Son parte de Estados Unidos, están regidos por la economía de ese país y sus leyes, pero se oponen rotundamente a marcar un mayor distanciamiento con su vecino mexicano.
Un muro es la antítesis de los ideales hispano-texanos que los representan y desde hace varias semanas han comenzado a movilizarse para manifestar su rechazo a la política del presidente, Donald Trump.
A esta causa se han unido personas de diversos grupos y afiliaciones para conformar un bloque regional antimuro.
Ciudades como Alamo, Brownsville, Edinburg, La Joya, McAllen, Mission, Palmview, Pharr, San Juan, Sullivan, Weslaco, y el condado de Hidalgo están mostrando una postura adversa a la construcción de una valla de hormigón en la frontera.
Sus ciudadanos, en su gran mayoría, apoyan el movimiento en contra, ya que el levantamiento de una muralla es calificado como una decisión política unilateral sin considerar a los habitantes involucrados en la región.
‘NO AL MURO’
A consideración de organizaciones como (La Unión del Pueblo Entero (LUPE), no se requiere una división porque “la frontera es una de las regiones más seguras del país, donde se vive en paz”, porque “una barda es un símbolo medieval que representa división, miedo y odio”.
Aducen que lastimaría a ciudades hermanas que tienen relaciones económicas, comerciales, familiares.
“La fuerza de nuestra región proviene de esa conexión y esos lazos de amistad entre países que saben convivir y trabajar juntos”, dijeron.
Quienes se oponen a las medidas de Trump en relación a este tema aseguran también que “la construcción de muros sería un desperdicio de billones de dólares que bien podrían ser utilizados para otro tipo de necesidades como infraestructura, salud, educación”.
Además de que eso “empujaría a los migrantes a lugares de cruce más peligrosos, donde es más probable que pierdan la vida”.
Expresaron “se bloquearía el acceso a residentes a sus hogares y despojarían de sus tierras a muchos agricultores”.
Y es que el proyecto federal pasaría por parques y refugios como el Santa Ana National Wildlife Refuge y Bentsen State Park, destruyendo los pocos hábitats de vida silvestre que quedan en la región.
Asimismo se afectaría el ecoturismo que es fuente importante de ingresos en la región, por público local y winter texans.
Algunas otras agrupaciones que están en contra del muro en la frontera son “Equial Voice Network of the Rio Grande Valley, que aglomera al ACLU of Texas, ARISE, Fuerza del Valle, entre otras. Del mismo modo Frontera Ministries, Lower Rio Grande Valley Sierra Club y URGE.
Las próximas semanas serán decisivas con la discusión que el Senado estadounidense le dé al tema del muro, con un presidente Donald Trump que enfrenta una caída en su nivel de popularidad y con un escenario internacional que podría repercutirse por la crisis geopolítica con Corea del Norte.