
Integrantes del Movimiento Mesoamericano de Madres Buscando a sus Hijos Desaparecidos en Tránsito, conformada por mujeres originarias de Honduras, Nicaragua y El Salvador, llegaron a la bodega en donde hace más de un año fueron encontrados los cadáveres de 72 migrantes asesinados en el municipio de San Fernando.
Las 33 mujeres, quienes realizan un peregrinar por varios Estados de México como una manera de presionar a las autoridades para que investiguen, detengan y castiguen a los responsables de los asesinatos de migrantes mexicanos y extranjeros, aprovecharon la conmemoración del Día de Muertos para visitar el sitio donde se realizó una de las peores masacres en la historia del país.
Las madres, quienes portaban camisetas color naranja y una fotografía del hijo que tienen perdido, llegaron a Tamaulipas procedentes del Estado de Veracruz a donde acudieron para dar a conocer su demanda de justicia.
Y aunque todas ellas son mayores de 55 años, aún así tienen la fuerza para recorrer los miles de kilómetros que viajan los migrantes, como sus hijos desaparecidos, esperando que así la gente se dé cuenta de la situación que se vive en México.
El acto central de su presencia en Tamaulipas fue la visita de la bodega ubicada a 13 kilómetros al oriente del libramiento de San Fernando en la que 72 personas fueron asesinadas y en donde las integrantes del movimiento y algunos activistas defensores de los derechos humanos llevaron a cabo una ceremonia de conmemoración a su recuerdo.
En este lugar las madres instalaron un altar de muertos, además de que colocaron flores en varios puntos de la estructura abandonada.
Posteriormente celebraron una misa en el inmueble y mientras oraban, esparcieron agua bendita en todo el inmueble para alejar las “malas vibras” que hay después de la tragedia y convertir en bendito, este edificio que, aseguraron, “estaba maldito”.
En su intervención, los sacerdotes Heyman Vázquez y Tomás González, aseguraron que con esta ceremonia se pretende “sembrar vida” en un lugar donde murieron decenas de personas.
Las integrantes de este movimiento social también acudieron al sitio donde se encuentran algunas de las fosas donde fueron enterradas cientos de personas secuestradas y asesinadas por delincuentes en su trayecto a la frontera con Estados Unidos.
De acuerdo a los reportes, la mayor parte de estas víctimas viajaban en autobuses foráneos de los que fueron bajados por hombres armados quienes los asesinaron por motivos aún desconocidos.
Esta caravana de madres de desaparecidos viajará durante 15 días por los Estados de Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, Coahuila, San Luis Potosí, Querétaro y el Estado de México buscando llamar la atención de las autoridades para que detengan a los asesinos de sus hijos.
Oscar Castro Cantú, coordinador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, lamentó que este movimiento social ha tenido muy poco apoyo de las autoridades mexicanas.
Explicó que en la mayor parte del viaje de este grupo, mismo que han realizado por tierra, casi no han tenido protección de las autoridades de la Policía Federal Mexicana.
De hecho, relató, el trayecto entre Veracruz y Tamaulipas lo realizaron sin la protección de ninguna autoridad, no obstante esta área ha sido considerada de alta peligrosidad por la cantidad de incidentes que se han registrado.
Ante ello, Castro Cantú hizo un llamado a las autoridades mexicanas para que brinden las condiciones de seguridad que este grupo de madres necesitan para continuar con su labor.
DESPRECIO AL DOLOR
Durante su recorrido, las integrantes de este organismo también fueron acompañadas por el director del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, José Carmona Flores.
En entrevista Martha Sánchez Soler, secretaria ejecutiva de la Dimensión Pastoral de Movilidad Humana, criticó a las autoridades de este país por el nulo avance que han registrado en la investigación y esclarecimiento del crimen que se llevó a cabo en esta bodega.
Aseguró que esta indiferencia demuestra el nivel de desprecio hacia la vida humana y el dolor de cientos de padres, esposas e hijos quienes perdieron a un ser querido en este incidente.
Por ello es por lo que se está realizando esta caravana, para que la memoria de las personas muertas o desaparecidas en su trayecto a los Estados Unidos no sea olvidada y las autoridades actúen en contra de los responsables de lo que calificó como “una barbarie”.
“Esta es la lucha contra la impunidad y obviamente queremos obligar a las autoridades a que cambiemos las cosas porque tenemos algunos avances de lamentaciones, pero a nivel de piso siguen los secuestros, siguen los desaparecidos”, aseguró.
Recordó que cifras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos hablan de alrededor de 20 mil personas desaparecidas por año, lo que quiere decir que en fechas recientes más de 60 mil personas se han esfumado y muchos de ellos son migrantes.
“México es un cementerio de migrantes centroamericanos”, sentenció.
Sánchez Soler lamentó que una población como San Fernando esté recibiendo toda esta atención negativa, lo que ha provocado un sentimiento de enojo entre sus residentes.
“La gente está muy molesta porque sienten que todo el mundo los está culpando de las masacres, pero hay que dejar claro que el pueblo de San Fernando no cometió el crimen, que ellos también son víctimas”, dijo.
Incluso aseguró que las integrantes de este grupo de madres no guardan rencor hacia México, Tamaulipas o San Fernando.
“No es un reclamo contra San Fernando o contra Tamaulipas, sino contra las fuerzas federales que no hacen nada y contra los delincuentes que tienen secuestrado este territorio”, apuntó.
Un LARGO VIAJE
De acuerdo a los reportes, esta caravana de madres inició su peregrinar por México en la ciudad de Tenosique, Tabasco, hasta donde llegaron con su eslogan: “Sigo tu huella con la esperanza de encontrarte”.
A lo largo de su viaje han exigido a las autoridades mexicanas implementar un mecanismo oficial de búsqueda de migrantes desaparecidos, además de una política de respeto a los derechos humanos de los que viajan en búsqueda de un destino mejor para sus familias.
El grupo inició su recorrido el pasado 27 de octubre en el Ceibo en la frontera de Guatemala con México y han recorrido las ciudades de Tenosique, Villa Hermosa, Coatzacoalcos, Tampico, San Fernando, Saltillo, San Luis Potosí, Querétaro, la ciudad de México, Orizaba, Ixtepec, Arriaga y Tapachula.