Los bienes materiales de los cuales disponen son prestados, como la casa donde habitan y el teléfono móvil que usan para compartir sus viajes o mantenerse comunicados. A diferencia de la orden franciscana, no pueden disponer de bienes propios como conventos o iglesias.
VIVIR SIN DINERO
Sin duda algo que impacta, que contrasta con la forma de vida actual, regida por la economía y el poder, es la elección que los integrantes de la orden de los Frailes y Monjas pobres de Jesús y de María hacen de la pobreza material, permitiendo que sea la providencia de Dios la que se ocupe de darles lo necesario.
“Como dice el Concilio Vaticano II, la pobreza evangélica es un instrumento, te permite dar más fruto, encontrar más gente, a nosotros se nos pide andar a pie, caminado si yo tengo coche y viajo ¿a quién encontré?, tal vez en una gasolinera pero no se crean muchos encuentros”, explica fray Pequeñito y añade que “en este caso tomamos en evangelio literal, vayan al mundo sin nada, sin pan, sin dinero, sin coche y así tienes que llegar a la ciudad de México, te metes a caminar y vas disponible para quien pase con su coche, si ven el hábito, te dan el “autostop” hasta una ciudad, te dan unas horas y tienen la oportunidad de preguntar todas las dudas que surjan y nace el diálogo, aunque sea un trayecto corto.
“Así vamos viajando bajo el sol, bajo la lluvia, es un sacrificio grande que el Señor nos ha pedido al menos para mí”, reconoce con sencillez, y no es de extrañar dado el clima de la región, donde el verano puede azotar con temperaturas de más de 40 grados centígrados que se sienten con mayor intensidad por la humedad del ambiente o los frentes fríos que algunas veces llegan a temperaturas congelantes.
El despojarse de esta manera de los bienes materiales, nos explica fray Pequeñito, les ayuda a mantener lazos con las gentes, quienes disfrutan de la alegría que hay en dar, además recuerda el ejemplo de Jesús mismo que hizo de la pobreza una elección.
Paradójicamente, los frailes y monjas que parecen vivir en la pobreza, tienen una riqueza espiritual inmensa, y la comparten con aquellos que viven otro tipo de pobreza.
“Muchas veces las personas se sienten tan seguras por tener recursos materiales, que parecen no necesitar a nadie, padecen del egoísmo y la soberbia, que son también tipos de pobreza, que les alejan de los demás y sobre todo que roban la alegría de vivir”, afirma el fraile.
VIAJAR DE ‘RAID’
Al ir sin dinero, confiesan que también padecen hambre y sed. Así tienes que buscar el agua y el pan, y cuando alguien te los da recibe también la recompensa, ya que dice la palabra de Dios «venir benditos de mi Padre, porque yo tenía hambre y me diste de comer, tenía sed y me diste de beber». La persona te da el pan y si ella tiene hambre de Dios tú le das el pan espiritual, que es la palabra Dios y los acercas al pan de vida eterna que es el sacramento de la Eucaristía”, en este punto la voz de fray Pequeñito se llena de emoción mientras enfatiza “nuestro carisma es evangelizar, llevar a las almas a comprender la importancia de acercarse a los sacramentos confesión y la comunión, a través de estas peregrinaciones que hacemos por el mundo, sin nada, a pie y de raid”.
Esta forma de viajar les da la libertad de no tener un itinerario, sólo un destino, un lugar de peregrinaje, salen caminando, levantando el pulgar esperando que un auto se detenga y les invite a subir, procuran llegar a una ciudad o población por la tarde para buscar una iglesia donde pasar la noche, en ocasiones son recibidos por familias, otras veces, dicen que Dios dispone para ellos un lugar mucho más espacioso, y disfrutan de un cielo estrellado durmiendo al aire libre.
Fray Pequeñito señala que su hábito es muy importante, porque anuncia al mundo su labor, así las personas en la calle pueden saber que han dedicado su vida a Cristo, y si tienen preguntas o sed de Dios, acercarse a ellos, y aunque aclara que aun cuando “el hábito no hace el monje”, es de gran ayuda y recordó lo dicho por fray Volantino, “nuestro fundador hacia la comparación de que las plumas no hacen al águila, pero si le quitas las plumas al águila, ésta cae”.
Además llevan siempre consigo una biblia y un cordón atado a la cintura con tres nudos que les recuerdan sus votos; obediencia, pobreza y castidad, los cuales representan los tres clavos de Jesús. De estos votos el principal es la obediencia, ya que en él se incluyen los otros dos.
MODELOS DE SANTIDAD
Entre sus modelos a seguir están San Francisco de Asís, de quien han tomado la pobreza y vocación itinerante; del padre Pío de Pietrelcina su gran amor al rosario, siendo esta una de las prácticas que tienen en la congregación, el rosario meditado y cantado que promueven en los hogares, con el cual llegan a las familias evangelizando con esta oración y meditando los misterios de la vida de Jesús y cómo se aplican estos en su existencia cotidiana.
