La inclusión de los caninos en la milicia data del año 1985, a raíz del sismo que ocurrió en el centro del país, al ser empleados en un principio para búsqueda y rescate.
Con un olfato capaz de detectar armas, explosivos, personas atrapadas en una estructura colapsada e incluso atrapar a delincuentes, “Orador y Cabo” son dos ejemplares caninos de los cuatro que habitan en la Octava Zona Militar de Reynosa.
El complejo militar de esta ciudad cuenta con cuatro perros amaestrados capaces de servir en diversas labores de seguridad y rescate: ´Ramón´, ´Cabo´, ´Alegro´, ´Ansia´ y ´Orador´ quienes en esta zona son más usados en la detección de enervantes y explosivos.
Actualmente las funciones de estos aliados de los soldados mexicanos se desarrollan en el aeropuerto internacional Lucio Blanco de Reynosa, los cruces fronterizos y la Central Camionera, cuando los efectivos militares cuentan con misiones especiales.
El soldado de caballería, Saúl Castañeda, explicó que en las filas de la Defensa Nacional existen perros de guardia y protección, búsqueda de enervantes, explosivos, rescate, localización de transgresores de la ley (fallecidos, desaparecidos o delincuentes).
DEMUESTRAN SU DESTREZA
El Décimo Noveno Regimiento de Caballería Motorizada (19 RCM) llevó a cabo una demostración de adiestramiento de binomios canófilos con la finalidad de dar a conocer las actividades que estos animales realizan dentro de las filas del Ejército Mexicano.
Un perro está adiestrado para acompañar al soldado en su rutina diaria, en este caso a elementos de la Octava Zona Militar, en la detección de narcóticos, enervantes, rastreo, protección y auxilio.
En la explanada del Cuartel Militar se realizaron ejercicios de búsqueda y detección de enervantes, explosivos, obediencia básica y el paso de la pista canina, acto en el que participó el pastor belga malinois identificado como “Cabo”.
El cabo de caballería, Alfredo Martínez Garduño, encargado de la escuadra del Décimo Noveno Regimiento de Caballería Motorizado (RCM), explicó que en el cuartel cuentan con cuatro caninos, tres perros para la búsqueda de enervantes y uno de explosivos.
“Un animal como esos tienen de 20 a 30 minutos de resistencia para sus actividades básicas, el trabajo que desempeñan son el aeropuerto y puentes internacionales”, dijo Alfredo Martínez.
Al finalizar las actividades al canino se le otorga un premio, que consiste en una pelota, toalla o una jerga en la que se maneja un pseudoaroma, ¿para qué?, para hacer que el perro reconozca el aroma y que relacione esa esencia con que habrá un premio que será su atractor, su juguete.
Actualmente el Ejército Mexicano cuenta con el apoyo de la Guardia Nacional, institución que también cuenta con un equipo de
caninos para llevar a cabo diversas operaciones.
La razón de integrar la acción canófila al Ejército y Fuerza Aérea Mexicana es para incrementar y apoyar sus actividades en las diferentes ramas de seguridad y apoyo a la sociedad mexicana.
MAS DE 30 AÑOS SIRVIENDO
Los militares hicieron una remembranza de que, a raíz del terremoto que sufrió el entonces Distrito Federal y otras entidades del centro y sur del país en 1985 la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) consideraron conveniente proveer al Ejército con unidades caninas.
Actualmente los equipos caninos se especifican en perro de guardia y protección, enervantes, explosivos, rescate y localización de transgresores de la ley. ´Ramón´, ´Cabo´, ´Alegro´, ´Ansia´ y ´Orador´, son adiestrados para apoyar a elementos militares en Reynosa.
El Centro de Producción Canina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos se localiza en San Miguel de los Jagüeyes, en el Estado de México, donde los caninos causan alta al tener un año de edad.
“El pastor belga malinois es un perro muy versátil, se puede ocupar en cualquiera de las especialidades, tiene tiempos de trabajo muy prolongados, descansos un poco cortos, es un perro hiperactivo”, explicó el personal militar de esta frontera.