Otro de sus modelos es San Maximiliano María Kolbe, quien fue un gran promotor de la evangelización y en su tiempo uso los medios de comunicación a su disposición para realizar esa labor; Santa Teresita de Lisieux por la espiritualidad contemplativa, por su deseo de ser pequeña y su sencillez, “ya que si no somos como los niños no entraremos en el reino de los cielos, y ser agradecido nos ayuda en eso”, refiere el fraile.
Para fray Pequeñito, la alegría y la felicidad permanente viene de hacer la voluntad de Dios, y recuerda lo dicho en el salmo 40: “Dios mío, cumplir tu voluntad es mi más grande alegría”, y explica que en su caso, él es sacerdote no porque no hubiera querido tener una familia, sino porque “el Señor me lo ha pedido, he renunciado a tener una familia para dedicar mi vida a Dios. Antes mi vida era chicas y música, era ateo, me gustaba la música satánica, no me interesaba el diablo, pensaba que si existía no me interesaba, ya que la maldad nunca me ha gustado, pero estaba muy lejos de la felicidad”, relató.
Su cambio de vida ocurre en el año 2003, a los 25 años, al comprender que el evangelio es verdad, que lo que está escrito en la Biblia es verdaderamente palabra de Dios, por lo que el siguiente paso en automático fue hacerse católico, y afirma:
“Uno no puede creer en Dios y no ser católico, dice la biblia, a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, si soy protestante ya no soy por todas las generaciones, ya soy a partir de 1500, el ortodoxo a partir de 1054, si yo respeto la palabra por todas las generaciones tengo que partir de los apóstoles y de Jesús, la única iglesia apostólica es la católica, al saber esto inmediatamente me he hecho católico.
“Somos obra de Dios, quien todo lo creo por medio de su palabra. Él nos ha creado para la inmortalidad, pero la obra no está completa en nosotros, ya que requiere de nuestro ‘sí’, Dios es bueno porque quiere ser bueno, porque ama el bien; es justo porque ama la justicia, ama la misericordia, te diré algo fuerte, Dios se ha hecho hombre de modo que el hombre se vuelva como él, el Señor nos quiere participar de su naturaleza divina, de su inmortalidad, imagina que quiero hacer una escultura bellísima, pero el barro me aleja las manos, y yo no puedo terminar la obra.
“Si cuando nos llega la palabra de Dios nosotros no la queremos vivir, la obra no se completa y no nos volveremos inmortales, ya que si yo no quiero poner en práctica lo que me dice el Señor, nadie me va a obligar, pero si quiero volverme inmortal tengo que amar el bien, tengo que ser como Jesús”, explica fray Pequeñito y agrega “que confiar en lo que Dios te dice, incluso si te pide ser monje o monjita, porque si no, lo vamos a lamentar, si Dios quiere que te cases ahí encontraras la felicidad, nuestra felicidad está en qué quiere Dios de ti, a algunos les pedirá una cosa y a otros otra”.
POR LA PALABRA
A través de sus predicaciones buscan dar a conocer el mensaje de la misericordia de Dios, quien incluso se ha hecho matar para decirnos cómo funciona la misericordia, y aunque Jesús no ha venido a condenar a nadie, sí nos advierte que si no escuchamos su palabra y no la ponemos en práctica, serán estas palabras las que nos condenarán.
Para los frailes y monjas de esta orden acercar a la gente a los sacramentos es algo de vital importancia, y recomiendan la confesión al menos una vez al mes, ya que señala que esto hace sentir la providencia de Dios y mientras más se tiene a Dios, el diablo tiene menos espacio.
Asimismo recomiendan la misa, no sólo del domingo, pues en cada Padre nuestro, se pide el pan diario, y el pan que Dios quiere dar es su palabra que se ha hecho carne, y que se hace pan, y dice Jesús “En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”.
“Llama la atención que se llenan los estadios de futbol y las iglesias están vacías. No hemos percibido nada de la vida, los récords, la fama, todo pasará, este mundo terminará, pero mis palabras no pasaran jamás, dice la palabra de Dios, y Él permanece para siempre”, puntualiza fray Pequeñito, quien ha encontrado la alegría de vivir sirviendo a los demás por amor a Dios, cumpliendo la misión de anunciar al mundo a “Cristo Muerto y Resucitado” tal como indica la página web de la congregación http://www.frailespobres.net, “a través de pobres Volantes Vivientes, es decir, no por la distribución de Volantes, sino a través de “la Sagrada Licencia de Conducir del Cristiano” Viva en nosotros, como tarjeta de visita, de un luminoso ejemplo de vida”.
De esta manera, tal vez alguna vez te topes con ellos en un camino mientras peregrinan, y tengas la oportunidad de ayudarles en su trayecto con un “raid” o compartirles de tu comida y quizá para algunos que andan por la vida sin saber a dónde van, ese encuentro les ayude a hallar su destino. v